viernes, 16 de mayo de 2014

¿A Quién debemos orar; al Padre, al Hijo, o al Espíritu Santo?

Toda oración debe ser dirigida a nuestro trino Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. La Biblia enseña que podemos orar a uno o a los tres, porque los tres son Uno. Oramos al Padre como el salmista, “Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, porque a Ti oraré.” (Salmos 5:2). Oramos al Señor Jesucristo, al Padre o al Espíritu Santo, porque ellos son iguales. Orar a un miembro de la Trinidad, es orarles a todos. 
Esteban, mientras era martirizado, oraba, “Señor Jesús, recibe mi espíritu” (Hechos 7:59)También oramos en el nombre de Cristo. Pablo exhortaba a los creyentes efesios a darle “…gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.” (Efesios 5:20). Jesús les aseguró a Sus discípulos, que cualquier cosa que pidieran en Su nombre –significando en Su voluntad– les sería concedida (Juan 15:16;16:23). De igual forma, se nos dice que oremos al Espíritu Santo y en Su poder. Pablo pide al Espíritu que una los corazones de los corintios creyentes (2 Corintios 13:14). Adicionalmente, el Espíritu nos ayuda a orar, cuando no sabemos cómo o qué pedir (Romanos 8:26;Judas 1:20). Tal vez, la mejor manera de entender el papel de la Trinidad en la oración, es que oramos al Padre, a través del Hijo, por el poder del Espíritu Santo. Los Tres son Participantes activos en la oración del creyente.

Igualmente importante es saber a quién no debemos orar. Algunas religiones no cristianas animan a sus miembros a orar a un panteón de dioses, familiares muertos, santos, y espíritus. Los católicos romanos son enseñados a orar a María y a diversos santos, tales como Pedro. Tales oraciones no son bíblicas, y son de hecho, un insulto a nuestro Padre celestial y en contra de Su expresa voluntad. Para entender el por qué, sólo tenemos que ver la naturaleza de la oración. La oración tiene varios elementos y si miramos sólo a dos de ellos –alabanza y acción de gracias–, podemos decir que la oración es, esencialmente, adoración. Cuando alabamos a Dios, estamos adorándole por Sus atributos y Su obra en nuestras vidas y en el mundo. Cuando ofrecemos oraciones y acciones de gracias, estamos adorando Su bondad, misericordia, y su amoroso cuidado de nosotros. La adoración da gloria a Dios, el Único que merece ser glorificado. El problema con la oración a cualquier otro que no sea Dios, es que Él es un Dios celoso y ha declarado que Él no compartirá Su gloria con nadie. De hecho, el hacerlo resulta ser nada menos que idolatría. “Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas.” (Isaías 42:8).

De corazón

En las navidades de cada año el ambiente se transforma. Organizaciones, grupos o personas individuales buscan cómo ayudar a alguien más. Muchos por apariencia y otros de corazón.
Teresa de Calcuta relató una historia sobre un hombre que, llegó a su casa y le dijo: “Aquí cerca hay una familia con ocho hijos, que lleva mucho tiempo sin probar bocado”. Ella al oírlo, tomó un puñado de arroz y salió a toda prisa para que esa familia pudiera comer aquella noche.
En los rostros de aquellos ocho niños, vio dibujadas las huellas del hambre como pocas veces las había visto. A pesar de ello, la madre de aquella familia tuvo el coraje de dividir el arroz en dos porciones iguales y salió con una.
Cuando volvió, Teresa le preguntó a dónde había ido y qué había hecho, a lo que la mujer le contestó: – ¡También ellos tienen hambre!
Una familia de religión musulmana, vivía en la casa de enfrente y tenía otros tantos hijos. Aquella mujer sabía que también ellos tenían hambre, así que decidió privarse para darles de comer. ¡Eso es amor de verdad! Aquella mujer dio de corazón, con dolor propio.
En los rostros de sus hijos se veía que, ellos comprendieron verdaderamente lo que su madre había hecho. El gesto de su madre les enseñó lo que es el amor auténtico.

Quiero darte un abrazo


“Ámense los unos a los otros, como yo los he amado”
Juan 15.12
Quiero darte un abrazo aunque no me conozcas.
Aunque no sepas como soy y aunque no sepa tu dirección,
quiero darte un abrazo y no decirte absolutamente nada.
Necesito darte un abrazo prolongado, y sin una sola palabra decirte,
aunque no lo creas: TE ENTIENDO, TE COMPRENDO A LA PERFECCIÓN.
Sé por lo que pasas, y quizá pienses que no es problema mío,
pero tampoco es problema tuyo lo que me pasa a mí.
Y leyendo esto, créeme, te interesas por mí.
Quiero darte un abrazo, aunque no tengas brazos o no puedas hablar,
quiero darte un abrazo de fraternidad.
Quiero que sientas que no estás solo,
aquí también estoy yo, sufriendo igual que tú,
y aunque seas de alguna parte del mundo que yo no conozco,
debes saber que el amor vuela sin pasaporte.
No te conozco, es verdad, pero conozco el sentir dentro de tu pecho,
un sentir que te lastima, que te hace llorar, que te dice: ya no más.
Insisto una vez más, no me conoces, pero también necesito un abrazo,
como tú necesitas el mío.
¡Vamos!, abre tus brazos y abrázame.
Por favor, hazlo ya, que yo ya lo hago y puedo decirte, respira hermano.
No es fácil ser cristiano, humano, niño, adolescente, 
simplemente no es fácil ser uno mismo,
pero es fácil encontrar a un hermano aunque no le conozcas, 
que te diga, aunque no le creas,
TE AMO, DE VERDAD TE AMO,
Y te abrazo tratando de llevarme tus angustias, tus decepciones,
te abrazo pensando que tu dolor y el mío se difuminarán,
y que el amor de nuestro Dios ganará.
Te abrazo con la convicción de que, mis brazos fueron
creados para abrazarte el día de hoy.
¡Vamos!, abre tus brazos mientras lees este humilde escrito,
de quien no desea nada más que, darte un abrazo del Señor.

GRACIAS POR EL ABRAZO

Identidad - Crecimiento personal-espiritual

En medio de las crisis de la vida, cada mujer se enfrenta a una batalla interna acerca de Su identidad, entre la persona que cree que es y la persona que Dios le ha llamado a ser.
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Efesios 2:10.
Es la guerra entre la propia imagen y la imagen de Dios.
La imagen de Dios es la persona que, Dios designó que fuera desde el vientre de su madre, una persona con dones específicos, con propósito y con llamado.
La auto-imagen es la persona que tú percibes que eres, basada en las influencias de tu ambiente y cultura.Identidad ¿Por qué muchas mujeres luchan con su identidad?...
... Porque sin una fuerte imagen de Dios en la cual apoyarse, una mujer llega a estar atrapada por comportamientos negativos, como:
Comportamiento rebelde.  Una mujer rebelde expresa enojo y frustración a través de bulimia, anorexia, drogas, abuso de alcohol, etc.
Comportamiento pasivo-agresivo.  Es una mujer que nunca toma decisiones. Se hace promesas que no cumple, es negligente a cosas importantes que deben ser logradas, presenta excusas para todo.
Comportamiento de complacencia excesiva. Es la mujer que hará cualquier cosa, para recibir afirmación y aceptación de la persona que ella desea ardientemente.
Comportamiento temeroso. Esta mujer posiblemente, ha experimentado abusos, emocionales o sexuales, que le impiden tomar riesgos en algún área de su vida. Teme hablar por sí misma y por otros.

Excavando Oro - Reflexiones

Cuando era un muchacho, solía ayudar a mi abuelo en los campos aledaños a su hogar. No era su tierra propia, pero nada extraño era en aquellos días, proponer a los vecinos trabajarla para ellos, para obtener a cambio, algunos vegetales que, por cierto, le encantaban. Canjeaba su tiempo y esfuerzo con los vecinos a manera de pago.
Él cultivaba maíz, alubias, guisantes, calabacines, pepinos y ajos. Y nadie cultivaba dalias más grandes que mi abuelo.
Mientras trabajaba a su lado, a él le encantaba contar la historia de un hombre llamado Giuseppe (Joe) y su esposa, que se mudaron a una nueva granja con sus tres hijos. Se estaban asentando en la nueva comunidad, cuando un granjero vecino le dijo a Joe que parecía oro el polvo de su nueva propiedad.
Joe interpretó esa declaración como que había oro de verdad en la tierra. Pensó para sí: “Tengo tres hijos saludables; les pondré al tanto de ello”.
Efectivamente, les dijo a sus hijos que había oro en su nueva propiedad. No vale la pena decir que, sus hijos se hicieron rápidamente cargo del asunto, para trabajarlo en su hipotético beneficio personal, "justo en su propia tierra". 

Se hicieron sueños de qué harían cuando hallasen oro. Cada uno tenía una visión distinta y, aunque eran bastante jóvenes, tomaron un enfoque muy profesional en la excavación del oro.
Comenzaron por una esquina de una considerable anchura, y continuaron hasta llegar al final. Una vez que llegaban a un límite de la propiedad, comenzaban otra franja en otra dirección. Y se dieron cuenta que buscar oro era divertido. Este procedimiento siguió durante unos seis meses y aún no habían recorrido toda la propiedad.
Mientras tanto, Joe pensó en sembrar algunos cultivos en el área en la que la tierra había sido removida a fondo. Sembró maíz, tomates, patatas y cebollas. Mientras, sus hijos continuaron excavando el terreno, decididos a hallar oro. Cuanta más tierra estuvo disponible, Joe sembró más cultivos. 

A resaltar que, Joe nunca había sembrado antes, pero siempre había soñado con hacerlo.
Por cada cultivo distinto, cuando estuvo listo para ser cosechado, Joe se dio cuenta de que había mucho más de lo que él y su familia, jamás podrían comer... Uno de los vecinos de Joe sugirió que pusiese un puesto de vegetales. Joe y su esposa lo hicieron, lo llamaron “Vegetales de Joe y Familia”.
Joe tuvo que dejar algunos cultivos en la tierra, porque tenía más que suficientes para llenar la demanda del puesto de vegetales.

 ¿Qué estaban haciendo los hijos de Joe mientras tanto?

 Todavía seguían trabajando la tierra, aún después de haber terminado la parcela completa. Comenzaron de nuevo, en la esquina original, trabajando en el material sembrado sobrante, se mantenían en su búsqueda del oro.
Este proceso continuó durante años, y Joe y su esposa se hicieron bastante ricos como consecuencia de su pequeño puesto de vegetales. Hasta tuvieron la posibilidad de enviar a sus hijos a la universidad, aunque estos no fueron, sencillamente, porque querían saber cómo hallar oro.