domingo, 31 de marzo de 2013

Fe que mueve Montañas - Reflexiones

Una pequeña congregación, residente en las faldas de las montañas “Great Smokies”, construyó un nuevo santuario en una franja de terreno donado por un miembro de la iglesia. Diez días antes de que la nueva iglesia fuese inaugurada, el inspector municipal de la localidad, le informó al pastor que el aparcamiento de coches era bastante mayor que el tamaño del edificio. Hasta que la iglesia no doblase el tamaño de la playa de estacionamientos, no podrían utilizar el nuevo santuario.
Desafortunadamente, la iglesia, con su playa de aparcamientos de insuficiente tamaño, había ocupado toda la superficie posible del terreno, excepto la montaña contra la que había sido construida. Para poder construir más estacionamientos, tendrían que sacar la montaña fuera de su patio trasero. Sin amilanarse, el pastor anunció el siguiente domingo por la mañana, que se reuniría esa noche con todos los miembros que tuviesen una “fe que mueve montañas”. Ellos celebrarían una sesión de oración pidiéndole a Dios que removiese la montaña de su patio trasero y, que de alguna manera, proveyese suficiente dinero para pavimentarlo y pintarlo antes de la fecha del culto de inauguración, la semana siguiente.
Al tiempo señalado de antemano, 24 de los 300 miembros de la congregación se reunión para orar. Oraron durante casi tres horas. A las diez de la noche el pastor pronunció el “amén” final. “Celebraremos el culto de inauguración el próximo domingo tal y como está programado”, les aseguró a todos. “Dios nunca nos ha fallado antes y estoy seguro de que será fiel en esta ocasión también”.
A la mañana siguiente, mientras trabajaba en su estudio, oyó un fuerte golpeteo en su puerta. Cuando gritó: “entre”, un capataz, de aspecto rudo, apareció quitándose el casco al entrar. “Perdóneme, Reverendo. Soy de la Compañía de Construcción Acme del condado aledaño. Estamos construyendo un enorme centro comercial allí y necesitamos algo de tierra para relleno. ¿Podría usted vendernos un pedazo de esa montaña de detrás de su iglesia? Le pagaremos por la tierra que removamos y le pavimentaremos el área desocupada a coste nuestro, si la podemos tener de una vez. No podemos hacer nada más hasta que rellenemos con tierra y le permitamos asentarse”.
Aquella pequeña iglesia dedicó el culto del siguiente domingo de acuerdo al plan original, y ¡hubo muchísimos más miembros con “fe que mueve montañas” en el domingo inaugural, que los que había habido la semana anterior!
¿Nos hubiéramos nosotros presentado para aquella reunión de oración? Alguna gente dice que la fe viene de los milagros. ¡Pero otros saben que los milagros vienen por la fe!
–¡Mujer, qué grande es tu fe! –contestó Jesús–. Que se cumpla lo que quieres. Y desde ese mismo momento quedó sana su hija. Mateo 15:28
Porque ustedes tienen tan poca fe, les respondió. Les aseguro que si tienen fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrán decirle a esta montaña: Trasládate de aquí para allá y se trasladará. Mateo 17:20
Les aseguro que si tienen fe y no dudan, les respondió Jesús, no sólo harán lo que he hecho con la higuera, sino que podrán decirle a este monte: ¡Quítate de ahí y tírate al mar, será hecho! Mateo 21:21

El ser que quiero ser - Mensaje - Vídeo

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Parece un poco enredado el título de este escrito, pero vayamos juntos desglosando su sentido. En primer lugar, tú y yo somos “seres vivientes” que por un propósito específico vinimos a nacer en este mundo, en este país y en este tiempo; sea cual sea tu nacionalidad o edad, naciste por una razón, y una de las grandes misiones de tu vida es descubrirla.  En segundo lugar, cada uno de nosotros tiene una idea o una imagen de cómo quiere llegar a ser; es como cuando uno es pequeño y los maestros le preguntan: “¿qué quieres ser de mayor?”, las respuestas son variadas y pueden ir desde bombero hasta presidente de la nación. Todos tenemos una idea de lo que queremos ser, lo que muchas veces no tenemos tan claro es cómo llegaremos a ser eso.

Un psicólogo y sexólogo plantea en unos de sus libros que debemos ser rígidos con el sueño que tenemos, pero flexible con los caminos para cumplirlos. A lo que se refiere Stamateas es a lo siguiente: si mi meta es obtener una buena calificación en alguna materia y me doy cuenta de que me es difícil estudiando por mi cuenta, puedo pedir ayuda a un compañero, contratar a un profesor particular, pedir horario de consulta con el profesor, asistir a ayudantía o tutorías, crear un horario de estudio, usar estrategias de estudio, etc. 
Voy abriendo puertas para lograr esa meta, sin quedarme solamente en que por mi cuenta lo voy a conseguir. Lo que ocurre muchas veces es que somos rígidos con el sueño, pero con el camino para conseguirlo, si no funciona a la primera, ya lo desechamos y nos frustramos, sin ganas de proponernos otro desafío. En este caso, me alejo del ser que quiero ser.
Esta idea sobre “el ser que quiero ser” no se me ocurrió a mí, tampoco se le ocurrió a escritores talentosos; esta idea se le ocurrió a Dios. Sí, a Él se le ocurrió primero. ¿Te suena el nombre de Jesús? Exactamente, el hijo de Dios. Bueno, Jesús fue el ser que Dios quería llegar a ser. Jesús encarnó la naturaleza divina de Dios, Él expresó todo lo que el Padre quería que fuese expresado. Jesús es, y fue, la mejor versión de Dios mismo. Él fue el ser que Dios quiso que fuese.

Cada uno de nosotros tiene la misma posibilidad de transformarse en la mejor versión de sí mismo. En indagar en profundidad sobre el ser que queremos ser. Y caminar en esa dirección, es convertirnos en “versiones mejoradas” de nosotros mismos. ¿Quién más que nosotros mismos para transformarnos a nosotros mismos? Aparte de Dios, no hay nadie que te conozca tanto como lo haces tú, y mal que mal, vivirás hasta el último día de tu vida contigo mismo, ¿por qué no aprovechas la oportunidad de que tu “obra maestra” seas tú mismo? ¡Atrévete! ¡Descúbrete! Y transfórmate en el ser que quieres ser.


Su sangre pagó mis pecados - Devocional

“Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.” 
Isaías 53:6 (Reina-Valera 1960)
¿Quiénes éramos nosotros para merecer tan grande muestra de amor? ¿Qué de bueno hicimos como para merecer que Dios enviara a su Hijo a morir en nuestro lugar?, simplemente nada. Sin embargo, Dios mostró su amor inmenso e incomparable para con nosotros, al decidir enviar a su hijo a morir en nuestro lugar.
En algún momento de torpeza, cuando no conocía a Dios dije: “Yo no le pedí que viniera a morir por mí, así que yo no tengo por qué agradecerle”. Y a pesar de lo tonto o torpe que pueda sonar esa frase, tiene cierta verdad: “Yo no le pedí que viniera a morir por mí”, y sin embargo, Él decidió hacerlo.
Hoy, con pleno conocimiento de Dios, agradezco su decisión de venir y morir por mí, porque gracias a su sacrificio puedo encontrar el perdón de mis pecados.

“Dios amó tanto a la gente de este mundo, que me entregó a mí, que soy su único Hijo, para que todo el que crea en mí no muera, sino que tenga vida eterna.” 

Juan 3:16 (Traducción en lenguaje actual)
Su sangre pagó el precio de mis pecados y los tuyos. Un Hombre integro, sin pecado alguno, sin fallo, perfecto en todo, y sin embargo enjuiciado de la manera más vil y deshonesta; tratado como el peor de los ladrones o asesinos, hecho burla por todos, despreciado como algo sin valor; sin embargo, Él no abrió su boca, no dijo nada, no se defendió, pues su misión era morir en nuestro lugar.
Dios ocupó nuestro lugar, recibió castigos por nosotros, sin merecerlo, sin tener por qué hacerlo, simplemente por amor, simplemente porque nos amó. ¿Quiénes éramos nosotros para merecer tal muestra de amor?, no éramos nada ni nadie, pero ahora valemos mucho, ahora valemos la sangre de Cristo; su sangre derramada en la cruz del Calvario es el precio que vale nuestra deuda de pecado.

¡Gracias Dios!, ¡gracias por tu enorme muestra de amor!

El camino al reino de los cielos - Devocionales, Reflexión - Vídeo

camino al reino de los cielos
Deténganse en los caminos y miren; pregunten por los senderos antiguos. Pregunten por el buen camino, y no se aparten de él.  Así hallarán el descanso anhelado. Pero ellos dijeron: “No lo seguiremos.
Jeremías 6:16 Nueva Versión Internacional.
Un día, un viejo campesino le encomendó a su nieto la tarea de buscar alimentos para ellos y sus animales; se dispuso a dar instrucciones a su nieto acerca de cuál era la mejor ruta para el viaje, porque el pueblo estaba bastante retirado y su nieto no conocía el camino.
Mira hijo, le dijo a su nieto; “debes tomar el camino en el que se encuentran los árboles de almendro a cada lado, ellos te servirán de guía; la hilera de árboles termina al comienzo del pueblo, por lo que debes seguir hasta el final; puede ser que el camino esté un poco accidentado y te encuentres con unos cuantos espinos, pero no te preocupes, te aseguro que es la mejor ruta para el viaje, también puede que te tome un poco más de tiempo, pero definitivamente no te perderás, llegarás directo a tu destino”.  
El joven obedeció las instrucciones de su abuelo, preparó su burro y se dispuso a emprender su viaje. Al llegar al sitio, observó que el camino que indicaba los almendros era más accidentado y espinoso de lo que él pensaba; desalentado, decidió buscar un mejor camino, “al fin y al cabo todos los caminos llevan a Roma”, pensó, y en su búsqueda, observó un camino bastante cómodo, sin tantos escombros y  menos polvoriento: “iré por aquí” exclamó, “está menos accidentado y quizás pueda aprovechar para visitar algunos amigos en el trayecto”. Después de un largo rato, notó que el camino que había tomado no le llevaba a ningún lado, de hecho se había perdido.
Todos los caminos llegan a Roma, un popular dicho que hemos escuchado y repetido más de una vez, pero que no se aplica cuando nos referimos al camino que nos lleva al Reino de los cielos; sólo hay un camino, y ese camino es Jesucristo.
Yo soy el camino, la verdad y la vida, le contestó Jesús. Nadie llega al Padre sino por mí. Juan 14:6 Nueva Versión Internacional

El contestador telefónico de Dios - Meditación

¿Qué sucedería si Jesús decidiera instalar un contestador telefónico automático en el cielo?

Imagínate a ti mismo orando y escuchando el siguiente mensaje:

"Gracias por llamar a la Casa de mi Padre... Por favor seleccione una de las siguientes opciones:
Para "peticiones"-->  Presione 1

Para "acciones de gracias". --> Presione 2

Para "quejas". --> Presione 3

Para cualquier otro asunto."  --> Presione 4

Imagínate que Dios usara la excusa tan conocida...

"De momento todos nuestros ángeles están ocupados, atendiendo a otros feligreses. Por favor manténgase orando en la línea y su llamada será atendida en el orden que fue recibida.

Te imaginas obteniendo este tipo de respuestas cuando llames a Dios en tu ¿oración?

Si desea hablar con Pedro, presione 5.

Con el Arcángel Miguel, presione 6.

Con cualquier otro ángel, presione 7.

Si desea que el Rey David le cante un Salmo, presione 8.

Si desea hacer reservas para la casa de mi Padre, simplemente presione:

J U A N, seguido de los números 3, 1 6.

Si desea obtener respuestas a preguntas sobre los dinosaurios, la edad de la Tierra, OVNIs, dónde está el Arca de Noé, por favor espere a llegar al Cielo.

¿Te imaginas lo siguiente en tu oración?:

"Nuestra computadora indica que ya llamó otra vez hoy, por favor cuelgue inmediatamente y despeje la línea para otros que quieren también orar" .. .

O bien: " Nuestras oficinas estarán cerradas el fin de semana, por causa de Semana Santa; por favor vuelva a llamar el lunes."

GRACIAS A DIOS que esto no sucede...

GRACIAS A DIOS que le puedes llamar en oración cuantas veces necesites . . .

GRACIAS A DIOS que a la primera llamada ÉL siempre te contesta . . .

GRACIAS A DIOS, porque en JESÚS y con JESÚS nunca estará la línea ocupada . . .

GRACIAS A DIOS que ÉL nos responde personalmente y nos conoce por nuestro nombre . .
GRACIAS A DIOS que ÉL conoce nuestras necesidades antes de que se las ma
nifestemos...

GRACIAS A DIOS porque de nosotros depende llamarle en ORACIÓN . . .