Nos agarramos a ellas, amamos las promesas porque nos dan ánimo en medio de la adversidad, dolor o quebranto, o cuando ya nos sentimos como estancados.
Cada nuevo año hacemos muchas promesas, como pagar las deudas, hacer más ejercicio, comer menos o al menos más saludable, y muchas de estas promesas se quedan a medio camino.
¿Qué tenemos por delante después del año nuevo? No lo sabemos, pero lo que sí sabemos es que Dios nos orienta a través de su palabra, para que veamos cada nuevo año como una tierra prometida. Sus consejos nos ayudan. Veamos y sigamos sus consejos para cada nuevo año.
PREPÁRATE PARA QUEMAR TUS PUENTES.
“Después de la muerte de Moisés, siervo del Señor, Dios le dijo a Josué hijo de Nun, asistente de Moisés: Mi siervo Moisés ha muerto. Por eso tú y todo este pueblo deberán prepararse para cruzar el río Jordán y entrar a la tierra que les daré a ustedes los israelitas. Josué 1:1-2.
Dios advirtió a Josué que el pasado, representado por Moisés, ya había muerto y que él debía quemar los puentes para no regresar atrás, por el mismo camino andado. Hermano, lo que pasó en tu vida o a través de tu vida ya es cosa del pasado. Dios quiere hacer cosas nuevas en adelante. La vida en Israel cuando vivía Moisés, era distinta, pero lo que Dios le dice a Josué es que ahora vendrá algo nuevo. No pienses en que vas a repetir la historia, si caminas con Dios serás sorprendido de una manera maravillosa. No seas de los que viven del pasado y pon tu pie en marcha hacia un nuevo mañana.
PREPÁRATE PARA RECIBIR ALGO NUEVO.
“Tal como le prometí a Moisés, yo les entregaré a ustedes todo lugar que toquen sus pies. Su territorio se extenderá desde el desierto hasta el Líbano, y desde el gran río Éufrates, territorio de los hititas, hasta el mar Mediterráneo, que se encuentra al oeste”. Josué 1:3,4.
Dios le dice a Josué “Les entregaré todo lugar que pisen sus pies”. Esto significa algo nuevo. Ya quemaste los puentes, y ahora cada paso que des hacía adelante es un paso de posesión. Dios siempre tiene algo nuevo para ti. Sus límites son extensos, sus fronteras amplias y te las entrega por su gracia. En esas, tener fe es mirar los límites señalados por Dios para entrar en nuevas dimensiones espirituales y... naturales. Si no te preparas no recibes y si te preparas te sorprendes.