viernes, 13 de marzo de 2015

La confianza centrada en Cristo

Tener plena confianza en el Señor trae muchas bendiciones, entre ellas crecimiento espiritual, realización personal, paz e influencia.
Cuando nuestra dependencia de Dios sea firme, responderemos a las dificultades buscando su dirección y su fortaleza. A la vez, experimentaremos la presencia, la ayuda y el poder del Espíritu Santo y, como resultado, crecimiento espiritual. Seremos capaces de hacer cosas mucho más grandes de lo imaginable si nuestra seguridad viene del Señor; de esta forma, puede ser que demostremos una fortaleza muy grande mientras todos los demás estén turbados; es posible que recibamos una posición de liderazgo más allá de nuestras capacidades aparentes; o puede ser que encontremos placer y tengamos éxito haciendo una tarea poco... común.
Si mezclamos la confianza en Dios con la confianza en nosotros mismos, nuestra actitud de calma se debilitará. Pero cuando nuestra seguridad descanse en Él, y mostremos plena convicción en cuanto a sus promesas, sentiremos paz, y quienes nos rodean notarán que Dios ha inspirado nuestra confianza. Al ver ellos que tenemos éxito de forma insospechada, que crecemos espiritualmente y que demostramos paz interior, desearán tener lo que tenemos.
Desarrollamos confianza en Dios al meditar en su Palabra; al conocerle más por medio del Señor Jesús; al confesar cualquier pecado que haya en nuestra vida; y al no seguir el consejo del mundo.
¿Qué revelan sus acciones: confianza en Cristo o en usted? ¿Qué pasos dará para aumentar su fe en Él?

Gestalt

Se trata de un movimiento de la psicología que surgió a comienzos del siglo XX, en suelo alemán. Sus teorías sostienen que la mente se encarga de configurar todos aquellos elementos que rodean al individuo en base a rememorar algo aprendido, visto o experimentado. Resumiendo: se dedica al estudio de la percepción y su relación con el lenguaje y la cultura.
Por ejemplo, la mente escanea un ambiente nuevo, y lo primero que percibe son todos aquellos detalles que podrían ser nocivos, dañinos o perjudiciales; a esta acción se le llama instinto de supervivencia.
Este pequeño pero poderoso impulso, le instruye a la mente de manera automática para que reaccione de cierta forma. Otro ejemplo: al encontrarse en algún lugar alto, el vértigo involuntariamente, hace que uno busque aferrarse a algo; si se percibe suelo inestable, el que sea, automáticamente se inclinará un poco, abriendo los brazos para estabilizarse, y si los reflejos perciben que algo se mueve, de inmediato se levantarán casi involuntariamente las manos para protegerse, etc.
Todos estos impulsos involuntarios son sólo una fracción de la cantidad de elementos dentro del subconsciente, que hacen que un hombre reaccione de cierta forma cuando se presentan algunas situaciones, e incluso pueden afectar a  nuestras actitudes: cuando una persona siente incomodidad por el temperamento de otro individuo, inmediatamente su mente suele activar ciertos escudos con el fin de sentir nuevamente, una sensación de seguridad. Todas estas reacciones reflejan un cambio repentino de personalidad. Las mujeres, por ejemplo, cuando algún muchacho se acerca a ellas y se sienten incomodas, de inmediato activan ciertas facetas de su personalidad para protegerse, y alejar todo aquello que sus mentes detectan como peligro.

Unión Mística

¿Qué es la Unión Mística? 
La Unión es vital en las relaciones humanas y en la relación con Dios. Jesús oró en Getsemaní para que los seguidores de Él fuéramos uno solo, como Jesús y el Padre son uno solo.
Mística: Parte de la teología que trata de la unión del ser humano con Dios, de los grados de esta unión y de la vida contemplativa.
La mística es un tipo de experiencia muy difícil de alcanzar, en la que se llega al grado máximo de unión del alma humana con lo Sagrado durante la existencia terrenal.
Es un misterio entender, por ejemplo, la Unidad de la Trinidad y también, comprender la unidad que Dios espera que entendamos nosotros. Al mismo tiempo, uno con Él y uno con el prójimo.
En el huerto de Getsemaní, Jesús habló de esa Unión mística y oró para que nosotros sus seguidores, fuéramos uno solo.

“No ruego sólo por éstos. Ruego también por los que han de creer en mí por el mensaje de ellos, para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí. Permite que alcancen la perfección en la unidad, y así el mundo reconozca que tú me enviaste y que los has amado a ellos tal como me has amado a mí”. Juan 17:20-23

Entrando A La Tierra Prometida

Nos agarramos a ellas, amamos las promesas porque nos dan ánimo en medio de la adversidad, dolor o quebranto, o cuando ya nos sentimos como estancados.
Cada nuevo año hacemos muchas promesas, como pagar las deudas, hacer más ejercicio, comer menos o al menos más saludable, y muchas de estas promesas se quedan a medio camino.
¿Qué tenemos por delante después del año nuevo? No lo sabemos, pero lo que sí sabemos es que Dios nos orienta a través de su palabra, para que veamos cada nuevo año como una tierra prometida. Sus consejos nos ayudan. Veamos y sigamos sus consejos para cada nuevo año.
PREPÁRATE PARA QUEMAR TUS PUENTES.
“Después de la muerte de Moisés, siervo del Señor, Dios le dijo a Josué hijo de Nun, asistente de Moisés: Mi siervo Moisés ha muerto. Por eso tú y todo este pueblo deberán prepararse para cruzar el río Jordán y entrar a la tierra que les daré a ustedes los israelitas. Josué 1:1-2.
Dios advirtió a Josué que el pasado, representado por Moisés, ya había muerto y que él debía quemar los puentes para no regresar atrás, por el mismo camino andado. Hermano, lo que pasó en tu vida o a través de tu vida ya es cosa del pasado. Dios quiere hacer cosas nuevas en adelante. La vida en Israel cuando vivía Moisés, era distinta, pero lo que Dios le dice a Josué es que ahora vendrá algo nuevo. No pienses en que vas a repetir la historia, si caminas con Dios serás sorprendido de una manera maravillosa. No seas de los que viven del pasado y pon tu pie en marcha hacia un nuevo mañana.
PREPÁRATE PARA RECIBIR ALGO NUEVO.
“Tal como le prometí a Moisés, yo les entregaré a ustedes todo lugar que toquen sus pies. Su territorio se extenderá desde el desierto hasta el Líbano, y desde el gran río Éufrates, territorio de los hititas, hasta el mar Mediterráneo, que se encuentra al oeste”. Josué 1:3,4.
Dios le dice a Josué “Les entregaré todo lugar que pisen sus pies”. Esto significa algo nuevo. Ya quemaste los puentes, y ahora cada paso que des hacía adelante es un paso de posesión. Dios siempre tiene algo nuevo para ti. Sus límites son extensos, sus fronteras amplias y te las entrega por su gracia. En esas, tener fe es mirar los límites señalados por Dios para entrar en nuevas dimensiones espirituales y... naturales. Si no te preparas no recibes y si te preparas te sorprendes.

¿Es Bíblico: “Decretar” y “Declarar”?

Dentro de la jerga cristiana se usan expresiones a las que muchos creyentes les dan carácter de doctrina, por desconocimiento de la Palabra y de los atributos de Dios.
declarar decretarCon mucha frecuencia se oye decir: “si quieres algo, ¡decláralo!” Y parece que esto es suficiente para que Dios tenga la obligación de dártelo. ¿Quieres un coche? ¡Decláralo!, ¿Una esposa?, ¡decláralo!, ¿Una casa? ¡Decláralo! Sin embargo, los que así creen se olvidan del gran atributo de Dios, el mayor de todos los atributos: Su soberanía.
Los atributos de Dios se pueden agrupar en morales y naturales, siendo estos últimos, exclusivos de la deidad, pertenecientes a su naturaleza, y se les trata como intransmisibles. Uno de estos es la soberanía. Este atributo establece que Dios tiene el control de todo lo que existe, y decreta y actúa sin que nada ni nadie pueda resistir su autoridad. (Isaías 40:23,24; 43:13; Efesios 1:11).
Cuando los discípulos del Señor le pidieron que les ensenara a orar, Él les enseñó en la llamada oración modelo, la frase: Sea hecha tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra.” (Mateo 6.10).
Esta frase expresa el deseo de la concreción del reinado de Dios de forma absoluta en la tierra, pues así lo es en el cielo. El propósito de Dios.
Dios ha revelado su eterno propósito, su voluntad en la Biblia, y supremamente, en la persona de su Hijo Jesucristo. Y el súbdito del reino, nosotros, debe presentarse a su Rey cada día, someterse a su soberanía y prometerle obediencia en llevar a cabo su santa voluntad. De esta forma se concreta el reino de Dios entre los hombres.