viernes, 29 de agosto de 2014

En el Nombre de Jesús

Nombre pequeño, que tiene gran precio en la eternidad,
Nombre que quiebra el corazón de piedra, para que asienta;
Nombre que significa salvación,
Nombre que hace del hombre normal
un discípulo amado, siervo por amor,

Nombre que sobrepasa a lo llamado cáncer, 
a lo llamado diabetes, a toda dolencia del cuerpo.
En el nombre de Jesús, toda enfermedad,
es desarraigada del cuerpo, toda herida es curada.

Toda opresión, todo espíritu que viene,
a perturbar la mente y los sentidos,
en el nombre de Jesús, es echado fuera,
porque contra Israel no hay agüero.

En el nombre de Jesús,
el esclavo es liberado de toda esclavitud, el débil y el afligido,
es renovado de toda angustia, fortalecido con su diestra de poder.
Lo que el enemigo un día te robó,
en el nombre de Jesús es devuelto con creces.

A la vez, la oveja descarriada,
vuelve a casa, su pastor la quiere
apacentar, limpiarla de toda maldad,
¡Quiere volver a empezar!

A ti te digo, ¡Levántate, toma tu lecho y anda!,
ya no eres esclavo sino que eres hijo
de Dios, coheredero y heredero en Cristo.

Nombre, por lo cual Dios lo exaltó hasta la sumo y
le dio un nombre que es sobre todo nombre,
para que en el nombre de Jesús, se doble toda rodilla
de los que están en los cielos y debajo de la tierra.

En el nombre de Jesús, hay Poder…

Sí se puede… - Crecimiento personal-espiritual

Frase muy frecuente, que se escucha mucho, y que sirve, por ejemplo, para los que persiguen algún sueño. Muchos no creen que lo pueden conseguir, y es normal escuchar los siguientes juicios o pensamientos:
-          Soy un fracaso, todo lo que hago no sirve.
-          No le importo a nadie.
-          Mi situación no me lo permite. (Puede ser física o financiera).
-          En mi familia nunca nadie alcanzó un sueño.
-          Si mi trabajo fuera otro...
Cada uno de estos pensamientos lo que han hecho es alejarte de tus sueños, y lo que necesitas es creer que sí se puede. Tú puedes obtener resultados extraordinarios con la bendición de Dios.
La Biblia enseña: “Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.” 1 Corintios 13:13 (NVI)
Las dos primeras virtudes son esenciales para poder alcanzar los sueños. La fe te habla del presente y te anima a poner tu confianza en Dios. Necesitas confiar en Dios para todas las cosas, Él te diseñó; Él te formó y te conoce, recuerda que sin fe es imposible agradar a Dios. Y la esperanza te invita a soñar, tiene que ver con el futuro; Dios es el dador de sueños. Él los deposita en nuestros corazones y coloca talentos en nosotros para que los alcancemos.
“Si, se puede”, son tres palabras que demuestran pasión, entrega y compromiso. Son tres palabras que toda persona necesita para salir de la adversidad, de las malas rachas, para vencer cualquier circunstancia que se le presente, como para conducir un negocio, organización, comunidad y nación, o para salvar una relación, una familia o matrimonio. “Si, se puede” es una frase poderosa que cambia vidas.
“Si, se puede” tiene que ver con la fe, la esperanza y el amor. “Sí” significa optimismo, la esperanza y la posibilidad. El optimismo te va a permitir vencer la adversidad, la reacción negativa y desafíos.
“Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes”. 
“Se puede” es el combustible que te lleva a que tus sueños sean posibles, te lleva a salirte de la resignación o el conformismo, te lleva al compromiso de creer con tus palabras, en resultados extraordinarios. “Se puede”  es lo que hace la diferencia en nuestras vidas.
“Si sigues diciendo que no se puede, vas a obtener siempre el mismo resultado”. Tú puedes cambiar tu vocabulario y proclamar: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Filipenses 4:13.

Bola de nieve

Una anciana que estaba a punto de perder la vista, ofreció a un médico una jugosa recompensa a cambio de un tratamiento que le mejorara la visión.
El médico, quien además de galeno era un ladrón y un mentiroso, se limitaba a untar aceite en los ojos de la anciana y, mientras ésta tenía los ojos cerrados, aprovechaba para llevarse una a una las cosas de valor que la paciente tenía en su casa.
Cuando ya no quedaron más cosas que llevarse, el médico dijo a la anciana que el tratamiento había terminado y reclamó la recompensa acordada. Pero la mujer se negó a realizar el pago, por lo que el "profesional" la llevó a los tribunales de justicia.
En su defensa, la anciana decía a los magistrados: Es verdad que le prometí pagar esa recompensa, pero siempre y cuando me mejorara la vista. Pues sucede que antes del tratamiento, al menos veía borrosamente las cosas de mi casa, y en cambio ahora, ¡no las veo en absoluto!
La mentira siempre trae consecuencias negativas a quienes la practican; lo que parece empezar como un juego termina siendo una bola de nieve que crece y crece, hasta llegar a ser enorme y finalmente aplasta a quien lo ha creado.
¿Sacó provecho el médico de la anciana sin pagar las consecuencias? Probablemente según él sí, pero en realidad perdió credibilidad en su profesión y como consecuencia, las consultas con sus pacientes disminuyeron.

¿Es necesario el bautismo para la salvación? ¿Qué es la regeneración bautismal?"

Por su importancia y trascendencia, me pareció oportuno repetir este argumento:

La regeneración bautismal es la creencia de que una persona debe ser bautizada para ser salva. El bautismo sí que es un paso importante de obediencia para un cristiano, pero merece ser rechazado firmemente, el hecho de que se requiera el bautismo para la salvación. Eso sí, todos los cristianos deberían ser bautizados en agua por inmersión, porque el bautismo ilustra la identificación del creyente con la muerte, sepultura y resurrección de CristoRomanos 6:3-4 declara, “¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en Su muerte? Porque somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.” La acción de ser sumergido en el agua, ilustra el ser sepultado con Cristo. Y la acción de salir del agua, ilustra la resurrección de Cristo.

Cualquier cosa que se añada a la fe en Jesucristo como requerimiento para la salvación, es una salvación basada en obras. El añadir CUALQUIER COSA al Evangelio, significa decir que la muerte de Jesús en la cruz no fue suficiente para comprar nuestra salvación. Decir que debemos ser bautizados para ser salvos, es decir que debemos añadir nuestras propias buenas obras y obediencia a la muerte de Cristo, a fin de hacerlo suficiente para la salvación. Pero sólo la muerte de Jesús pagó por nuestros pecados (Romanos 5:8;2 Corintios 5:21). El pago de Jesús por nuestros pecados es adjudicado a nuestra “cuenta” únicamente por la fe (Juan 3:16Hechos 16:31
Efesios 2:8-9). Por lo tanto, el bautismo es un paso importante de obediencia después de la salvación, pero no puede ser un requerimiento para la salvación.

Sí, hay algunos versos que parecen indicar que el bautismo es un requerimiento necesario para la salvación. Sin embargo, puesto que la Biblia nos dice muy claramente que la salvación se recibe solo por la fe (Juan 3:16Efesios 2:8-9), ha de haber una interpretación diferente de esos versos. La Escritura no se contradice a sí misma. En los tiempos bíblicos, una persona que se convertía de una religión a otra, con frecuencia era bautizada para identificar su conversión. Y el bautismo era el medio por el que se hacía pública una decisión. Aquellos que rehusaban ser bautizados, se decía que realmente ellos no habían creído. Así que, entonces, en la mente de los apóstoles y los primeros discípulos, la idea de un creyente no bautizado era inaudita. Cuando una persona declaraba creer en Cristo, y sin embargo se avergonzaba de proclamar su fe en público, indicaba que no tenía una fe verdadera.