El bautismo cristiano es una de las dos ordenanzas que Jesús instituyó para la iglesia. Justo antes de Su ascensión, Jesús dijo: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo 28:19-20). Estas instrucciones indican claramente, que la iglesia es responsable de enseñar la palabra de Jesús, y de hacer discípulos y bautizarlos. Esto debe hacerse en todas partes ("todas las naciones") hasta "el fin del mundo". Así que, primeramente, el bautismo es importante porque Jesús lo ordenó.El bautismo ya se practicaba antes de la fundación de la iglesia. Los judíos de la antigüedad bautizaban a prosélitos para dar a entender la naturaleza "limpia" de los convertidos. Juan el Bautista usó el bautismo para preparar el camino del Señor, requiriendo que todos, no solo los gentiles, fueran bautizados porque todos necesitaban arrepentimiento. Sin embargo, el bautismo de Juan, que significa arrepentimiento, no es lo mismo que el bautismo cristiano, como se ve en Hechos 18:24-26 y 19:1-7. El bautismo cristiano tiene un significado más profundo.
El bautismo debe hacerse en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu; esto es lo que lo hace bautismo "cristiano". A través de esta ordenanza es como una persona es admitida en la comunión de la iglesia. Cuando somos salvos, somos "bautizados" por el Espíritu en el Cuerpo de Cristo, que es la iglesia. 1ª Corintios 12:13 dice: "Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu". El bautismo por agua es solo una "representación" del bautismo por el Espíritu.
