martes, 24 de febrero de 2015

Nuestra posición en Cristo

Juan 15:7 : Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis, y os será hecho.
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12)
Si ya conoce su posición, su poseedor y quién es en Cristo, ¿cómo puede poner en práctica estas verdades en su vida diaria? Hay cuatro principios:
Decídase a ser libre:
En otras palabras, decídase a creer lo que la Palabra de Dios dice y a despojarse de lo que lo ha esclavizado. Cuando se convirtió a Cristo, usted lo hizo deliberadamente. Puede hacer lo mismo en cuanto a la verdad que ha aprendido, y despojarse de su viejo entendimiento y de los vicios que lo asedian.
Permanezca en la Palabra de Dios:
No podrá permanecer en la Palabra si se limita solo a memorizar algunos versículos o a leer la Biblia unos minutos antes de acostarse. Usted debe buscar las riquezas más profundas de las Escrituras, y pedir al Señor que le enseñe cómo llevarlas a la práctica.
Crea en la veracidad de la Palabra de Dios:
Satanás no niega que la Palabra de Dios es verdad, pero le susurrará al oído que no es indicada para usted. Pues, ¡sí lo es! La Palabra de Dios es para todos.
Afirme por fe lo que ya le pertenece:
Usted es santo por la fe en Jesucristo y su obra en la cruz. Su posición, sus posesiones y lo que usted es vienen de Cristo y por la cruz. Afirme estas cosas con toda confianza y deje el resultado en las manos de Dios.
Señor, gracias por mostrarme día a día tu amor y misericordia. Necesito que mi mente y mi corazón sean renovados. En el nombre de Jesús te lo pido. Amén.

¿Cómo reaccionas ante la adversidad?

Una hija se quejaba a su padre acerca de su vida, y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. 
No sabía qué hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.
Su padre, un chef de cocina, la llevó al lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre el fuego ardiente. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo.
En una olla colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última granos de café. Y las dejó hervir sin decir palabra.
La hija esperó pacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre.
A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó sobre un recipiente. Sacó los huevos y los colocó en un plato. Colocó el café y lo sirvió en una taza.
Mirando a su hija le dijo: Querida, ¿qué ves? Zanahorias, huevos y café fue la respuesta.
La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas.
Luego le pidió que tomara el huevo y lo rompiera. Al quitarle la cáscara, observó que el huevo estaba duro.
Luego le pidió que tomara un poco del café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma, y humildemente, preguntó: “¿Qué significa esto, padre?”
Él le explicó que los tres elementos habían afrontado la misma adversidad; los tres se habían enfrentado al agua hirviendo, pero habían reaccionado de manera diferente: la zanahoria llegó al agua fuerte, dura. Pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer.
El huevo había llegado al agua frágil. Su fina cáscara protegía su interior líquido. Pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido.
Los granos de café, sin embargo, eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.
¿Cuál eres tú?, le preguntó a su hija.
“Cuando la adversidad llega a tu puerta, ¿Cómo respondes? ¿Cómo eres tú?

EL Wi-Fi

Una de las formas en las que se usa internet últimamente, es la llamada red inalámbrica o Wi–Fi. Con ella podemos lograr conectarnos, en cuanto más evoluciona la tecnología, a una mayor y cada vez más eficaz velocidad de conexión. Cada día más, las compañías de telecomunicaciones buscan nuevas formas de lograr eficacia en sus ganancias, con servicios de internet que sean lo más parecidos a la excelencia. Pero, por muy bueno que sea el Wi–Fi tarde o temprano puede fallar. Mas hay un Wi–Fi que nunca falla del que debes saber.
La Palabra de Dios dice en Daniel 6:10 Cuando Daniel supo que había sido firmado el documento, entró en su casa (en su aposento superior tenía ventanas abiertas en dirección a Jerusalén), y como lo solía hacer antes, continuó arrodillándose tres veces al día, orando y dando gracias delante de su Dios”. También dice en 1ra. Tesalonicenses 5:17-18 “Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”. Además, dice en Efesios 6:18 Con toda oración y súplica orad en todo tiempo en el Espíritu, y así, velad con toda perseverancia y súplica por todos los santos”.

RECUERDA, EL MEJOR WI–FI QUE EXISTE SE LLAMA ORACIÓN. LA ORACIÓN ES LA MEJOR CONVERSACIÓN QUE HAY, PUES ES LA CONVERSACIÓN QUE NOSOTROS TENEMOS CON DIOS. EL WI–FI SI SE VA LA SEÑAL, NO FUNCIONA, PERO LA ORACIÓN NUNCA DEJA DE FUNCIONAR. EN TODO TIEMPO Y LUGAR PODEMOS COMUNICARNOS CON DIOS Y TENEMOS ESE ACCESO DIRECTO A ÉL. ES A TRAVÉS DE CRISTO JESÚS, TENIÉNDOLO COMO SEÑOR, REY Y SALVADOR. ¿YA LO TIENES EN TU VIDA?

No me interesa

Jesucristo es amor, misericordia, santidad, poder, soberanía, justicia, paz, mansedumbre, perfección, y tantas cosas más… y por encima de cualquier dogma siempre será Él mismo, el auténtico, el único capaz de ser en todo momento lo que es desde el principio.
no me interesaTodo lo de Jesús nos enseña, pero sobre todo, su lealtad al Padre Celestial, su carácter y dominio para mantenerse firme en los principios y en la voluntad del Padre, por encima de todo y de todos. Yo anhelo ser así, yo quiero obedecer la voluntad de mi Padre Celestial por encima de cualquier circunstancia, deseo pensar solo en agradarle a Él, sin importar a cuántas personas les pueda desagradar, sin importar el rechazo y las burlas, sin importar el reconocimiento que pueda perder de parte de los hombres; ¡no me interesa!, no me interesa agradar al hombre, me interesa agradar a Dios; no me interesa obtener títulos dados por la humanidad, me interesa conservar el título que Dios me ha dado como hija suya; no me interesan las medallas que pueda colgar en mi cuello para que otros las vean, me interesan los galardones que Dios tiene para mí; no me interesa tener mucho que mostrar pero nada que dar, no me interesan las riquezas de este mundo, me interesan las riquezas del Reino Celestial; no me interesa ser admirada por el hombre, me interesa que Dios se agrade conmigo; no me interesa que el hombre se sienta orgulloso de mí, me interesa que Dios se sienta orgulloso de quien soy por Él y para Él.
Permanecer en la presencia del Señor es lo más maravilloso que cualquier ser humano puede experimentar, ya que nada se compara con el amor y la plenitud que Él ofrece a los que, con un corazón humillado y arrepentido, le buscan. No sé tú, pero yo no quiero amar a Dios a medias, no quiero vivir de sus migajas, yo lo quiero todo de Él, lo quiero a Él en cada momento de mi vida, porque entendí que estar sin Él causa dolor en el alma y que lo que Él me ofrece, nada ni nadie lo podrá suplir jamás.
Nunca te alejes de Dios, nunca tomes la decisión errónea de separarte de su amor. Si tú quieres puedes decidir vivir sin Él, pero es la más torpe decisión que puedas tomar en tu vida. Nada mejor que su presencia, nada mejor que vivir en Él y para Él.

La Dependencia total de Dios en la Biblia

“…ME FUE DADO UN AGUIJÓN EN MI CARNE…” (2 Corintios 12:7b)
Imagina cuatro eslabones de acero. El primero puede soportar hasta cuarenta kilogramos, el segundo hasta treinta, el tercero hasta veinte y el cuarto hasta diez. Cuando están unidos, ¿cuál es el peso más grande que puede soportar la cadena? ¿Cien kilos? ¡No! Una cadena es tan fuerte como el eslabón más débil, así que la respuesta es: diez…
dependencia-total-de-Dios1Este principio es aplicable a nosotros; somos tan vulnerables como nuestras áreas más débiles. Por eso intentamos, por lo general, exculparlas o ignorarlas. Pero esto entraña peligro, porque cuando confías solo en tus propios recursos, empiezas a pensar que todo lo puedes manejar tú solo. Pablo pasó la primera mitad de su vida sirviendo a Dios como mejor sabía pero con resultados francamente nada deseables. A pesar de su gran sabiduría y habilidad, tuvo que aprender a confiar y delegar todo en Dios. “Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo” (2 Corintios 12:9b). Impedimentos, incapacidades y obstáculos son los obsequios de Dios para los que se creen autosuficientes. Y Él no consentirá que entonces, utilices tu debilidad como disculpa para que abandones tus responsabilidades, pero sí la permitirá para mantenerte dependiente de Él.