Esta es una pregunta que muchos cristianos se hacen y que generalmente no encuentran una respuesta, y por tal motivo muchos hermanos y hermanas abandonan las iglesias pues llegan a una conclusión: “Para estar con pleitos y conflictos mejor ya no me congrego”. Pero la palabra de Dios nos da respuestas a esta pregunta que muchos nos hacemos: ¿por qué hay conflictos en las iglesias?

¿Por qué o con qué objetivo el Señor permite las disensiones o conflictos en las iglesias? Pues para que esas disensiones o conflictos revelen quiénes son aquellos cristianos que necesitan aún más de la obra transformadora del Espíritu Santo en su vida, y entre ellos la palabra de Dios nos dice que están:
- a) Los cristianos carnales; porque aún sois carnales. En efecto, habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales y andáis como hombres? (1 Corintios 3:3). Es decir, aquellos que con sus acciones y actitudes demuestran que están llenos de celos, egoísmo, contienda y disensión.
- b) Los cristianos que causan divisiones; Pero os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y ponen tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido. Apartaos de ellos. (Romanos 16:17). Estos son los que siembran discordia entre los hermanos, lo cual el Señor aborrece (Proverbios 6:19).
- c) Los cristianos contenciosos. Con todo, si alguno quiere discutir, sepa que ni nosotros ni las iglesias de Dios tenemos tal costumbre. (1 Corintios 11:16). Una persona contenciosa es aquella que siempre contradice lo expresado por las demás personas, es decir, los cristianos que no hacen pero sí critican.