viernes, 9 de marzo de 2012

El Señor estará conmigo


Es evidente que si Dios confió a Moisés una comisión, no le dejaría solo. Ante el riesgo que iba a correr y la fortaleza que le era necesaria para cumplir su cometido, sería ridículo que Dios enviara un pobre hebreo para que se enfrentara con el más poderoso monarca de la tierra y le dejara solo en su empresa.
No es concebible que la sabiduría de Dios opusiera un hombre débil como Moisés a Faraón con todo el poderío de Egipto. Por eso dice el Señor: «Yo estaré contigo», para darle a entender que no iba solo.
También conmigo sucederá lo mismo. Si Dios me confía una misión, confiando plenamente en su poder y buscando únicamente su gloria, tendré la seguridad de que Él estará conmigo. Por el mero hecho de enviarme, está obligado a favorecerme. ¿No es esto suficiente? ¿Qué más puedo desear? Aun contando con el poder de sus ángeles y arcángeles, podría sucumbir en la demanda, mas si Él está conmigo, ciertamente saldré victorioso.
Lo único que se me exige es que yo obre en consecuencia con esta promesa, que no emprenda el camino con timidez, desanimado, negligente o henchido de orgullo. ¡Tal es la conducta que debe observar una persona que tiene a Dios en su compañía!
Así amparado, debo caminar con valentía y, como Moisés, presentarme sin temor delante de Faraón.
Hoy, Se que la promesa de su compañía va por encima de cualquier otra expectativa que podría llenarme. Dios es el mejor compañero de Camino. Como acompaño a los discípulos camino a Emmaús lo está haciendo conmigo en este momento. Y eso me da su paz.
Señor, Gracias por sostenerme en medio del camino. Gracias por darme tu compañía como un maravilloso regalo.  En este día al acercarme a tu altar, me acerco con un corazón agradecido porque reconozco la belleza de tu compañía. Amén.

Cosas sencillas


Los momentos tiernos y los recuerdos duraderos son muy a menudo el resultado de disfrutar cosas sencillas.
Filipenses 4:11
No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación.

El encuentro de los abuelos con sus nietos es siempre muy enriquecedor para ambos lados. A muchos niños les encantan estar con sus abuelos por diferentes y variadas razones. Algunos porque al lado de los abuelos no existen tantas órdenes ni obligaciones. Otros porque pueden hacen cosas distintas con ellos, como preparar galletas juntos, comer dulces, dar paseos, ir al parque, y realizar una infinidad de actividades que hacen con que ellos se sientan más libres.
Algunos nietos ven a sus abuelos como un amigo, una especie de guía, como divertidos, cariñosos, mimosos y que les gusta estar con ellos. Pero, claro, todo depende de la forma de ser de los abuelos. Hay también los que apenas envejecen y continúan tratando a los más pequeños de una manera muy autoritaria y demasiado exigente. Pero, por lo general, los abuelos sienten mucho placer con sus nietos. Estar con ellos es también una forma de renovarse personalmente. Es tener más participación en la familia, y sentirse más jóvenes y actualizados. Se aprende mucho con los niños.

¿Cómo estas mirando la vida hoy?


Se cuenta la historia de gemelos idénticos: uno lleno de optimismo que a menudo solía decir: ¡Todo está saliendo color de rosas! y el otro, un pesimista triste y sin esperanza que de continuo esperaba que sucediera lo peor.
Los padres preocupados por los gemelos los trajeron a un psicólogo, con la esperanza de que él pudiera ayudarlos a balancear sus personalidades.
El psicólogo sugirió que en el próximo cumpleaños de los gemelos, los padres los pusieran en habitaciones separadas para abrir sus regalos.
-Denle al pesimista los mejores regalos que puedan comprar -les dijo el psicólogo- , y al optimista una caja de estiércol.
Los padres hicieron como se les dijo.
Cuando miraron a hurtadillas al gemelo pesimista, lo escucharon quejarse:
-No me gusta el color de este juguete. ¡Apuesto a que este juego se va a romper! No me gusta jugar a este juego. ¡Conozco a alguien que tiene uno mejor que este!
Atravesando de puntilla el pasillo, los padres miraron a hurtadillas y vieron a su hijo optimista, que con alegría tiraba al aire el estiércol. Se estaba riendo mientras decía:
- ¡No puedes engañarme! ¡Donde hay tanto estiércol, tiene que haber un caballo!
¿Cómo estas mirando la vida hoy? ¿Cómo un accidente que está esperando por suceder, o una bendición a punto de ser recibida?
La gente más feliz no necesariamente tiene lo mejor de todo. Ellos hacen lo mejor de las cosas.
No que hable porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Filipenses 4:11,13 (LBLA)

El poder de la Fe


Es pues la fe,
la certeza de lo que esperas.
Es pues la fe,
el motor que impulsa tus venas.
La fe te hace descubrir
el poder que se encierra en ti,
para ver lo que no se ve,
para poder seguir.
Es pues la fe,
la moneda que adquiere todo.
Es pues la fe,
más valiosa que él mismo.
La fe te sostiene mirando hacia al frente,
por la fe lucha fuerte,
quien espera algo más.

La fe mueve montañas
y eso tu lo conoces,
la fe hace que viva lo que ya estaba muerto,
por la fe cobra aliento.
La fe no admite dudas
y no cruza los brazos,
no se sujeta al tiempo,
no se rinde al fracaso,
la fe sigue luchando.
Por la fe estamos vivos,
por la fe es que soñamos,
por la fe en su palabra cruzaremos el mar
y lo haremos cantando, oh, oh
Es pues la fe,
el lenguaje de los que triunfan.
Es pues la fe,
lo que te hace llegar arriba.
La fe te hace producir lo que no has producido,
la fe te abre el camino hacia tu libertad.
Por la fe levántate y anda,
por la fe extiende tus alas
nada podrá deterner
el poder de la fe…….
La fe mueve montañas
y eso tu lo conoces,
la fe hace que viva lo que ya estaba muerto,
por la fe cobra aliento.
La fe no admite dudas
y no cruza los brazos,
no se sujeta al tiempo,
ni se rinde al fracaso,
la fe sigue luchando.
Por la fe estamos vivos,
por la fe es que soñamos,
por la fe en su palabra cruzaremos el mar
y lo haremos cantando, oh, oh
La fe mueve montañas
y eso tú lo conoces,
la fe hace que viva lo que ya estaba muerto,
por la fe cobra aliento.
La fe no admite dudas
y no cruza los brazos,
no se sujeta al tiempo,
ni se rinde al fracaso,
la fe sigue luchando.
Por la fe estamos vivos,
por la fe es que soñamos,
por la fe en su palabra cruzaremos el mar
y lo haremos cantando, oh, oh