lunes, 21 de abril de 2014

¿Cuál es la llamada ‘oración del pecador’?

La oración comúnmente llamada “la oración del pecador”, es una oración que se hace a Dios, cuando se entiende que se es pecador y en necesidad de un Salvador. Hacer esta oración no logrará nada por sí misma, por sí sola, como cualquier otra, si no va acompañada de verdadera fe. Una oración del pecador auténtica representa lo que uno sabe, entiende, y cree acerca de su pecaminosidad y su necesidad de salvación.

El primer aspecto de la oración del pecador, es entender que todos somos pecadores. Romanos 3:10 proclama, “Como está escrito: no hay justo, ni aún uno.” La Biblia deja muy claro que todos hemos pecado. Todos somos pecadores en necesidad de la misericordia y el perdón de Dios (Tito 3:5-7). A causa de nuestro pecado, merecemos el castigo eterno (Mateo 25:46). La oración del pecador es un ruego por la gracia en lugar del juicio. Es una solicitud por la misericordia en lugar de la ira.


El segundo aspecto de la oración del pecador, es reconocer lo que Dios ha hecho para remediar nuestra condición perdida y pecaminosa. Dios fue hecho carne y llegó a ser un ser humano en la Persona de Jesucristo (Juan 1:1,14). Jesús nos enseñó la verdad acerca de Dios y llevó una vida perfectamente justa y libre de pecado (Juan 8:462 Corintios 5:21). Jesús murió en la cruz en nuestro lugar, llevando el castigo que nosotros merecemos (Romanos 5:8), y resucitó de los muertos para probar Su victoria sobre el pecado, la muerte y el infierno (Colosenses 2:15; 1 Corintios el capítulo 15). Por todo esto, podemos tener nuestros pecados perdonados y la promesa de un hogar eterno en el Cielo, – si solamente ponemos nuestra fe en Jesucristo. Todo lo que tenemos que hacer es creer que Él murió en nuestro lugar y resucitó de la muerte (Romanos 10:9-10). Podemos ser salvos por gracia solamente, por medio de la fe solamente, y por Jesucristo solamente. Efesios 2:8 declara, “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.”

Hoy… Veré Tu Luz En La Oscuridad

“y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos.” Hechos 12:7.
Dios es Luz. Donde está Dios no hay tinieblas. Su luz disipa las sombras más tenebrosas que puedan venir sobre nosotros.
Me sentía apesadumbrado, y en medio de la noche más oscura, un rayo de luz vino sobre mí.
Si, a veces en el ministerio nos sentimos como en una cárcel y sin un rayo de luz cerca de nosotros. Pero si hemos mantenido una vida devocional activa, en cualquier momento la luz resplandecerá por nosotros o a favor de otros.
Una época me sentí sin luz, como si una sombra se hubiese puesto sobre mí. Perdí en esos días, el deseo de orar y de buscar el resplandor de su gloria, mientras la tristeza me rodeaba. Oraba, sí, pero sin fervor, y no quería sentirme así. Al sexto día de ello, entré en mi oficina para orar pero con el mismo sentimiento, y mientras oraba sin ánimo y deseo, de pronto sentí que la sombra que me oscurecía se rompió y sentí algo así, como un rayo de luz que entró e iluminó mi mente. La tristeza desapareció y volví a sentir el anhelo y la alegría. Salí de la oficina y me dije: “Se acaba de romper lo que por seis días he sentido”.
Dios movió a otro líder a interceder por mí y un rayo de luz llegó a la cárcel. Vale la pena renovarnos cada día en la vida devocional.
No importa las sombras que puedan llegar sobre mí hoy, la oración es el recurso dejado por Dios para pedir que su luz venga; así como el verso de Hechos 12:7 narra que la luz vino a la cárcel donde Pedro se encontraba, La Iglesia oraba y Dios. como respuesta, envió Luz.
Señor, este es un gran día para ver tu luz en mí, sobre mí y alrededor de mí. Gracias por dejarme la oración, como el maravilloso medio para recurrir a ti en medio de la noche más oscura. Hoy confieso que veré tu luz. Amén.

El amor es paciente

¿Cómo es tu trato con las personas que amas?


El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 
(1 Corintios 13:4-6)
¡Cuántas veces descuidamos o no le damos el valor que merecen las personas más importantes que tenemos a nuestro lado! Nos olvidamos de que Dios nos ha bendecido en gran manera, al darnos una familia y amigos, especialmente aquellos que están más cerca de nosotros, pero a menudo les tratamos como a desconocidos. Muchas veces estamos tan ocupados viéndoles las cosas negativas y sus defectos, que somos incapaces de ver lo bueno que ellos han hecho por nosotros.

"Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad". (Filipenses 4:8).


En las relaciones de pareja, por ejemplo, los reproches y los enfados son moneda corriente en estos tiempos. ¿Alguna vez has estado en esa situación en la que la persona que amas, te hiere más fácilmente que cualquier otra? Debes dejar a un lado la posible sensibilidad que tengas y no alterarte, porque 
el amor es paciente. Se trata de serlo cuánto más sea posible.

A Dios le agradezco

“A Dios le agradezco por mi hijo(a), que no limpia su cuarto pero está viendo la tele, porque significa que está en casa y no en las calles.
A Dios le agradezco por los descuentos en mi sueldo, porque significa que estoy trabajando.
Le agradezco por el desorden que tengo que limpiar después de una fiesta, porque significa que estuve rodeado de seres queridos.
agradeciendoLe agradezco por mi sombra que me ve trabajar, porque significa que puedo salir al sol.
Le agradezco por el césped que tengo que cortar, ventanas que necesito limpiar y tuberías que arreglar, porque significa que tengo una casa.
Le agradezco por las quejas que escucho acerca del gobierno, porque significa que tenemos libertad de expresión.
Le agradezco por la señora que está detrás de mí en la iglesia y que desentona al cantar, porque significa que puedo oír.
Por la cantidad que tengo que lavar y planchar, porque significa que tengo ropa que vestir.
Por el cansancio y los dolores musculares al final del día. Porque significa que fui capaz de trabajar.
Y finalmente le agradezco a Dios por el despertador que suena temprano todas las mañanas, ¡porque significa que estoy vivo!”

El verdadero autor

Cuenta una historia que, había una vez un científico que descubrió el arte de reproducirse a sí mismo tan perfectamente, que resultaba imposible distinguir el original de la copia.
Un día se enteró que le andaba buscando el ángel de la muerte y, fiel a su descubrimiento, hizo doce copias de sí mismo.
Mad professor shows attention gesture in his laboratoryCuando el ángel llegó, no sabía cómo averiguar cuál de los trece ejemplares que tenía ante sí era el científico, de modo que les dejó a todos en paz y se fue. Pero no tardó en regresar con una estrategia muy ingeniosa, basada en la naturaleza humana.
Al llegar al lugar donde se encontraba el científico con sus doce copias, dijo: “Debe ser usted un genio, señor, para haber logrado tan perfectas reproducciones de sí mismo; sin embargo, he descubierto que su obra tiene un defecto, un único y minúsculo defecto”.
El científico dio un salto y gritó: “¡Imposible! ¿Dónde está el defecto?”
“Justamente aquí”, respondió el ángel, mientras tomaba al científico de entre sus reproducciones y se lo llevaba consigo. “Todo lo que hace falta para descubrir a nuestro "ego" es una palabra de adulación o de crítica”.
El ego es una de las herramientas más eficaces para autodestruirnos. La arrogancia, el orgullo, y la altivez, siempre jugarán en nuestra contra. No importa lo bueno que seas en lo que hagas, que si no eres humilde y reconoces que es de Dios de quien provienen tus dones, inteligencia, talentos y todo lo que posees, no llegarás a ninguna parte.
“La verdadera humildad y el temor del Señor conducen a riquezas, a honor y a una larga vida”. Proverbios 22:4
Estos son los componentes básicos del verdadero éxito, que todos deberíamos tener presentes en nuestras vidas: Humildad y temor del Señor. Sólo así alcanzaremos nuestros sueños y tendremos una vida que trascienda e impacte a los que nos rodean.

No dejes que tu vida se vea truncada por no reconocer al verdadero autor de lo que somos y tenemos.


Dos Salmos 23, elige tu estilo de vida

Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Salmo 23:1-2.
Dos Salmos 23, ¿Elige tu estilo de vida?
En la vida hay dos tipos de personas y cada uno de estos tipos expresan su estilo de vida a través de un Salmo. Un Salmo es una expresión del alma que revela lo que impera en lo recóndito de la misma. 
Podrás ubicarte en el que mejor exprese tu alma, al verlos.


Salmo 23 del primer tipo de persona:

Yo soy mi pastor. Siempre padezco necesidad. Voy de comercio en comercio y de psicólogo en psicólogo en busca de alivio sin encontrarlo. Me arrastro por el valle de sombra de muerte y me desmorono. Le temo a todo, desde los pesticidas hasta las líneas eléctricas, y comienzo a actuar como mi madre. Voy a la reunión semanal del personal y estoy rodeado de mis enemigos. Voy a casa y hasta mi pez de colores me desprecia. Unjo mi cabeza con gel y espuma extra fuerte. Mi Bacardí está rebosando. Ciertamente, la miseria y la desdicha me seguirán, y viviré dudando de mí por el resto de mi solitaria vida.