jueves, 5 de mayo de 2016

¿Creo o te creo?

Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. 1 Corintios 13:12
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Isaías 26:3
En el lenguaje corriente, cuando decimos: "creo", normalmente significa: "Pienso, me parece, pero no estoy completamente seguro". En cambio, cuando le digo a alguien: "Te creo", es como si le dijese: "Confío en ti". Esto significa que creo cierto lo que me dice. Ese el sentido de la fe cristiana. No es una creencia vaga, sino una profunda y serena confianza en Dios.
La fe es el impulso interior que nos da el valor de atravesar la duda para ir a Dios. Cuando subo una montaña puede suceder que tenga vértigo, que tenga la sensación de caer. Lo importante es aguantar, aferrado a la roca, y seguir la senda que apenas podemos distinguir. Así es la fe cristiana: se apoya en Dios para cada paso de la vida.

Un corazón conforme a Dios

Pero cierto varón de nombre Simón, había estado practicando magia en la ciudad y asombraba a la gente de Samaria, haciéndose pasar por alguien importante. Hechos 8:9 (BTX)
En los comienzos de la iglesia primitiva, el Espíritu Santo obraba grandes señales y milagros a través de Felipe, pero apareció en escena un hombre que practicaba la magia alegando que éste era el “gran poder de Dios”; se creía un hombre importante porque llamaba la atención de grandes y pequeños teniéndolos embelesados con artes mágicas, con engaño. Pero dice la Biblia que cuando “…creyeron el mensaje de Felipe que proclamaba las buenas nuevas acerca del reino de Dios y de Jesús el Mesías, fueron bautizados tanto hombres como mujeres…” (verso12)
Este Simón también creyó y no se “despegaba” de Felipe, estaba maravillado del poder de Dios. Al ver a Pedro y a Juan que imponiendo las manos sobre las personas, estas recibían el Espíritu Santo les ofreció dinero a cambio de esa unción.

Diferenciemos lo bueno de lo mejor

LUCAS 10:39-40 “María… sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: ‘Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude’.”
El clásico relato de María y Marta tiene algo muy importante que decirnos hoy. Nos encontramos aquí con dos mujeres, amigas y discípulas de Jesús, alborotadas por la sorpresiva visita del Señor en su casa. Cada una de ellas tomó una actitud diferente: María estaba a los pies de Jesús, pero Marta se preocupaba mucho con las cosas que tenía que hacer.
download (13)La preocupación de Marta era su deseo de prepararle algo rico de comer al Señor. La intención de Marta era buena pero no bastaba, pues en las cosas espirituales la “buena intención” no es suficiente para agradar a Dios.
Muchos cristianos hoy día son como María y Marta. Unos están rendidos a los pies del Señor y otros haciendo cosas para el Señor.
La palabra “preocupada”, es traducida también como “distraída”, y da la idea de caminar en círculos llevando encima algo pesado, llevar algo casi arrastrando debido a su peso. Que Dios nos guarde de ser cristianos como Marta, que viven distraídos de lo principal y se pierden lo mejor.

Más Luz

¨Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad.¨
(1 Juan 1: 5-6 RVR 1960)
mas luzLa oscuridad es la ausencia de luz, y en ella estamos perdidos, no sabríamos qué camino escoger para encontrar una salida, no podríamos mirar a quien tenemos a nuestro lado para que nos apoye, ignoraríamos un bello paisaje, y obviamente, sería imposible divisar el maravilloso destino que nos espera.
Los que andamos en luz ya no podemos seguir en la oscuridad con los mismos pecados. Es cierto que a diario le fallamos a Dios, pero cada día tenemos la oportunidad de enmendar nuestro error, de arrepentirnos y pedirle perdón al Señor para que nos limpie con su poderosa sangre.