jueves, 19 de diciembre de 2013

¿Qué es el fruto del Espíritu? - Pregunta bíblica

Gálatas 5:22-23 nos dice, “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza...” El fruto del Espíritu Santo es el resultado de la presencia del mismo Espíritu Santo en la vida de un cristiano. La Biblia dice claramente que cada uno recibe al Espíritu Santo en el momento en que cree en Jesucristo (Romanos 8:9; 1 Corintios 12:13; Efesios 1:13-14). Uno de los principales propósitos del Espíritu Santo al entrar en la vida de un cristiano, es el de cambiar esa vida. Es el trabajo del Espíritu Santo conformarnos a la imagen de Cristo, haciéndonos más parecidos a Él.

El fruto del Espíritu Santo está en contraste directo con los hechos de la naturaleza pecaminosa en Gálatas 5:19-21, “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas, acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” Gálatas 5:19-21 describe cómo es la gente, en mayor o menor grado, cuando no conocen a Cristo y por lo tanto no están bajo la influencia del Espíritu Santo. Nuestra carne de pecado produce este tipo de fruto (Gálatas 5:19-21), y el Espíritu Santo produce el otro tipo (Gálatas 5:22-23).

Una herramienta poderosa - Devocional

“y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.” 
Romanos 5:5
Las relaciones interpersonales afectan a nuestra vida más que cualquier otro recurso que Dios nos haya confiado.
Para manejar con éxito estas relaciones, familiares, vecinales, con amigos, compañeros de trabajo, etc., contamos con la guía de la palabra de Dios. Ella nos ilumina y nos sirve de revelación precisa para hacerlas fructíferas y productivas. Porque Él nos ha derramado en nuestro interior la herramienta espiritual que nunca falla, el gran Amor de Dios. Y nos la dio para poder usarla adecuadamente en las relaciones y para poseer la habilidad de amar a la gente al mismo nivel en que Él lo hace con nosotros.
Use el amor incondicional de Dios. Usted tiene ese don tan excelente en su vida. Es la forma más efectiva y segura de generar un nivel de influencia apropiada con los hijos, para que puedan servir a Dios efectivamente; también con su cónyuge, para que cada día camine más cerca de Dios, con los amigos y con la familia para que alcancen la salvación.
Usted tiene la oportunidad de administrar bien sus relaciones influenciando en los demás con lo que Dios tiene para ellos. No usando la manipulación porque trae muchas complicaciones y genera distanciamientos, sino usando el potencial del amor divino que ha sido derramado en su corazón y está disponible.
Usted debe comenzar colocando metas de amor en sus relaciones y elevará su calidad de vida. Perfeccione el amor y habrá resultados saludables en todas las áreas.
Padre, gracias por mostrarme tu amor incondicional dando a tu Hijo por mí. Gracias por el Espíritu Santo que me llena de ese amor. Enséñame a usarlo con otros como lo hiciste conmigo. En el Nombre de Jesús. Amén.

Santa Claus vs Jesucristo - Devocional

La verdadera navidad se disfruta, se entiende y se celebra sólo cuando Jesús nace en nuestros corazones.
Navidad es más que una tradición, es reconocer que Jesús es el motivo de nuestra celebración. Muchos celebran a Jesús pero no LE invitan. Se rememora más en las navidades a un personaje inventado llamado Santa Claus, que al mismo Jesucristo. Santa Claus es una historia inventada y Jesucristo es El Dios que vive y reina por los siglos de los siglos.
Muchas personas cambian en estas festividades, se ponen sensibles y aman a los que antes odiaban, pero una vez pasan estas fechas vuelven a ser los mismos de antes. Únicamente porque creen en Santa Claus pero no en Jesucristo.
Muchos la celebran con regalos, comidas, bailes, alcohol, drogas, etc… Pero la verdadera navidad se disfruta, se entiende y se celebra sólo cuando Jesús nace en nuestros corazones y le damos la oportunidad de que gobierne nuestras vidas. Muchas personas se preocupan por buscar regalos, por hacer una buena fiesta con arbolitos y una cantidad de cosas pero,... realmente te has preguntado ¿qué es la Navidad? o ¿has seguido los pasos de miles de personas que sólo la celebran por tradición?
Dios nos dio el mayor de los regalos y ese no es la Navidad, sino más bien aquel que es el motivo de la Navidad “JESUS”. Sin Jesús no hay Navidad; por eso es que en muchos hogares donde hacen fiesta en estas fechas, hay como un vacío que necesita ser llenado por Aquel a quien le pertenece este lugar “JESÚS”. Sin embargo, cuando ese espacio lo ocupa una fábula llamada “Santa Claus”, el vacío se vuelve más profundo ya que ningún ser humano, cuento, o historia puede hacer lo que el Hijo del Dios trae a nuestras vidas, a nuestros corazones, hogares y familia cuando decidimos invitarle.

Pancakes - Reflexiones

El pequeño Luis, de seis años, decidió una mañana prepararle “pancakes” (bizcochos) a sus papás para desayunar.
Encontró un gran tazón y una cuchara, acercó una silla a la mesa, y trató de alzar el pesado paquete de harina para abrirlo.
La mitad del paquete quedó desparramada entre la mesa, la silla y el suelo. Tomó toda la que pudo con sus manitas y la puso dentro del tazón, después le puso un poco de leche y azúcar, haciendo una mezcla pegajosa que empezaba a chorrear por los bordes. Además había ya pequeñas huellas de harina por toda la cocina, dejadas por él y su perrito.
Luis estaba totalmente cubierto con harina, y estaba empezando a frustrarse. Quería darles una sorpresa a sus papás haciendo algo muy bueno, pero todo le estaba saliendo al revés. No sabía qué más había que agregar a la pasta, o si había que hornear los “pancakes”,... ¡ni siquiera sabía cómo usar el horno!
Cuando miró otra vez la mesa, su perrito estaba lamiendo el tazón, por lo que corrió a apartarlo de la mesa, pero accidentalmente derramó la botella de leche y además se rompieron unos huevos que había sobre la mesa al caer al suelo.
Intentó agacharse para limpiar, pero resbaló y quedó con toda su pijama pegajoso, lleno de harina y huevo. En ese momento vio a su papá de pie en la puerta. Dos grandes lágrimas se asomaron a sus ojos. Él solo quería hacer algo bueno, pero en realidad había causado un gran desastre.
Estaba seguro de que su papá le iba a regañar y, muy posiblemente, castigarle. Pero su papá sólo le miraba en medio de aquel desorden. Entonces, caminando encima de todo aquello, tomó en sus brazos a su hijo que lloraba, y le dio un gran abrazo lleno de amor, sin importarle llenarse él mismo de harina y huevo.

Mis consecuencias- Devocional

El 16 de abril 1947 en la ciudad de Texas, ocurrió  el accidente laboral más grande de la historia de Estados Unidos y del mundo.
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Tres barcos que contenían explosivos volaron por los aires. Toda la ciudad fue inundada con llamaradas de fuego producidas por los desechos, y éstas a su vez llegaron a una fábrica de productos químicos que fue desecha casi inmediatamente, al igual que otros barcos petroleros que estaban varados en el puerto. La catástrofe se extendió tan rápido a toda la ciudad, que rebasó por completo a todas las agencias de bomberos que acudieron para tratar de controlar el siniestro.
Tras varios días de caos, el desastre llegó a su fin con un terrible saldo humano y económico. La entidad policial encargada de investigar cuál había sido la causa de aquel terrible suceso, dijo en su reporte final: “… Un marinero o un estibador que, violando la prohibición expresa de fumar, fumó y arrojó la colilla del cigarro sobre alguna cosa inflamable; entonces se produjo un pequeño incendio que se comunicó a los depósitos de municiones, y después vino lo peor… la catástrofe.”