Por eso les digo: obedezcan al Espíritu de Dios, y así no desearán hacer lo malo. Porque los malos deseos están en contra de lo que quiere el Espíritu de Dios, y el Espíritu está en contra de los malos deseos. Por lo tanto, ustedes no pueden hacer lo que se les antoje. Gálatas 5:16-17
Dios, por medio de su canal humano, Pablo, nos propone los recursos espirituales para vivir moral y emocionalmente, en una nueva relación de fe en la familia del reino. Ya que como personas regeneradas, dejamos atrás toda nuestra personalidad que estaba en condición frágil, llámese moral y espiritual o psicológicamente, y ante cualquier influencia social o del entorno inmediato corríamos el riesgo de corrompernos y de reaccionar contra los valores y principios de la nueva familia que por gracia ya somos. Por tanto, Dios, al conocer bien nuestra vulnerabilidad humana, nos propone que nos dispongamos a andar en las virtudes de nuestro paráclito (E. Santo).
Martina y katalino eran miembros activos provenientes de una iglesia hermana que llegaron a la iglesia de Cozumel. Al parecer, Katalino fue líder juvenil y anciano de la iglesia de donde venían. Fueron recibidos con amor y servicio por los hermanos de aquella comunidad de fe.
Poco a poco fueron ganando los corazones de cada hermano de la iglesia local. Cada domingo y los días de servicio los podías ver muy participativos y se podía decir de ellos que eran muy espirituales.
Un día se ausentaron de la iglesia, y así fue poco a poco su retirada de la congregación. Pero un día los líderes de aquella iglesia se organizaron y fueron a visitarlos, pues habían notado la ausencia de esta pareja. Al llegar al hogar se encontraron a Katalino, solo y con una mesa con envases de cerveza y mucha ceniza de cigarro, y algunos amigos dormidos por la mucha bebida ingerida.
Y al parecer, Martina también había dejado a su esposo para irse a vivir con otro hombre, y parece que comenzaba a reunirse con los llamados estudiosos de la biblia, los conocidos testigos de Jehová.
Los hermanos líderes, apenados y tristes, se retiraron de aquel hogar preguntándose, ¿qué pasó con esta familia? ¿Qué es lo que no entendieron de las promesas de Dios acerca de los frutos del Espíritu Santo? ¿Qué los hizo apartarse tan pronto de la libertad gloriosa de la gracia de Dios e ir detrás de la miserable esclavitud de la infidelidad, de los vicios sociales, y nuevas ideas religiosas? ¿Qué los alejó de los efectos del Espíritu Santo y los llevó a vivir bajo las motivaciones de ellos mismos? ¿Habrá esperanza de cambio para estos que han sucumbido a los apetitos personales?