jueves, 10 de septiembre de 2015

Todos Metemos La Pata

“Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende de palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo”. Santiago 3:2 
Santiago está diciendo: “Mira, la única persona que nunca mete la pata en lo que respecta a decir algo malo es una persona perfecta”. Bueno, solo ha existido una persona perfecta: Jesús. Eso significa que todos nosotros vamos a meter la pata en lo que se refiere a decir cosas que lamentaremos profundamente.
Probablemente no haya animal más impresionante y más majestuoso que un caballo pura sangre. No es casualidad que las personas en el negocio de automóviles, hayan optado por presumir del poder de sus motores por la cantidad de caballos de fuerza que tienen. Incluso un niño pequeño que sepa cómo usar el freno-control de la brida en la boca del caballo, al ejercer presión sobre la lengua, puede controlar ese poderoso animal. Lo puede hacer girar hacia la izquierda o la derecha, y que se detenga. ¡Qué maravillosa descripción de lo poderosa que es la lengua, y su influencia en cada cosa que hacemos con nuestros cuerpos!

La lengua es como el timón en un barco de vapor grande y poderoso, un barco de crucero o un transatlántico. El capitán sabe que cualquier dirección a la que gire el timón, a esa dirección irá el barco. Ese pequeño timón en ese enorme barco, controla la dirección en la que va. ¡Eso es mucho poder!

Recordemos a Hitler, y cómo la influencia y poder de sus palabras llevó al pueblo alemán a realizar increíbles actos de maldad. Después, pensemos en un hombre en Gran Bretaña cuyo poder  lingüístico (Winston Churchill) dio coraje al pueblo británico, para no darse nunca por vencido en la lucha contra la Alemania nazi, a pesar de que las probabilidades estaban en su contra.
Así también, se nos recuerda lo poderoso que es ese pequeño órgano en nuestro cuerpo. Se puede usar tanto para hacer el bien como para hacer el mal.Tratemos de usarla (la lengua) siempre para hacer el bien, con la ayuda de Dios.



Cambia tu Presente y Construye tu Futuro

Últimamente he comprobado que mucha gente está teniendo problemas porque no han podido olvidar su pasado, siempre lo están recordando, como si cada día sacaran el baúl de los recuerdos y buscaran el álbum de su pasado para no olvidar lo bueno o malo que fue su vida hace años.
Cambiar FuturoBien es cierto que para el ser humano, es más fácil recordar el pasado que ponerse a pensar en el futuro. De hecho, nos cuesta mucho proyectarnos hacia el futuro porque empezamos a ver nuestro pasado y presente, y no creemos que nuestra vida pueda cambiar, o creemos que puede cambiar pero que eso llegará... cuando Dios quiera.
Pero ten en cuenta, primero, que tú eres una nueva creación, como vemos en 2 Corintios 5:17: Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! (NVI), y segundo, es que Dios es galardonador de aquellos que lo buscan, como dice Hebreos 11:6 En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. (NVI), o sea, de aquellos que creen y ponen en práctica su Palabra. Así que hoy tú puedes cambiar tu presente y construir tu futuro. Dios quiere siempre lo mejor para ti.
Puede que, a día de hoy, estés enfrentando un desengaño en tu relación matrimonial, o tengas problemas con tu hija o hijo, atravesando un problema financiero o de enfermedad, un problema laboral, y sientes que el mundo se acaba y no sabes qué hacer. Lo has intentado muchas veces y de muchas maneras pero nada que se resuelve, piensas y te cuestionas: voy a la iglesia, oro, ayuno, ofrendo y diezmo, pero no veo a Dios actuando en mi vida.

Libertad en el fracaso

Es increíble lo fuertes que podemos volvernos cuando comprendemos lo débiles que somos.
Pero Pedro y Juan replicaron: ¿Es justo delante de Dios obedecerlos a ustedes en vez de obedecerlo a él? ¡Júzguenlo ustedes mismos! Nosotros no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído. Hechos 4:19-20
Si nos tomáramos un instante para volver a leer el relato de la negación de Pedro, en Mateo 26, nos costaría, frente al texto anterior, creer que se trata de la misma persona. Las circunstancias son prácticamente iguales, en ambos incidentes el apóstol fue confrontado y tuvo la misma oportunidad de confesar que era seguidor de Cristo.
No obstante, en la primera escena vemos a un Pedro miedoso, atemorizado por las posibles consecuencias de la sencilla acción de abrir la boca y afirmar que era discípulo de Jesús. Y optó por la mentira, no solamente una vez, sino tres veces, negando con la vehemencia de los que están acorralados, que alguna vez hubiera
 pasado tiempo con el Maestro de Galilea.
Muchas veces los más intrépidos miembros del cuerpo son los que han sido rescatados de las peores condiciones.
La transformación de Pedro, en la escena narrada en Hechos, es absoluta. Lejos de sentirse intimidado por las amenazas del Sanedrín, los confrontó con audacia y proclamó que no tenía intención, ni por un instante, de retomar el camino que tan apasionadamente abrazó en aquella ocasión: el silencio. ¿Cómo hemos de explicar un cambio tan radical en la persona de Pedro?
La respuesta la hallamos en ese dramático encuentro que tuvo con el Jesús resucitado, a orillas del mar de Galilea. Había gustado, previamente, el fruto amargo de no arriesgarse por el Señor, lo que le causó una tristeza y una desilusión tan profundas que, seguramente, creyó que todos sus sueños y proyectos de ser parte del movimiento que había iniciado el Cristo estaban muertos. La gran profundidad de su caída preparó su asombrosa recuperación después de la ascensión de Cristo. El encuentro que tuvo con Jesús desató todo el potencial que había en él, el cual había llevado al Padre a incluir al pescador en el grupo de los Doce.

No me pidas que te deje

Rut 1:15-22.
RUT, UNA CHICA DETERMINADA 
Ella decide permanecer con su suegra. Tienes que estar muy determinada para quedarte con tu suegra.

Noemí insiste para que ella vuelva, no quiere que Rut desperdicie su joven vida quedándose con una vieja como ella. Sin embargo, Rut le da una respuesta que la deja "de piedra" y le rompe en mil pedazos todos sus argumentos. ¡Fin de la discusión!
16 Rut respondió:
—No me ruegues que te deje
y me aparte de ti,
porque a dondequiera que tú vayas, iré yo,
y dondequiera que vivas, viviré.
Tu pueblo será mi pueblo
y tu Dios, mi Dios.
17 Donde tú mueras, moriré yo
y allí seré sepultada.
Traiga Jehová sobre mí
el peor de los castigos,
si no es sólo la muerte lo que hará separación entre nosotras dos.
La respuesta de Rut nos ayuda a pensar en varias cosas importantes:
-Volver atrás no es una opción.
-¿Volver a donde estuve antes? ¡No!
-¿Volver al pasado, a lo que me lastimó y traicionó? ¡No!
-¿Volver al recuerdo del dolor, de la pérdida, del sufrimiento? ¡No!

-¿Volver a las discusiones, las peleas y los gritos? ¡No!
-¿Volver al lugar donde no fui amada, ni cuidada ni respetada? ¡No!
-¿Volver a abortar y sufrir por mi error? ¡No!
-¿Volver a las drogas, al porno, a acostarme con cualquiera? ¡No!
-¿Volver a sentirme “invisible” para todos, ignorado y rechazado? ¡No!
-¿Volver con chicos y chicas que no me ayudan a ser mejor? ¡No!
-Volver no es una opción. ¡Yo no vuelvo a mi pasado!
Somos un equipo. De dos en dos es mejor.
Rut había descubierto en Noemí a una mujer de bendición. No era solo su suegra, era también su mamá espiritual, su amiga, su confidente. Juntas podrán lograr lo que solas no pueden. ¡Ni loca te dejo y me aparto de ti!
¿A quiénes sigues? ¿Con quiénes te asocias? ¿Con quiénes te relacionas? ¿A quién le abres tu corazón y le cuentas tus cosas más íntimas? ¿De quiénes aprendes? ¿A quiénes les pides consejos?
Necesitas una persona con el espíritu de Noemí que te acepte, que te enseñe, que te guíe, y cuando la encuentres “pégate” a ella y aprende todo lo que tenga para enseñarte. No pienses que ya las sabes todas y que no necesitas de nadie. Sé humilde y aprende de la gente de bendición. No tengas miedo de expresar tus dudas y de preguntar lo que no entiendes.