viernes, 27 de septiembre de 2013

¿Por qué Jesús tuvo que experimentar tanto sufrimiento? - Preguntas y respuestas bíblicas - Vídeo

Isaías 52:14 declara, “Como se asombraron de Ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres Su parecer, y Su hermosura más que la de los hijos de los hombres.” Jesús sufrió terriblemente a través de todas Sus pruebas, tortura y crucifixión (Mateo capítulo 27; Marcos capítulo 15; Lucas capítulo 23; Juan capítulo 19)
Tan horribles como fueron sus sufrimientos físicos, no fueron nada comparados con el sufrimiento espiritual por el que Él atravesó. 2 Corintios 5:21 dice, “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él.” Jesús cargó el peso de los pecados de toda la humanidad sobre Él. (1 Juan 2:2) Fue el pecado el que causó que Jesús gritara, “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mateo 27:46). Así que, a pesar del brutal sufrimiento físico de Jesús, éste no fue nada en comparación con la carga de nuestros pecados que Él soportó y por los que murió (Romanos 5:8).

El veredicto - Reflexión, devocional

Cuentan que en la Edad Media un hombre muy íntegro fue acusado injustamente de haber asesinado a una mujer. El verdadero autor del crimen era una persona muy influyente del reino, y por lo tanto, desde el primer momento se buscó un “chivo expiatorio” para encubrir al culpable.
El hombre fue llevado a juicio, conociendo de antemano que tendría pocas o nulas esperanzas de escapar de la terrible sentencia: ¡La horca! El juez, quien también había sido comprado, cuidó los detalles para dar todo el aspecto de un juicio justo y por ello dijo al acusado: “Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor, vamos a dejar en manos de Él tu destino: Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras ‘culpable’ e ‘inocente’. Tú escogerás, y será la mano de Dios la que decida tu destino”.
martilloPor supuesto, el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda: ‘CULPABLE’ y la pobre víctima, aún sin conocer los detalles, se percataba de que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria.
El juez ordenó al hombre tomar uno de los papeles doblados. Éste respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados, y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca, lo tragó rápidamente.
Sorprendidos e indignados, los presentes le reprocharon: “Pero, ¿qué hizo?, y ahora, ¿cómo vamos a saber el veredicto?” El hombre respondió tranquilamente: “Es muy sencillo, es cuestión de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que me tragué”. Con un gran coraje, mal disimulado, tuvieron que liberar al acusado y jamás volvieron a molestarle.

Sólo quiero cuidarte - Devocional-reflexión - Vídeo

“Ninguna disciplina resulta agradable a la hora de recibirla. Al contrario, es dolorosa. Pero después, produce la apacible cosecha de una vida recta para los que han sido entrenados por ella.” Hebreos 12:11 NTV
Cuando era niña fui muy disciplinada por parte de mi papá, entonces no entendía por qué me prohibía vestirme como yo quería y participar en algunas actividades. Tampoco comprendía por qué no me compraba todas las cosas que yo quería. Supe comprender, poco a poco, que esta era su manera de protegerme y ayudarme a formar mi carácter. Doy  gracias a Dios porque mi padre fue capaz de ponerme límites, pues esto sirvió de formación para mi vida.
disciplinaRecuerdo que en una ocasión me habían invitado a una fiesta, y sabiendo que no iba a obtener el permiso de mi padre, me escapé por la noche para poder asistir. Cuando regresé a mi casa mi padre me esperaba furioso, estaba indignado con mi actitud de ignorar su autoridad y terminar haciendo lo que yo quería. Pasé un mal momento, la expresión del rostro de mi padre me hizo ver que él no sólo estaba enfadado, sino que también se había preocupado por mí. Entonces mi padre me castigó, me prohibió salir durante un mes, lo cual me sirvió de escarmiento para no volver a hacerlo sin su permiso. Hoy después de muchos años, reconozco el valor de todos estos límites. Dios les dio autoridad a nuestros padres con el propósito de corregirnos y protegernos, como parte de un sano proceso de crecimiento.
La disciplina es necesaria en nuestras vidas. Hebreos 12:10 dice: “Pues nuestros padres terrenales nos disciplinaron durante algunos años e hicieron lo mejor que pudieron, pero la disciplina de Dios siempre es buena para nosotros, a fin de que participemos de su santidad.” Dios como Padre, sabe cómo corregirnos, y aunque nos duela, tenemos la seguridad en su Palabra que es para formarnos a la semejanza de Cristo.

Tu Verdadera Identidad Personal - Crecimiento personal-espiritual

“No se interesen tanto por la belleza externa: los peinados extravagantes, las joyas costosas o la ropa elegante. En cambio, vístanse con la belleza interior, la que no se desvanece, la belleza de un espíritu tierno y sereno, que es tan precioso a los ojos de Dios.” 1 Pedro 3.3-4
La palabra griega “Cosmos” es utilizada 187 veces en el Nuevo Testamento. Esta palabra puede ser definida como tierra, universo, mundo, humanidad, arreglo armonioso, orden, adorno. Es el orden creado de las cosas, el orden que Dios puso en su lugar en el universo cuando Él lo creo. 186 veces la palabra “Cosmos” es traducida como “mundo” en la traducción Reina Valera. 1 vez se refiere a “adorno” y esa es precisamente en el versículo mencionado.
A través del orden y el diseño, aprendemos a reconocer las cosas. Este es el caso de nuestros sentidos. El maquillaje de todo es ordenado de tal manera que siempre es reconocido como tal. Cuando pruebas algo nuevo, estás iniciando un nuevo patrón u orden. Cuando escuchas un idioma nuevo, se te presenta por primera vez a un nuevo orden de sonidos.
Cuando conoces a una persona nueva, se te presenta un nuevo orden de imágenes, habla, personalidad, etc. Pero cuando pruebas, ves, escuchas o tocas algo reconocible, eso es una combinación de patrones que realmente reconoces.
Podría decirse que cada uno de nosotros tenemos nuestro propio orden, que en cierto sentido somos nuestro propio mundo y es este orden o arreglo de las cosas lo que nos hace individuos reconocibles, con nuestra propia personalidad. En cierto sentido, la gente conoce nuestro arreglo cuando nos conocen realmente, hasta nuestra alma es arreglada únicamente.

Equipo de estrellas o Equipo de trabajo - Devocional - Vídeo

La característica que más destacaba en Carlos era su velocidad de lectura y capacidad de síntesis de lo que leía. Confiada en esto, su maestra de grado a menudo le daba un libro para que el niño lo leyera y gracias a su enorme capacidad de comprensión, hiciera un resumen que ayudara a comentar el libro en clase. Dependiendo del tamaño y complejidad del libro, Carlos tardaba más o menos, pero su promedio era de dos semanas en hacer la tarea completa, es decir, desde que recibía el libro hasta que lo devolvía a la maestra con su bosquejo.
Pero un día, los padres de Carlos fueron trasladados por cuestiones de trabajo a otro estado y el niño tuvo que ir a otra escuela. La maestra entonces, tuvo que comenzar a hacer ella los resúmenes de los libros que leían en clase; una tarea que para ella resultaba tediosa, pesada. A esto había que sumar el detalle, para nada menor, de que no leía tan rápido como Carlitos ni tenía ese talento tan especial del niño, por lo que el promedio de dos semanas fue alargándose a tres, luego al mes…
Fue entonces cuando decidió elegir a dos de los niños de la clase, para que hicieran la tarea que antes hacía uno solo. Tomó de la biblioteca dos ejemplares idénticos de un libro y les entregó uno a cada uno, con la consigna de que cada niño trabajase sobre una mitad diferente del libro. Micaela y Juan no eran tan rápidos en la lectura ni tenían la enorme capacidad de síntesis de Carlos, pero la maestra advirtió con sorpresa, que cada mitad del libro fue leída y resumida en diez días. Es decir, había conseguido hacer el trabajo completo, que antes hacía su “alumno estrella” en dos semanas, en varios días menos con chicos aplicados y estudiosos, pero que no gozaban de un talento increíble.
Esto ocurre con frecuencia en muchos aspectos de la vida, desde lo estrictamente familiar, pasando por lo deportivo, lo laboral e inclusive el ámbito eclesiástico. Así como la maestra de nuestro ejemplo, se apoyaba de forma excesiva en la capacidad de su mejor alumno, a menudo los entrenadores deportivos se hayan tentados a basar su estrategia de juego en la capacidad y talento de su jugador estrella. Y en el ámbito hogareño, hay familias en las cuales una excesiva parte de la carga pasa por mamá, papá o algún otro de los integrantes de la familia, que habitualmente “resuelve todo” o “se ocupa de todo”. En lo eclesiástico, hay comunidades en las que una desmedida proporción de las cargas pasan por el pastor y unos muy pocos colaboradores, y aquí no hablamos de concentración de poder, que es otra cosa bien distinta, hablamos de concentración de tareas. En el ámbito laboral, hay empresas donde muchas veces una excesiva carga del trabajo recae sobre unos pocos empleados, mientras que otros tienen muy poco que hacer, dejando aparte situaciones particulares, excepciones, capacidades, conocimientos y jerarquías, que "no vienen a cuento".