viernes, 10 de agosto de 2012

Gobernado por el amor a Dios - Relación con Dios


El Hermano Lorenzo me dijo, en otra charla sostenida con él en 1666, que él siempre había sido gobernado por el amor, sin actitudes egoístas. Y desde que resolvió hacer del amor de Dios el fin de todas sus acciones, había encontrado razones para estar muy satisfecho con su método. También estaba contento cuando podía levantar una pajita del suelo por amor a Dios, buscándole sólo a Él, y nada más que a Él, ni siquiera buscando sus favores.
Durante mucho tiempo había estado afligido mentalmente por creer que sería condenado. Ni todos los hombres del mundo podrían haberlo persuadido de lo contrario. Finalmente razonó consigo mismo de esta manera:
Yo no me involucré en la vida religiosa excepto por amor a Dios, y me he esforzado para hacer sólo para Él todo lo que hago. Sea lo que sea de mí, esté perdido o salvado, siempre seguiré obrando puramente por amor a Dios. Por lo menos tendré este bien, que hasta la muerte habré hecho todo lo posible para amarlo.
Durante cuatro años había estado con esta angustia mental; y durante ese tiempo había sufrido mucho. Sin embargo, desde aquel momento, en el tiempo, había vivido en una libertad perfecta y una continua alegría. Puso sus pecados delante de Dios, tal como eran, para decirle que no merecía sus favores, pero que sabía que Dios continuaría otorgándole sus favores abundantemente.
El Hermano Lorenzo dijo que a fin de tomar el hábito de conversar con Dios continuamente y de mencionarle todo lo que hacemos, al principio debemos dedicarnos a Él con cierto esfuerzo, pero que después de ocuparnos un poco de eso deberíamos encontrar que su amor nos mueve a hacerlo internamente sin ninguna dificultad.
Él esperaba que después de los días agradables que Dios le había concedido, tendría un tiempo de dolor y sufrimiento. Aunque él no estaba inquieto por esto, sabiendo muy bien que no podía hacer nada por sí mismo, Dios no fallaría en darle la fuerza para soportarlos.
Cuando se le presentaba la ocasión de practicar alguna obra bondadosa, se dirigía a Dios, diciendo: “Señor, no puedo hacer esto a menos que me capacites”. Y entonces recibía fuerzas más que suficientes.
Cuando había fallado en su deber, solamente confesaba su falta diciéndole a Dios: “Jamás podría obrar de otra manera si me dejas librado a mis propias fuerzas. Eres tú quien debe impedir mi caída, y arreglar lo que está mal”. Después de la confesión, ya no sentía ninguna inquietud acerca de lo hecho.
El Hermano Lorenzo decía que, con respecto a Dios, debemos obrar con la más grande de las simplicidades, hablando con Él franca y claramente, e implorando su ayuda en todos nuestros asuntos. Dios nunca había fallado en concederle su ayuda, y el Hermano Lorenzo lo había experimentado frecuentemente. Me contó que recientemente había sido enviado a Burgundia para comprar la provisión de vino para la sociedad.
Esta tarea le resultaba muy poco grata porque no tenía ninguna inclinación para los negocios, y porque era cojo y no podía ocuparse de su trabajo en el barco sino rodando sobre los toneles. Sin embargo se entregó a esta tarea y a la compra del vino sin ningún descontento. Le dijo a Dios que se ocupó de este negocio, y que lo hizo muy bien.
Mencionó que el año anterior había sido enviado a Auvergne con la misma orden y, aunque no podía decir cómo, todo había resultado muy bien. De la misma manera cumplía con su trabajo en la cocina, a la cual por naturaleza tenía una gran aversión, donde se había acostumbrado a hacer todo por amor a Dios.
Durante los quince años que había estado trabajando en la cocina, todo le había resultado fácil porque lo hacía con oración y movido por la gracia de Dios. Estaba muy feliz con el puesto que ocupaba ahora, pero estaba listo para volver a lo anterior debido a que siempre estaba agradando a Dios en cualquier condición, haciendo las cosas pequeñas por amor a Él.
Para el Hermano Lorenzo los momentos de oración no eran diferentes de lo que habían sido en otros tiempos. Se retiraba a orar, de acuerdo a las directivas de su superior, pero no quería esa clase de retiros ni los solicitaba, debido a que ni el trabajo más grande lo distraía de la presencia de Dios.
Debido a que conocía su obligación de amar a Dios en todas las cosas, como él se había esforzado por hacerlo así, no necesitaba que un director espiritual le diera una orden. Dijo que era muy sensible a sus faltas, pero que estas faltas no lo desanimaban. Las confesaba a Dios sin dar ninguna excusa. Cuando lo hacía, con toda paz reasumía su práctica usual de amor y adoración.
El Hermano Lorenzo no consultaba a nadie sobre sus inquietudes mentales. Por la luz que le daba la fe él sabía que Dios estaba presente, y entonces lidiaba consigo mismo tratando de dirigir todas sus acciones a Él. Todo lo hacía movido por el deseo de agradar a Dios, aceptando los resultados que se producían. Dijo que los pensamientos inútiles arruinan todo, que los dolores empiezan allí. Tan pronto como percibimos su impertinencia debemos rechazarlos, y retornar a nuestra comunión con Dios.
En el principio frecuentemente había pasado su tiempo de oración rechazando pensamientos erráticos y volviendo a caer en ellos. Nunca había regulado su devoción siguiendo ciertos métodos, como lo hacen algunos. Sin embargo, al principio había practicado la meditación por algún tiempo, pero después la había dejado de lado de una manera casi inexplicable.
El Hermano Lorenzo enfatizaba que todas las mortificaciones corporales y otros ejercicios eran inútiles, a menos que sirvieran para unirse con Dios por medio del amor. Había considerado bien esto.
Encontró que el camino más corto para ir directamente a Dios era ejercitando el amor continuamente, por medio de un continuo ejercicio del amor y haciendo todas las cosas por amor a Él. Notó que había una gran diferencia entre los actos del intelecto y los de la voluntad.
Los actos del intelecto eran comparativamente de poco valor. Los actos de la voluntad eran todos importantes. Nuestro único deber es amar a Dios y deleitarnos en Él. Ningún tipo de mortificación, si invalida el amor de Dios, puede borrar un solo pecado. En lugar de esto, y sin ansiedad alguna, debemos esperar el perdón de nuestros pecados que proviene de la sangre de Jesucristo, solamente esforzándonos en amarle con todo nuestro corazón. Y él notó que Dios parecía haber garantizado los mayores favores a los pecadores más grandes, como si fueran monumentos conmemorativos de su misericordia.
El Hermano Lorenzo dijo que los mayores dolores o placeres de este mundo no podían compararse con los que él había experimentado en ese estado espiritual. Como resultado de todo eso, solamente deseaba una cosa: no ofender a Dios. Dijo que no cargaba con ninguna culpa. Cuando fallo en mis deberes, rápidamente lo reconozco, diciendo: Estoy acostumbrado a obrar así. Nunca podré cambiar por mí mismo. Y si no fallo, entonces doy gracias a Dios reconociendo que esto viene de Él.
El resumen de todo es ser gobernado por el Amor.

Vuelve a Empezar - Reflexión-vídeo

Durante diez años Tomás Edison intentó construir una batería de almacenamiento de cargas eléctricas.
Sus esfuerzos, estrangularon en gran medida sus finanzas. En Diciembre de 1914, una combustión espontánea en su estudio casi le llevó a la ruina.
En minutos, todos los compuestos empaquetados para discos o cintas y otras sustancias inflamables ardieron en llamas. Aunque los departamentos de bomberos vinieron de ocho pueblos circundantes, el intenso calor y la poca presión de agua provocaron que fuera inútil extinguir las llamas.
Perseverancia -ReflexionesTodo quedó destruido. El daño excedía los dos millones de dólares, los edificios de cemento que se consideraban construidos a prueba de fuego, estaban asegurados apenas por la décima parte de esa cantidad.
Charles, el hijo del inventor, buscó con desesperación a su padre, temeroso de que su espíritu resultara dañado.
Finalmente le encontró contemplando con serenidad el fuego, su rostro resplandecía mientras reflexionaba. “Mi corazón se dolía por él”, decía Charles. “El tenía sesenta años, ya no era un joven y todo ardía en llamas”
A la mañana siguiente, Edison contempló las ruinas y exclamó:
“Hay algo valioso con el desastre. Se quemaron todos nuestros errores. Gracias a Dios podemos comenzar de nuevo".
“Tres semanas después del incendio, Edison se las ingenió para inventar el primer fonógrafo.”
Con cada nuevo día, tenemos la oportunidad de comenzar de nuevo.
Habacuc 3:17 al 19 “Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos; aunque mienta la obra de la oliva, y los labrados no me den ni para mantenerme. Aunque las ovejas sean quitadas de la majada y no haya vacas en los corrales; con todo eso yo me alegraré en el Señor y me gozaré en el Dios de mi salvación. El Señor es mi fortaleza… y me hará andar sobre alturas”
Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza. Efesios 6:10.
¿No te lo he ordenado yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el SEÑOR tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.
Josué 1:9.
Gálatas 6:9
No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.

El Jefe Perfecto - Reflexiones

Había como 70 científicos trabajando en un intenso proyecto. Todos estaban realmente frustrados debido a la presión del trabajo y las demandas de su jefe, pero todos se mantenían leales a su jefe y no pensaron en abandonar sus trabajos.
Un día, un científico se acercó al jefe y le dijo: “Señor, le prometí a mis hijos que les llevaría a la exhibición en el pueblo, así que quiero salir a las 5:30 PM”. Su jefe contestó: “Está bien, puedes irte temprano hoy”.
El científico comenzó a trabajar. Continuó trabajando después del almuerzo.  Como siempre, se involucró tanto que sólo miró su reloj cuando sintió que estaba cerca de terminar.  La hora fue 8:30 PM.  De repente recordó la promesa hecha a sus hijos.
Buscó a su jefe pero no estaba por allí. Habiéndole comunicado su compromiso por la mañana, cerró todo y se fue para su casa. En lo profundo de su ser se sentía culpable de haberle fallado a sus hijos.  Llegó a casa y sus hijos no estaban.
Su esposa estaba sentada en el pasillo leyendo revistas. La situación era explosiva; cualquier conversación podría tener un efecto boomerang.  Su esposa le preguntó: “¿Quieres tomar café o quieres la cena ahora si tienes hambre?”
El hombre respondió: “Si quieres tomar café, yo también… pero, ¿dónde están los niños?”  Su esposa contestó: “¿No sabes?  Tu jefe llegó aquí a las 5:15 PM y llevó a las niños a la exhibición”.
Lo que pasó en realidad fue lo siguiente.  El jefe que le había dado permiso le observaba trabajar con mucha seriedad a las 5.00 PM.  Pensó para sí: esta persona no va a dejar su trabajo, pero si se lo prometió a sus hijos, ellos debieran disfrutar de la visita a la exhibición.  Así que tomó la iniciativa de llevarlos a la exhibición.
El jefe no tenía que hacerlo cada vez.  Pero una vez hecho, se estableció la lealtad.  Esa es la razón por la que todos los científicos en la empresa continúan trabajando para ese jefe a pesar de que el estrés es tremendo.
De paso, ¿pueden adivinar quién era el jefe?  No era otro que el cerebro que estaba detrás de los exitosos programas de proyectiles y armas nucleares de la India: Dr. APJ Abdul Kalam, ex Presidente de la India.
Autor Desconocido
Este pensamiento nos viene como un regalo desde la India.  Pero antes de que alguno pudiese pensar que su aplicación queda comprometida por las diferencias culturales, es preciso enfatizar que el principio de lealtad y solidaridad que la narración plantea son de carácter universales.
A veces nos preguntamos por qué los miembros del equipo no parecieran rendir más o identificarse más con la visión, a pesar de que se la repetimos hasta la saciedad y estamos convencidos de que la comprenden y abrazan. Tal vez la razón sea la falta de compromiso humano que los demás perciben en nosotros.  Tal vez este supervisor indio tenga mucho que decirnos hoy… pongamos atención.

¿Qué Clase de Vida Quiere Usted? - Crecimiento Personal

El hombre está hecho de tal manera que cuando algo enciende su alma las imposibilidades desaparecen. JEAN DE LA FONTAINE
¿Cuál es la diferencia entre una vida de temor y una vida de posibilidades? ¿Entre una vida ordinaria y una vida extraordinaria? Es una diferencia bastante grande.
La mayoría de las personas que conozco quieren ser mejores personas de lo que ahora son, quieren tener más ingresos, anhelan tener un mejor trabajo, disfrutar de la relación con su familia, con su cónyuge, y si  todavía no tiene pareja quiere tener una relación.  Muchos quieren crecer en su relación con Dios, tener un ministerio en la iglesia, gozar de buena salud, hacer grandes cosas,  todos quieren una vida extraordinaria pero no saben como conseguirla.
La Biblia enseña en Mateo 7:7,8 “Pidan a Dios, y Él les dará. Hablen con Dios, y encontrarán lo que buscan. Llámenlo, y Él los atenderá. Porque el que confía en Dios recibe lo que pide, encuentra lo que busca y, si llama, es atendido.” (BLS)
Si usted quiere una vida extraordinaria tiene que seguir los tres pasos:
1)       Pedir y se dará. ¿Qué es exactamente lo que quiere?  Una de las razones por las cuales sólo del 3 al 5% de la población mundial sí obtiene todo lo que quiere es porque saben lo que quieren. Muchos dicen: “Quiero tener una mejor relación con mi cónyuge”, pero es algo muy general y seguramente nunca lo sabrá hasta que no tenga una relación excelente con su pareja. Debo preguntarme ¿Qué es una mejor relación con mi pareja? Defina lo que quiere en su vida y obtendrá lo que busca. Dios siempre quiere lo mejor para usted.
2)       Buscar y Encontrará. Lo que usted desea o quiere para su vida no llegará si no lo anda buscando. Tampoco llegará si lo busca en otro lado. Usted necesita buscar ayuda, buscar las herramientas que le permitan vivir la vida extraordinaria. Usted no necesita reinventar la rueda porque ya alguien la inventó, lo que usted necesita es un entrenador o un mentor que le ayude a llegar a esa vida extraordinaria en el menor tiempo posible.
3)       Llamar y se abrirá. Como puede ver ya está usted pidiendo a Dios la vida que quiere, esta buscando lo que necesita para llegar a esa vida y en este tercer paso usted debe tomar acción, moverse, generar la vida que quiere, comprometerse y esforzarse por esa bendición. Dios abre las puertas de bronce, usted debe abrir las de madera. ¿Qué puertas quiere que se le abran? ¿La puerta de las relaciones? ¿La puerta de las finanzas? Usted debe llamar para que se abran.
Es tiempo de vivir la vida que quiere, no viva más en esclavitud o mediocridad, usted ha sido llamado a una vida de libertad, deshágase de los grilletes que le mantienen atado, y disfrute con los sueños que Dios dispuso en su corazón, llénese de pasión en este día.
Descubra cuál es su pasión y sígala; es todo lo que necesita para vivir una vida extraordinaria.
La pasión es poderosa. Jesús fue un hombre apasionado, vivió una vida extraordinaria. Moisés y otros grandes hombres que han hecho historia se llegaron a conocer por su pasión. La pasión es su primer paso hacia el logro, ella hace que lo imposible sea posible.
La pasión es la que le lleva a pedir, a buscar, a aprender y es la que le abre las puertas del triunfo. Cuando usted se apasiona por la vida, por lo que hace, todo es tan natural, que lo ordinario se vuelve extraordinario.
Si usted quiere un matrimonio extraordinario, una familia extraordinaria, ingresos extraordinarios manténgase alejado de los que apagan el fuego, de los que le roban pasión. No busques la pasión en otro lado, está en ti. Como dice el Apóstol Pablo a Timoteo: “Por eso te recomiendo que no dejes de usar esa capacidad especial que Dios te dio cuando puse mis manos sobre tu cabeza.” 2 Timoteo 1:6 (BLS)
Se dice que en India, un rico hacendado, llamado Alí Jafet, vendió su hacienda Golconda y se fue a buscar diamantes por todo el mundo. Un tiempo después se encontró arruinado y sin conseguir su propósito. Pero el que le compró la finca Golconda encontró en ella la más grande mina de diamantes de su país.
Muchas personas buscan tesoros fuera de sus propios cursos y límites que Dios les ha dado. Dedican tiempo y dinero a esa búsqueda sin darse cuenta del tesoro que subyace en ellos mismos. Dios le ha dado una hacienda llena de tesoros. Sus habilidades personales, sus capacidades humanas y espirituales son tesoros escondidos. También tiene el tesoro de su familia, su iglesia, y amistades. Su vida debe valorarla como se valora el diamante. Avive el fuego en su vida y encontrará la mina de diamantes que tanto desea. La Vida Extraordinaria está en Dios con todo lo que Él le ha dado pero debe comenzar a pedirla y a buscarla.
Dé el paso, toque las puertas necesarias, no deje que nadie le detenga en llegar a la cima, ¡hoy es el mejor día!

Te Daré lo Mejor de Mi Vida- Reflexiones con vídeo

Traemos hoy ante tu altar nuestras coronas

Queremos darte lo mejor de nuestras vidas
Te entregaré mi amor entero
Lo sueños que logre alcanzar

Te daré lo mejor de mi vida

Te daré lo mejor cada día
Será mucho mas que una canción
Mi obediencia es mi mejor adoración

Traemos hoy ante tu altar nuestras coronas

Queremos darte lo mejor de nuestras vidas
Daremos solo las primicias
Pues tu mereces lo mejor

Te daré lo mejor de mi

Te daré lo mejor