lunes, 21 de mayo de 2018

¿Qué Dice La Biblia Sobre Los Extraterrestres, Aliens o UFOS?

¿Hay vida extraterrestre fuera de la tierra? Si es así, ¿qué piensan los cristianos acerca de los extraterrestres, si es que existen?

Dios Creador

Si logramos encontrar una forma de vida alienígena, ¿esto cambia el hecho de que Dios sigue siendo el Creador?
Desde la humanidad a los microbios, todas las formas de vida deben su existencia al Creador. Sin embargo, al crear la humanidad, Él creó algo diferente. Porque “Dios creó al hombre y a la mujer, a imagen de Dios los creó; varón y hembra los creó” (Génesis 1,27).
Dios no creó elefantes a Su propia imagen, ni jirafas, ni nada más en la creación a Su semejanza. Solo en el hombre y en la mujer vemos la imagen de Dios.
Resultado de imagen de ¿Qué Dice La Biblia Sobre Los Extraterrestres, Aliens o UFOS?Dios dio a la humanidad un sentido de justicia, equidad y moralidad. Cuando vemos cosas que son injustas, tratamos de corregirlas. Esto es debido a  la imagen de Dios con la que fuimos creados.
Podemos pensar, planear, tener propósitos, contemplar, meditar, racionalizar, imaginar e incluso tener una conciencia que nos diga lo que está bien y lo que está mal. Ninguna otra criatura en el planeta (o en otro lugar) es como el hombre o la mujer.
Solo el hombre y la mujer fueron creados a imagen y semejanza de Dios. Pero ¿qué pasa con otras formas de vida? ¿Por qué la Biblia no dice nada sobre los extraterrestres? ¿Qué cambiaría si se descubrieran formas de vida alienígenas?

Se abrieron los cielos y vi visiones de Dios. La visión de Ezequiel
Algunos, en su mayoría incrédulos, afirman que Ezequiel describió lo que era una forma de vida alienígena en el capítulo uno de Ezequiel. Pero la visión de Ezequiel es la de un ángel y también apunta a la gloria de Dios, lo que le hace caer como si fuera un hombre muerto (Ezequiel 1:28). Recordemos que esto era solo una visión y no un encuentro físico real con el ángel o con Dios, porque en la carne nadie puede ver a Dios y vivir; y aunque esta criatura no era Dios, Ezequiel fue expuesto a la gloria de Dios… solo en visión (Ezequiel 1:1).
“Mientras estaba entre los exiliados por el canal de Chebar, los cielos fueron abiertos, y vi visiones “de Dios” Ezequiel 1:1. Esta experiencia fue una visión de Dios y no ver realmente a Dios, por lo que Ezequiel no estaba escribiendo una descripción física real de un extraterrestre como algunos creen (en su mayoría no creyentes), sino que escribió una “visión de Dios”, y fue la visión de uno de los ángeles poderosos de Dios que sirvió para glorificar a Dios. Dios estaba manifestando su gloria, no una forma de vida alienígena. 

Vivamos como discípulos de Cristo

1 Juan 2:6  “El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo“.
El discípulo cristiano vive en obediencia a Cristo. ¿Y qué es ser discípulo? Un discípulo es un aprendiz que se une de tal manera a su maestro, que, además de recibir sus enseñanzas, ve la manera de aplicarlas a su vida diaria.
La esencia misma del discipulado cristiano es seguir a Cristo con una tierna obediencia. Nosotros creemos que Él es el hijo de Dios, nuestro salvador, y mostramos esa convicción con nuestra obediencia.
Imagen relacionadaEn esto sabemos que nosotros lo conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: «Yo lo conozco», pero no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso y la verdad no está en él. Pero el que guarda su palabra, en ése verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. (1 Juan 2:3-6)
Juan sabía bien qué era el discipulado cristiano. El discípulo de Cristo se caracteriza por la obediencia a los mandamientos de cristo. (verso 3)
Juan describe la obediencia del creyente de una triple manera: guardar sus mandamientos (verso 3); guardar Su palabra (verso 5) y andar como Él anduvo (verso 6). 
Guardar sus mandamientos es obedecer las enseñanzas del Señor Jesús tal como se encuentran en el N. T. 
Guardar Su palabra significa no solo obediencia a lo que está escrito, sino también el deseo de hacer lo que sabemos que le agradaría. 
Andar como Él anduvo es la plena expresión de la norma de Dios para Su pueblo; significa vivir como Jesús vivió.
Juan habla de la falsedad de quienes decían conocer a Dios pero no obedecían a Cristo. Los identifica con la expresión “el que dice” (verso 4). Juan no dice que la vida cristiana conlleve una obediencia sin ningún tipo de faltas a la voluntad de Dios, sino más bien que el cristiano desea habitualmente guardar sus mandamientos y hacer aquellas cosas que agradan a Dios.
Juan contempla de forma global la vida de la persona. Si alguien dice que conoce a Dios, pero no guarda sus mandamientos, entonces es evidente que no está diciendo la verdad. 2:6 Así, el que dice que permanece en él, debe andar como el Señor Jesús anduvo. 
Su vida, tal como está expuesta en los Evangelios, es nuestra pauta y guía. No es una vida que podamos vivir con nuestras propias fuerzas; solo es posible con el poder del Espíritu Santo. Nuestra responsabilidad es darle nuestras vidas a Él sin reservas, y dejar que Él viva Su vida en y por medio de nosotros.

La Melodía del Silencio

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Melodía del silencio, que de mi alma brota,
llévame lejos, donde nadie pueda encontrarme,
donde el dolor no se pueda sentir y la enfermedad no exista,
donde tu amor y tu gracia sean suficientes para vivir.
Solo quiero sonreír,
volar entre las alas de tu amor desafiando la gravedad,
encontrarme en plena comunión contigo,
disfrutar de la paz que solo se recibe en tu presencia.
No quiero preocupaciones,
ni pensamientos que quieran apartar mi mirada de ti.
Tú eres mi centro,
aún cuando camine de noche tu luz me guía e ilumina.
En el desierto tu presencia me acompaña.
Melodía del silencio, la que de un corazón con fe escribe y canta,
la que rompe las cadenas y da libertad.
Me sostienes cuando débil me siento,
me envuelves en el hueco de tu corazón, buen Dios.
Me proteges y me haces sentir seguro y a salvo.
Melodía del silencio que nace y brota en la más callada noche;
y que aunque es silenciosa, muchos pueden escuchar si son capaces de afinar sus sentidos y percibirla en su interior.
¡Mi corazón te adora sin reservas, mi espíritu te anhela!

¡Ven buen Jesús, te espero!