martes, 14 de febrero de 2017

¿Es necesario el bautismo para la salvación? ¿Qué es la regeneración bautismal?

Resultado de imagen de ¿es necesario el bautismo para la salvación ¿hay salvación posible sin el bautismoHay gente que cree que la regeneración bautismal (el bautismo) es un paso imprescindible para que una persona sea salva. Pero aunque el bautismo es un paso importante de obediencia para un cristiano, NO SE REQUIERE para la salvación. Eso sí, todos y cada cristiano deben ser bautizados en agua por inmersión, porque el bautismo ilustra la identificación del creyente con la muerte, sepultura y resurrección de Cristo. Romanos 6:3-4 declara, “¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en Su muerte? Porque somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.” La acción de ser sumergido en el agua, ilustra el ser sepultado con Cristo. La acción de salir del agua, ilustra la resurrección de Cristo. 
Cualquier cosa que se añada a la fe en Jesucristo como requerimiento para la salvación, es una salvación basada en obras. Añadir CUALQUIER COSA al Evangelio, es decir que la muerte de Jesús en la cruz no fue suficiente para comprar nuestra salvación. El decir que debemos ser bautizados para ser salvos, es como decir que debemos añadir nuestras propias buenas obras y obediencia a la muerte de Cristo, a fin de hacerlo suficiente para la salvación. Pero solo la muerte de Jesús pagó por nuestros pecados (Romanos 5:8; 2 Corintios 5:21). El pago de Jesús por nuestros pecados es adjudicado a "nuestra cuenta" únicamente por fe (Juan 3:16; Hechos 16:31; Efesios 2:8-9). Por lo tanto, el bautismo es un paso importante de obediencia después de la salvación, pero no puede ser un requerimiento para ella.
Sí, hay algunos versos que parecen indicar que el bautismo es un requerimiento necesario para la salvación. Sin embargo, puesto que la Biblia nos dice muy claramente que la salvación se recibe solo por la fe (Juan 3:16; Efesios 2:8-9; Tito 3:5), debe haber una interpretación diferente de esos versos. La Escritura no se contradice ella misma. En los tiempos bíblicos, una persona que se convertía de una religión a otra, con frecuencia era bautizada para identificar su conversión. El bautismo era el medio por el que se hacía pública una decisión. Aquellos que rehusaban ser bautizados se decía que realmente no habían creído. Así que, en la mente de los apóstoles y los primeros discípulos, la idea de un creyente no bautizado era inaudita. Cuando una persona declaraba creer en Cristo, y sin embargo se avergonzaba de proclamar su fe en público, indicaba que no tenía una fe verdadera. 

Sígueme - Discípulo

Todavía en estos tiempos, Dios por su amor y misericordia, sigue llamando vidas al arrepentimiento y a convertirnos en discípulos.
Para lograr el propósito de Dios en nuestras vidas, debemos seguir de cerca el ejemplo de algunos hombres a los que Dios le hizo llamados especiales.
Veamos el caso del Profeta Eliseo:
Resultado de imagen de Sígueme - DiscípuloI. El primer paso al discipulado es romper con el pasado. 1 Reyes: 19:19-21
  1. Dios siempre usa a alguien para llamarnos a su servicio (verso 19).
  2. Siempre que Dios llama, hay que tomar medidas drásticas (versos 20-21).
II. El discípulo muestra su amor a Dios y a las cosas de Él. 2 Reyes 2:1-16
  1. Entre discípulo y maestro debe existir comunión, espiritual y profunda. (versos 1-2)
  2. El apego que usted tenga al maestro se demostrará en la calidad de su servicio a Él. (versos 3-6)
III. Dios bendice al que anhela “Grandes Cosas” (versos 7-15)
En cuanto pasaron, Elías dijo a Eliseo:
-Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea arrebatado de tu lado.
Eliseo dijo:
-Te ruego que me dejes una doble porción de tu espíritu. (verso 9)
Dios bendice grandemente al que con firmeza va en la búsqueda de las cosas de arriba, las cuales son las mejores.
“…Viéndolo Eliseo, clamaba: !Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y nunca más lo vio; y tomando sus vestidos, los rompió en dos partes. Alzó luego el manto de Elías que se le había caído, y volvió, y se paró a la orilla del Jordán. Y tomando el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías? Y así que hubo golpeado del mismo modo las aguas, se apartaron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo. Viéndole los hijos de los profetas que estaban en Jericó al otro lado, dijeron: El espíritu de Elías reposó sobre Eliseo. Y vinieron a recibirlo, y se postraron delante de él. (versos 12-15)
¡Dios os bendiga!

El poder de la gratitud

El antídoto infalible contra el temor al rechazo, al futuro, a la soledad y al dolor por la falta de perdón no es una fórmula mágica, no es una pócima que se beba, no es un rezo u oración que se haga, ni nada por el estilo. El antídoto infalible contra estas cosas, es la actitud causada por una condición del corazón.
Cuando los diez leprosos escucharon que Jesús pasaba por su aldea, salieron a encontrárselo para pedir misericordia. Hicieron todo lo posible para que Jesús notara su presencia y se apiadara de ellos. El Maestro no solo se identificó con su necesidad, sino que además les otorgó la sanidad. Los envió a los sacerdotes como un acto de fe, pero también como una prueba, y mientras los leprosos iban a ver a los sacerdotes, fueron sanados.
rain gil250x130lLo interesante de esta historia es lo siguiente: los diez leprosos tuvieron la fe suficiente para ir a ver a los sacerdotes, aunque solo uno tuvo la cortesía de regresar para dar las gracias. Llama la atención por qué Jesús no sanó directamente a los leprosos, sin más. Por qué no extendió Su mano hacia ellos y ordenó que la lepra se fuera, o por qué simplemente no les dijo: “Listo, chicos, por haber creído en mí todos son sanos. Váyanse en paz”. En vez de usar una de Sus ya conocidas maneras de sanar, hizo algo diferente; los envió a ver a los sacerdotes del pueblo.
¿Por qué lo hizo así? Seguramente, la razón por la cual el Maestro mandó a los leprosos a ver a los sacerdotes fue para poner de manifiesto que existe una lepra mucho más profunda y dañina que la lepra física: la lepra de la ingratitud. Solo uno de los diez tuvo el valor de regresar para decir: “¡Gracias!  ¡Qué fácil es mover la boca para pedir un favor o una bendición!, pero, ¡cuán difícil es hacer lo mismo para agradecer!

¿Qué diferencia hay entre un talento y un don espiritual?

Existen similitudes y diferencias entre talentos y dones espirituales. Ambos son regalos de Dios. Ambos incrementan su efectividad con el uso, y ambos son para ser usados en beneficio de otros, no para propósitos egoístas. 1 Corintios 12:7 dice que los dones espirituales son otorgados para edificar a otros... no a uno mismo. Así como los dos grandes mandamientos tratan de amar a Dios y a los demás, consecuentemente, uno debe usar sus talentos para ese propósito. Pero los talentos y dones espirituales difieren en a quién fueron dados y cuándo. A una persona (sin importar su creencia en Dios o en Cristo), le es dado un talento natural como resultado de una combinación genética (algunos tienen una habilidad natural para la música, arte, o matemáticas) y su medio ambiente (crecer en una familia musical lo ayudará a uno a desarrollar un talento por la música), o porque Dios deseó dotar a ciertos individuos con ciertos talentos (por ejemplo, a Bazeleel en Éxodo 31:1-6). En cambio, los dones espirituales son dados a los creyentes por el Espíritu Santo (Romanos 12:36) en el momento de poner su fe en Cristo para el perdón de sus pecados. En ese momento, el Espíritu Santo le otorga al nuevo creyente el o los dones espirituales que Él desea que tenga (1 Corintios 12:11). Hay tres listas principales de dones espirituales...
Resultado de imagen de Cuál es la diferencia entre un talento y un don espiritual?
Romanos 12:3-8 clasifica los dones espirituales de la siguiente manera: profecía, servicio (en un sentido general), enseñanza, exhortación, generosidad, liderazgo, y mostrar misericordia. 1 Corintios 12:8-11 los clasifica como: palabra de sabiduría (la habilidad de comunicar sabiduría espiritual), palabra de ciencia (la habilidad de comunicar la verdad práctica), fe (una dependencia inusual de Dios), don de sanidades, de milagros, de profecía, de discernimiento de espíritus, de lenguas, (la habilidad para hablar un lenguaje que uno no ha estudiado), y la interpretación de lenguas. La tercera lista se encuentra en Efesios 4:10-12, la cual habla de Dios concediendo a Su iglesia apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. Está también la pregunta acerca de cuántos dones espirituales hay, ya que no hay dos listas iguales. También es posible que las listas bíblicas no los abarquen todos, y que haya dones espirituales adicionales a los mencionados en la Biblia.