martes, 18 de octubre de 2016

Dios te ha dado alas para volar alto, tan alto como las águilas

Resultado de imagen de Dios te ha dado Alas para volar alto, tan alto como las águilas
Un rey recibió como obsequio dos pequeños halcones, y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara.
Pasados unos meses, el maestro le informó al rey que uno de los halcones estaba perfectamente, pero que al otro no sabía qué le sucedía: no se había movido de la rama donde lo dejó desde el día que llegó.
El rey mandó llamar a curanderos y sanadores para que vieran al halcón, pero nadie pudo hacer volar al ave.
Encargó, entonces, la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió.
Al día siguiente, por la ventana, el monarca observó que el ave aún continuaba inmóvil.

Entonces, decidió comunicar a su pueblo que ofrecería una recompensa a la persona que hiciera volar al halcón.
A la mañana siguiente, vio al halcón volando ágilmente por los jardines.
El rey le dijo a su corte, “Traedme al autor de ese milagro”, y su corte rápidamente le presentó a un campesino.
El rey le preguntó:
– ¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres mago?
Intimidado, el campesino le dijo al rey:
– Fue fácil mi rey. Sólo corté la rama, y el halcón voló. Se percató de que tenía alas y se largó a volar.

¿A qué estás agarrado que te impide volar? ¿De qué no te puedes soltar?
Vivimos dentro de una zona de comodidad donde nos movemos, y creemos que eso es lo único que existe. Dentro de esta zona está todo lo que sabemos y todo lo que creemos. Convivimos con nuestros valores, nuestros miedos y nuestras limitaciones. En esa zona reina nuestro pasado y nuestra historia, todo lo conocido, cotidiano y fácil…
Tenemos sueños, queremos resultados, buscamos oportunidades, pero no siempre estamos dispuestos a correr riesgos. No siempre estamos dispuestos a transitar por caminos difíciles.
Deja de aferrarte a tu propia rama y corre el riesgo de volar más alto, y quizás en tu vida, como en la mía, podamos descubrir que las palabras del gran apóstol Pablo hoy más que nunca están vigentes:
“Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman”. (1ª Corintios 2:9)
Dios nos ha dado alas para volar alto, tan alto como las águilas y descubrir que sus pensamientos al igual que sus caminos, son más altos que los nuestros.
Atrévete a volar…

La carrera cristiana y su objetivo

Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Filipenses 3:13-14
En general, las personas que llevan a cabo algo importante son apasionadas, con una gran ambición. Trátese de escalar una nueva cumbre, de obtener un premio Nobel o de combatir contra un invasor, siempre hay hombres activos dispuestos a sacrificarlo todo con el fin de alcanzar su gran objetivo.
Inline image 1Así era el apóstol Pablo después de que Cristo lo detuvo en el camino a Damasco. Se dedicó a trabajar para Cristo y, como si fuera un atleta en una carrera, se esforzaba sin detenerse a mirar hacia atrás, pues solo pensaba en la aprobación de su Maestro.
¡Pablo se ofrece para ser nuestro entrenador, e invita a cada cristiano a seguir sus pasos! Olvidemos, como hizo Pablo, lo que queda atrás: nuestros éxitos, que nos envanecerán, y también nuestros fracasos, porque nos desanimarán. Así, pues, extendámonos a lo que está delante, prosiguiendo a la meta, aunque esta carrera "todo terreno" no es un paseo. No, es muy seria, ¡y lo que está en juego es de capital importancia!

Reconciliación con Dios - Si te decides por Mi...

cruz cristiana"Te he esperado durante mucho tiempo, ni te imaginas lo importante que tú eres para mí. Y aunque no me has querido ver ni escuchar, siempre he estado a tu lado intentando guiarte. He visto el daño que te has hecho buscando por ti mismo la solución a tus problemas, he querido ayudarte, pero has preferido hacerlo a tu manera, y te respeto.

¿Sabes?.. Fuiste creado por mí, no eres algo más de la creación, eres lo más importante de ella, mi obra maestra, y te he formado con mis propias manos. Te puse en la tierra para que te enseñorees de todo, para que seas feliz con tus seres amados y junto a mí. Sé que esto te resulta difícil de entender, pero debes intentarlo y participar de esta verdad. Mi amor por ti es tan grande que jamás te forzaría para que hagas mi voluntad, siempre respetaré tus decisiones aunque estés equivocado. 


No me gusta verte sufrir, sin embargo soy la Justicia, y si vas contra mis leyes te tendré que corregir. Pero también soy la misericordia, la piedad, el perdón, y tengo todo el poder para darte tiempo para que te arrepientas, así como para sanar tu cuerpo y para consolarte si sufres. 

Sé muy bien todo lo que necesitas para ser feliz, y te puedo ayudar a alcanzarlo. Pero como dije, no forzaré tu voluntad. Así como un día yo te elegí a ti, mi mayor anhelo es que un día tú me elijas a mí. Si lo haces, más de 3.000 promesas que he dejado escritas en la Biblia son para ti. 

Si te decides por mí, moveré cielo y tierra para que recuperes la paz, la alegría, y la tranquilidad que perdiste. Mírame... si te decides por mí, te voy a guiar a toda verdad, y te contaré secretos que solo a mis amigos doy a conocer; si te decides por mí, si pones todas tus cosas en mis manos, escúchame.. tu vida jamás volverá a ser la misma. Te lo prometo, con todo mi Amor."



Morir por otros

Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Juan 10:11
Me encantan las aves. Por eso, compré seis pájaros enjaulados y los llevé a casa para nuestra hija, quien empezó a cuidarlos todos los días. Pasado un tiempo, uno se enfermó y murió, y nos preguntamos si vivirían mejor fuera de la jaula. Entonces, liberamos a los cinco sobrevivientes y vimos cómo se iban volando felices.

Mi hija comentó: «Papá, ¿te diste cuenta de que la muerte de un pájaro hizo que liberáramos al resto?»
Esto es lo que hizo el Señor Jesús por nosotros. Así como el pecado de un hombre, Adán, trajo la condenación al mundo, el Varón justo, Jesús, trae salvación a quienes creen en Él (Romanos 5:12,19). Jesús declaró: «Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas» (Juan 10:11).
Juan lo hace más práctico al señalar que, como Cristo «puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos» (1 Juan 3:16). Esto no habla de morir físicamente, sino de seguir el ejemplo de amor sacrificial de Jesús. Por ejemplo, podríamos decidir privarnos de cosas materiales para compartirlas con otros (verso 17), o dedicar tiempo para estar con alguien que necesita consuelo y compañía. ¿Por quién debes sacrificarte hoy?

¿Cómo se han sacrificado otros por ti?
El sacrificio supremo de Cristo por nosotros nos motiva a sacrificarnos por los demás.