miércoles, 20 de abril de 2016

Libre de la maldición

“Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)”. Gálatas 3:13
Usted sabe lo que pasó: Satanás, en forma de serpiente, se acercó a la esposa de Adán y la engañó para que desobedeciera a Dios. Pero Adán no fue engañado, sino que hizo lo mismo que ella.
image016Ese día, cuando Satanás vino al huerto, él no podía presumir de tener ningún poder. Por eso entró con sigilo, sin hablar directamente con Adán, sino con su esposa. Adán estaba allí, y debió haberlo echado fuera. Pero no lo hizo. En vez de eso, descartó el mandato que Dios le había dado e hizo lo que Satanás le dijo que hiciera; y cuando lo hizo, éste se convirtió en su señor.
Al doblar su rodilla ante Satanás, Adán le dio la autoridad que Dios le había dado al hombre. Él hizo a Satanás el gobernador ilegítimo de la tierra. Y las cosas cambiaron de inmediato. El pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres (Romanos 5:12). De repente, la tierra y todo lo que había en ella fueron malditos.

La palabra mal enseñada, será mal practicada

¨Un poco de levadura fermenta toda la masa¨.
Gálatas 5:9 (NVI)
Los que decimos llamarnos hijos de Dios estamos comprometidos a predicar su palabra, pero de manera correcta y clara, tal como dice y es. ¨Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón¨. Hebreos 4:12 (RVR1960).
mal practicadaLa palabra está para cumplir el propósito por el cual Dios la creó, no para tener simplemente una iglesia llena de personas que la ponen en práctica a su manera y no a la manera de Dios.
En 1 corintios capitulo 5, el Apóstol Pablo habla acerca de la fornicación y las consecuencias que ésta puede traer a nuestra vida. Pablo era  el vivo ejemplo de predicar la palabra como debe ser, gustara o no a la gente, aunque eso significara ser rechazado.
Precisamente, Dios dice que Él no puede ser burlado, que lo que cada uno siembra o hace es lo que va a cosechar. De nada nos sirve tratar de ocultar, desviar o poner paños de agua tibia a la palabra, queriendo con esto intentar agradar a las personas. Poco a poco se han ido perdiendo las personas que predicaban como lo hacía Juan el Bautista, a quienes no les importaba lo que pensaran los demás, pues su única meta era siempre agradar a Dios y dar a conocer a los otros la verdad de su palabra, por dura que les pareciera.

El Valor de las Promesas

El valor de las promesas se basa en la garantía, en el cumplimiento. En la vida hacemos promesas a otros y a nosotros mismos, pero ¿somos fieles a ellas? Nuestro Padre Celestial, nos ha hecho muchas promesas y ninguna de ellas ha fallado.
1 Reyes 8:56.
Bendito sea Dios, que ha dado paz a su pueblo Israel, conforme a todo lo que él había dicho; ninguna palabra de todas sus promesas que expresó por Moisés su siervo, ha faltado.
El valor de las promesas divinas se demuestra en los siguientes aspectos:
- Promesa de un Salvador.
Génesis 3:15 Y pondré enemistad entre ti y la
mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
Gálatas 4:4. Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley. También Lucas 2:11.
- Promesa de Vida Eterna.
1 Juan 2:25
. Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna.
- Promesa de Liberación.
Salmos 34:19. Muchas son las aflicciones del  justo, Pero de todas ellas le librará Dios. Él guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrantado.
- Promesa del Espíritu Santo.
Lucas 11:13. Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
- Promesa de respuesta a la oración.
Jeremías 33: 3.  Clama a mi y yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.
- Promesa de suplir todas nuestras necesidades.
Filipenses 4:19. Mi Dios pues suplirá todo lo que os falte conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
- Promesa en relación a los hijos.
Isaías 54:13. Y todos tus hijos serán enseñados por Dios; y se multiplicará la paz de tus hijos.  Isaías 59;21 Y este será mi pacto con ellos, dijo Dios: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Dios, desde ahora y para siempre.

La resurrección es la base de nuestra fe

La resurrección de Jesús es la prueba más importante de la veracidad de la fe cristiana. La resurrección apoya la inspiración divina y la fiabilidad de las Escrituras, y no a la inversa. 
Hay personas que han caído en una crisis de fe al descubrir alguna dificultad que las Escrituras no pueden explicar. La lista de dificultades que los críticos argumentan es bastante larga. Aunque la mayoría de ellas se puede resolver aplicando paciente y objetivamente la ley de la no contradicción, o simplemente recurriendo al uso del sentido común, nuestra fe no se puede poner en duda hasta que dichos problemas sean resueltos. El cristianismo creció porque los apóstoles predicaron que Cristo había sido levantado de entre los muertos, en cumplimiento de lo dicho por los profetas hebreos. Su muerte satisfizo las demandas de justicia cuando se rompe la Ley de Dios, y la vida perfecta de Jesús lo cualificó para ser el Cordero de Dios, el sacrificio sin mancha ni mácula. 
Los evangelios del Nuevo Testamento y las cartas de Pablo no se escribirían en casi dos décadas, sin embargo, la iglesia creció rápida y dramáticamente durante ese lapso de tiempo, y el núcleo central de su mensaje fue la veracidad de la resurrección. Aunque defender la autoridad de las Escrituras es una tarea noble y necesaria, no debemos ir más allá de lo que las mismas Escrituras dicen, acerca del contenido de la presentación central del evangelio.
siervoSon muchas las historias sobre cómo la resurrección salvó la fe de la gente. A los diecinueve años, el Dr. George Wood, ministro pentecostal estadounidense, luchaba con el dilema de querer creer que su fe era racional, pero tenía dificultades para hallar las bases que necesitaba. Fue entonces, cuando asistió a una clase sobre las bases históricas de la resurrección, cuando pudo encontrar una base sólida. “Entonces pude entender que podía confiar en la voz de Jesús porque, según la historia, Él había sido levantado de entre los muertos”.  Hoy es el líder de las Asambleas de Dios, una agrupación de unas trescientas mil iglesias, presente en más de doscientos países.
Los historiadores nunca habrían puesto en duda la confiabilidad de los evangelios, si a estos se les hubiera aplicado consistentemente los mismos estándares de fiabilidad, que se les aplicaron a otros textos antiguos. La razón principal por la que se niega la confiabilidad de los evangelios, es el rechazo a cualquier hipótesis sobrenatural, particularmente la resurrección de Jesús. Necesitan creer que los discípulos se encontraban tan confundidos por lo que había pasado, que comenzaron a esparcir fábulas delirantes por toda la iglesia primitiva. Sin embargo, si Jesús en verdad se levantó de entre los muertos, Él realmente representó la presencia de Dios en la tierra, y los relatos de los discípulos fueron certeros.
Comprender esto implica varias cosas. Primero, Jesús habría profetizado su muerte y resurrección, por lo que habría preparado a sus discípulos para transmitir de forma veraz sus enseñanzas a las futuras generaciones. Además, los autores y recopiladores de las Escrituras en el futuro habrían sido guiados por el Espíritu Santo, para garantizar que la información fuera preservada fielmente. Difícilmente podemos imaginar a Dios observando pasivamente desde el cielo, mientras el mensaje de Jesús se corrompe poco a poco. Particularmente, cuando el mismo Jesús prometió a los apóstoles que el Espíritu Santo les recordaría todas sus enseñanzas, y que Él les mostraría todo lo demás que ellos necesitaran entender (Juan 14:26).