martes, 3 de septiembre de 2019

La Soberanía de Dios

Resultado de imagen de La Soberania de DiosExponer el atributo de la soberanía divina no es muy habitual en la actualidad. Se trata de un tema no excesivamente complicado, pero muy amplio. La soberanía de Dios era una expresión muy usada en la literatura religiosa, y en el pasado un tema frecuentemente expuesto en el púlpito. Era una verdad que consolaba muchos corazones, y daba fuerza y estabilidad al carácter cristiano. Pero en la actualidad, mencionar la soberanía de Dios en muchos lugares es como hablar en lengua desconocida, ininteligible. 
Es una lástima que la doctrina, que es la llave de la historia, intérprete de la providencia, urdimbre de las Escrituras y fundamento de la teología cristiana, sea tan poco entendida y tan tristemente descuidada. Pero como dijo un sabio del pasado "lo que el predicador precisa dar no es lo que la congregación gusta más de oír, sino lo que más necesita, es decir, aquellos aspectos de la verdad que le son menos familiares, o que menos se demuestran en su andar".

  1. Definición de la soberanía de Dios 
    Más que dar una definición académica, veamos una descripción de su naturaleza:
     
    1. Es una soberanía absoluta
      Cuando decimos que Dios es soberano, afirmamos su derecho a gobernar el universo, que ha hecho para su propia gloria, según su beneplácito. Por tanto, es el derecho del alfarero sobre el barro, pues lo puede moldear en la forma que quiera, haciendo de la misma masa un vaso para honra y otro para vergüenza (Romanos 9:21). Además, Dios no está sujeto a ninguna norma o ley fuera de su propia voluntad, por cuanto Él es ley y no tiene obligación alguna de dar cuenta a nadie de lo que hace.
    2. La soberanía caracteriza todo el ser de Dios porque la ejerce según quiere, cuando quiere y donde quiere. La Escritura nos muestra múltiples ejemplos de ello, siendo uno de los más significativos la liberación de Israel de la esclavitud de Egipto y cómo Faraón no quiso dejarlo ir voluntariamente, su pueblo sufrió las consecuencias y su ejército fue destruido.
    1. Es una soberanía ejercida por gracia. Se trata del favor mostrado hacia el que nada merece o mejor dicho, el que merece la condenación. La gracia es la antítesis de la justicia; ésta exige que la ley sea aplicada imparcialmente y que cada uno reciba exactamente lo que merece. La justicia no concede favores ni hace acepción de personas. La justicia como tal, no muestra compasión ni conoce misericordia, pero la gracia divina no se ejerce a expensas de la justicia, sino como dice Romanos 5:21 "la gracia reina por la justicia", y si la gracia reina es que es soberana. 

  1. La soberanía de Dios en la creación 
    Después de ver cómo la soberanía caracteriza el ser de Dios, consideremos cómo este carácter soberano va impreso en todas sus obras.

    1. En la creación del universoAun antes de Génesis 1:1, cuando la creación existía solo en la mente de Dios, en aquel tiempo, por usar un término, Dios era soberano. Podía crear o no crear según su voluntad y nadie podía discutir su derecho a hacer lo que quisiera. Podía hacer las grandes constelaciones o las cosas más pequeñas del universo, todas distintas. ¿Con quién consultó Dios en la creación y la disposición de sus criaturas? (Romanos 11:34-35). Hizo los pájaros volando en el aire, los peces nadando en el mar, los animales vagando por la tierra. ¿Quién le hizo actuar así? Nadie. El Creador obró soberanamente y asignó a cada uno su lugar.
    2. ¿Por qué dos tercios de la superficie de la tierra habían de estar cubiertos de agua? ¿Por qué en la parte sólida del mundo hay tierras fértiles en unos lugares y desiertos en otros? ¿Por qué una región es rica en minerales y en otra no hay ninguno? ¿Por qué el clima de unos lugares es grato y agradable y en otro es extremado y horrible? Simplemente porque así le plació crearlo, o sea, soberanamente.
    3. En la creación del reino animal y vegetal. En el caso del primero, si comparamos las distintas bestias, vemos que unas están dotadas de gran inteligencia y otras son muy torpes. Algunos animales están destinados a ser bestias de carga, mientras otros son para el consumo humano. Unos están sujetos a un trabajo duro y otros gozan de plena libertad sin hacer nada. Unos son útiles al hombre, otros carecen de valor. Unos viven muchos años, otros solo unos días.
      Miremos ahora el reino vegetal; unas plantas tienen espinas, otras son lisas totalmente. Una flor exhala un aroma maravilloso, otra desprende un hedor insoportable. Un árbol da fruto comestible, otro lo da venenoso. La respuesta a todo ello la recibimos del salmista (Salmo 135:6). Podríamos seguir acumulando ejemplos en la creación de los ángeles y en la del hombre, pero es suficiente.
      El Creador es soberano absoluto, ejecuta su propia voluntad y hace lo que le agrada: "Todas las cosas ha hecho Yahweh por sí mismo y aún al impío para el día malo" (Proverbios 16:4).

El verdadero amor no hace mal

La raíz de todas las bendiciones es el amor; si todos actuáramos con amor verdadero, no existiría tanta maldad en el mundo, pues cuando se ama en toda la extensión de la palabra, no se hace daño. ¨No deban nada a nadie, excepto el deber de amarse unos a otros. Si aman a su prójimo, cumplen con las exigencias de la ley de Dios.¨ Romanos 13:8 (Nueva Traducción Viviente).
un amor en peligroPor eso es tan absurdo pensar que Dios quiere lo malo para nosotros, pensar que Él nos manda las pruebas porque nos está castigando y que simplemente se ha olvidado de nosotros; quien habla así, en realidad no conoce a Dios, ni tiene la más mínima idea de cómo es.
Quien nunca se ha enamorado, está invitado a enamorarse de Dios, es lo más maravilloso. ¨El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. ¨1 Juan 4:8 (Reina-Valera 1960)A veces nos afanamos buscando el amor de una pareja porque necesitamos sentirnos amados, protegidos, cuidados, pero el amor de Dios llena todas las expectativas.

¿Cómo puedo superar el miedo a la muerte? ¿Cómo dejar de tener miedo a morir?

Incluso en el creyente más seguro y devoto puede haber ocasiones en las que tiene miedo a la muerte; es natural el deseo de evitarla. 
La muerte no formaba parte del plan original de Dios para Su creación, pues fuimos hechos para ser santos viviendo en el paraíso en comunión con Dios. La introducción de la muerte fue una respuesta consecuente a la entrada del pecado en el mundo. Por lo tanto, es por gracia que nos morimos; si no, tendríamos que vivir en un mundo pecaminoso por toda la eternidad.
Este conocimiento no necesariamente contrarresta la reacción visceral al pensamiento de nuestra propia mortalidad. La fragilidad de nuestros cuerpos físicos, y los ejemplos de la cesación repentina de la vida, son un recordatorio de nuestra falta de control en un mundo grande y peligroso. Pero tenemos una gran esperanza, que el que está en nosotros es mayor que el que está en el mundo (1 Juan 4:4). Y Jesús fue a preparar un lugar para nosotros para que podamos estar con Él (Juan 14:2)
¿Cómo puedo yo superar el miedo a la muerte? ¿Cómo puedo dejar de tener miedo de morir?Hay varios aspectos de la muerte que potencialmente pueden causar temor. Afortunadamente, Dios tiene una respuesta para cada uno de ellos.
Miedo a lo desconocido
¿Exactamente qué se siente al morir? ¿Qué puedes ver al salir tu vida de tu cuerpo físico? ¿Cómo ocurrirá? ¿Es algo como algunas personas han reportado — una luz brillante? ¿Un grupo de parientes?
No se sabe con certeza lo que se siente, pero la Biblia describe lo que sucede. 2 Corintios 5:6-8  y  Filipenses 1:23 dicen que cuando dejamos nuestro cuerpo, estamos presentes al Señor. ¡Qué pensamiento tan reconfortante! Nos quedaremos en este estado hasta que Cristo venga y resucite a los creyentes (1 Corintios 6:14;15:20-22), cuando recibiremos un nuevo cuerpo glorificado.