Pablo debía volver a Jerusalén a pesar de que le esperaban dificultades, porque debía dar testimonio del poder de la resurrección de Jesucristo. No iba a dejar de hacer su tarea por miedo a lo que podrían hacerle.
Su disposición no fue al calor de sus emociones o por capricho, sino que se debía a una genuina pasión por Dios, tanto es así que consideró el morir por esta causa, ya que había tenido un encuentro sobrenatural con Jesús y vivía para Él.
Disponer es una acción de entrega, el compromiso férreo de hacer una cosa que mueve nuestra vida a ello. “Estoy dispuesto no solo a ser atado, hasta a morir”, es la afirmación de alguien que vive apasionado por lo que hace y por quien cree.
Y tú ¿qué estás dispuesto a hacer? Quizá podrías decir: estoy dispuesto a ser fiel a Dios más que a mis propias ideologías, a sacrificar mis deseos para ser obediente a Dios, a terminar con el adulterio y amar a mi cónyuge, cortar radicalmente con la pornografía, morir antes de renegar de mi fe en Dios, dejar todo rencor y perdonar para tener libertad, prepararme, amar a mi familia y respetarla a pesar de las malas circunstancias, esperar al matrimonio y guardarme para mi futuro cónyuge, vivir en integridad para inspirar a otros a hacerlo, y tantos ejemplos más que pueden transmitir tu pasión por Dios.
¿Qué puedes hacer para demostrar tu amor a quién dio su vida para salvarte de la muerte eterna y darte como regalo la vida eterna?
No hay comentarios:
Publicar un comentario