Dios nunca nos abandona, sólo nos pone a prueba para conocer cómo de grande es nuestra fe.
Tenemos que atravesar la oscuridad para luego ver la luz … Sucede que a veces creemos que cuando atravesamos momentos difíciles, una enfermedad, la pérdida de un ser querido, un problema económico, una desilusión amorosa, etc., que Dios nos ha abandonado, que no nos ama, que nos ha olvidado, y un sin fin de cosas..., y experimentamos sentimientos de angustia, tristeza y hasta rebeldía, llegando incluso en casos extremos a renegar de la existencia de Dios.
Pues debes saber que, precisamente en los momentos de mayor tribulación y desesperación Dios está contigo, ¡sí!, Dios está a tu lado. Asimismo, cuando sientes que tu cruz es demasiado pesada y ya no puedes más, Él te tomará en sus brazos y te dará la tibieza de su regazo y de su amor infinito, porque Dios nunca nos abandona, sólo nos pone a prueba para conocer lo grande de nuestra fe, nuestra convicción y nuestra confianza … Él es nuestro Padre Celestial y como tal, cuida de sus hijos con amor incomparable. Si cuida de las aves, de los peces y de toda la hermosa creación …¡Cómo no ha de cuidar de sus hijos predilectos! Somos nosotros los que nos olvidamos de Él, los que le abandonamos y le buscamos sólo cuando le necesitamos, cuando estamos en momentos de gran dificultad.