martes, 21 de julio de 2015

Pasos en falso

Bienaventurados los íntegros de camino,
Los que andan en la ley de Jehová. Salmos 119:1 (Reina-Valera 1960)
Como  cristianos, si hay algo en esta vida que no queremos de ninguna manera, es fallarle a Dios, pero desgraciadamente no somos perfectos y a diario pecamos.
pasos falsosAl caminar por la calle, muchas veces lo hacemos con afán, aunque vayamos con la mente puesta en otras cosas. Puede que nos distraigamos con el medio que nos rodea, pero aun así seguimos andando sin ninguna precaución, no nos fijamos por donde vamos caminando. En un momento dado damos un mal paso, y después de haberlo dado es difícil retroceder, no tenemos cuidado al cruzar la calle, tropezamos con alguien, nos resbalamos porque el suelo estaba mojado, pisamos mal... y puede que nos hagamos daño en el pie, y en el peor de los casos una fractura o un accidente.
Todo por no tener cuidado del camino en que andamos. Por mucho que la calle o el lugar por el que nos movamos sea muy hermoso, debemos percatarnos por donde vamos pisando, porque puede haber un hueco y nos podemos caer. Estemos atentos en todo momento; cuando no conocemos el camino es cuando menos nos debemos distraer.

Fe, Más Preciosa Que El Oro

Tu confianza en el Señor será el estandarte que te sostenga en medio de las pruebas más difíciles. Cree y esfuérzate para recibir Su cobertura.
Hageo 2:6-7 dice: Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos.
Estos versos de la escritura nos confirman que la promesa del Señor es llenar tu casa de Su gloria.
Hageo 2:9 continúa: La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.
Además, debes esperar siempre algo mejor. Recuerda que “gloria” en el lenguaje original, significa excelencia y preeminencia (privilegio). El pecado destituye la gloria de Dios en nuestra vida y nos aleja de Sus promesas. Entonces debemos recuperarla para que con ella vuelva todo lo que Él quiere darnos.
En Hageo 2:8 además leemos: Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos.
En medio de los dos versículos que hablan de la gloria, se encuentra éste que menciona lo material. No busques prosperar sino al que prospera. No busques sanidad sino al que sana, a Dios. Si buscas a Dios por lo que es, también encontrarás lo que puede darte, pero no inviertas el proceso y anheles solamente el fruto porque no lo recibirás. Cuando visitas un país encuentras y aprecias todo lo que hay en él. Si vas a París no puedes dejar de ver la Torre Eiffel y si te encuentras en Londres es inevitable que veas el Big Ben. De la misma forma, si conoces a Dios y Su gloria, también hallarás el oro y la plata que le pertenecen.
La crisis actual es consecuencia de buscar solo la economía y no al dueño de ella. Toda la codicia, tacañería y corrupción que vivimos no puede tener otro final sino este. Era cuestión de tiempo que el sistema colapsara, porque nos hemos negado a comprender que no hay mejores finanzas que las que se recogen de Dios. Muchos dicen que las finanzas no son un tema espiritual pero se equivocan. Si satisfacer nuestras necesidades terrenales no tiene que ver con Dios, entonces deberíamos andar desnudos como Adán y Eva porque vestirse no es espiritual.
El ejemplo del amor viene de Dios. La Palabra dice que debemos amar a nuestras esposas con espíritu de sacrificio y no quejarnos del esfuerzo que hacemos. Las mujeres son difíciles de comprender pero aún así debemos quererlas. Las mujeres quieren hombres responsables y se quejan si llegan tarde. Quieren un mejor estado en casa, pero el esposo debe conseguirlo sin llegar tarde a su hogar. Los hombres también tienen sus defectos, quieren una mujer guapa y no le dan ni para el maquillaje. Vemos, aunque no queramos, que nuestra vida inevitablemente está ligada a las cosas materiales, pero hay que priorizar. Primero busca al Señor y luego pídele Sus bendiciones.

La pornografía y el cerebro

Debido a que el cerebro humano va de la mano con nuestra experiencia en el orden psicológico, se puede entender cómo funciona. “Sabiendo cómo está conectado y en qué lugar es sensible, nos puede ayudar a entender porqué la pornografía afecta a las personas de la manera que lo hace”.
Hay siete factores para saber cómo la pornografía afecta al cerebro.
1. El material sexualmente explícito, provoca una actividad espejo en las neuronas del cerebro masculino. Estas neuronas se ven involucradas en el proceso de adquirir nuevos tipos de comportamiento. En el caso de la pornografía, este sistema de neuronas provoca, de manera espejo, la excitación en el miembro de la persona, lo que conduce a la tensión sexual y a la necesidad de su satisfacción sexual. La triste realidad es que una vez que se llega a esa satisfacción sexual (a menudo mediante la masturbación), esta conduce a tener consecuencias hormonales y neurológicas, que están diseñadas para atrapar a la persona que lo esté practicando. En el plan de Dios, este lugar lo debería ocupar la esposa, pero para muchos hombres ese lugar lo está ocupando una imagen en una pantalla. Así que la pornografía esclaviza al espectador con diferentes tipos de imágenes, tomando como rehén la necesidad biológica de formar un matrimonio entre el hombre y mujer, y suplantándola por una unión entre la persona y una serie de imágenes.
2. En los hombres, hay cinco productos químicos primarios involucrados en la excitación y respuesta sexual. La que probablemente juega el papel más importante en la adicción a la pornografía es la dopamina. La dopamina juega un papel importante en el sistema del cerebro, ya que es responsable del aprendizaje impulsado. Cada tipo de aprendizaje que se ha estudiado por la pornografía, aumenta el nivel de la transmisión de dopamina en el cerebro. Una gran variedad de drogas adictivas actúan de la misma manera, incluyendo estimulantes tales como la cocaína, la anfetamina y metanfetamina. Debido a la imaginación erótica que se genera, se termina desencadenando más dopamina que en una relación sexual, por lo tanto la exposición a la pornografía puede llevar a la “adicción de la excitación”, enseñándole al cerebro que prefiere la imagen pornográfica, haciéndole sentir incluso, más placer que teniendo relaciones sexuales con su cónyuge de manera real.

Este es el camino

No importa lo que le haya ocurrido en su vida, haya sido abandonado por su cónyuge, abusado por sus padres o herido por su hijos o por otros, que si permanece en el camino angosto, como Dios le indica, y deja atrás todo el exceso de equipaje carnal, encontrará la paz, el gozo y la satisfacción que busca. Mientras atraviesa este proceso, puede hallar consuelo y guía en la promesa de Dios de Isaías 30:21. 
Jesús es el Camino, y nos ha mostrado el camino en el que debemos andar. El Señor ha enviado sobre nosotros su Espíritu Santo para conducirnos y guiarnos por la senda por la que debemos transitar, el camino angosto que lleva a la vida y no el ancho que conduce a la destrucción. Suceda lo que suceda, debemos seguir caminando en los caminos del Señor. Gálatas 6:9 nos anima: “No nos cansemos de hacer el bien, porque, a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos”. La Biblia no promete que cuando hagamos el bien recibiremos las recompensas de inmediato. Pero sí nos asegura que si seguimos haciendo el bien, finalmente seremos recompensados.
Dios dice que mientras exista la tierra, habrá “siembra y cosecha” (Génesis 8:22).
Podríamos parafrasearlo de esta manera: “Mientras la tierra exista, habrá semilla, tiempo de espera y cosecha”. Cuando andamos en las sendas de Dios, debemos ser pacientes como el labrador, quien planta la semilla y espera expectante la cosecha. Ansía recogerla, pero sabe que pasará tiempo entre la siembra y la cosecha. Él no se deja frustrar por ese proceso ordenado por Dios.
Dios promete en Isaías 30:21 que “tus oídos percibirán a tus espaldas una voz que te dirá: Este es el camino; síguelo”. Si sigue transitando por el camino que el Señor le ha señalado en su Palabra y por su Espíritu, disfrutará una gran bendición tanto en esta vida como en la eternidad. Así que, siga andando por el camino angosto que conduce a la vida: ¡vida en toda su plenitud y abundancia!