jueves, 14 de febrero de 2019

Dios, el escritor de tu vida

La vida es como un libro donde poco a poco se van trazando las historias y aprendizajes. Donde hay capítulos buenos y otros malos. Donde los personajes aparecen para darnos alegrías o desilusiones. Donde hay drama, acción o ficción. Donde Dios habla o calla. Donde hay soledad o compañía. Donde Dios va moldeando nuestras vidas.
el escritorCada decisión que tomamos se va escribiendo en nuestra historia. Decidimos darles la oportunidad a personas de formar parte de nuestra vida, y a veces nos gustaría que los personajes desaparecieran o que actuaran de cierta forma, sin embargo hay un Escritor Principal, Dios. ¿Qué hemos escrito en estos días? ¿Hemos permitido que Dios escriba la historia? o ¿queremos agregar puntos suspensivos a lo que Él ya decidió ponerle punto final?
Dios, como el Escritor Principal, escogió a nuestros padres, nuestra nacionalidad, nuestro idioma, y nuestro temperamento entre otras cosas. Él sabía que con ese entorno lo conoceríamos. Nada es por casualidad, todo lo ha trazado con un propósito. Quizás a veces no lo logremos comprender, pero debemos tener la seguridad de que Él sabe el porqué de cada situación. Él sabe el final de cada capítulo, la enseñanza que desea que aprendamos.
Hay sucesos que han acontecido que no nos gusta recordar, sin embargo nos ha formado en carácter. Todo lo hizo para llevarnos a esa madurez que espera. Por ejemplo, la muerte de un familiar es dolorosa pero sabemos que Dios no se equivoca, que todo es parte de su plan. Tampoco nos gusta recordar los momentos de soledad cuando los amigos se van o nos defraudan, y tampoco las consecuencias de nuestras malas decisiones. Dios puede escribir un nuevo capítulo en nuestras vidas. ¿Verdad?
También solemos tener capítulos inconclusos, en los que agregamos puntos suspensivos y no pusimos punto final, como por ejemplo no haber perdonado a ciertas personas que nos dañaron, ya sea un amigo o nuestros propios padres. Quizás un amor imposible que nunca fue verdadero, pero que dejó huella en nuestras vidas y nunca lo hemos logrado superar a pesar de tantos años.
Dios como el Escritor Principal, quiere escribir un nuevo capítulo en nuestras vidas. No importan los capítulos anteriores, pues Dios hoy nos da la oportunidad de volver a empezar. Quiere darle esa alegría que le hace falta a nuestra libro. Esos momentos especiales donde Él se revelará y nos enamorará. Momentos que no nos imaginamos pero que Él tiene planeados.
En el capítulo 29 del libro de Jeremías, vemos como el pueblo de Israel recibió una promesa de parte de Dios, aun estando ellos en cautividad. Dios les aseguraba que Él tenía planes de bienestar y no de mal. Imaginemos como sería recibir esa promesa estando en cautiverio. Definitivamente necesitamos renovar nuestros pensamientos para comprender que Dios permite ciertas situaciones con un objetivo eterno.
Yo quiero que Dios escriba un nuevo capítulo en mi vida, dejar mis prejuicios o dudas, y caminar con el Escritor Principal “Dios”. ¿Tú se lo permitirás? ¿Estás dispuesto a cambiar y no tener temor de aceptar el plan de Dios? ¿Pondrás acción en que su propósito se haga una realidad en tu vida? ¿Se despertará ese sueño que Dios ha puesto en tu corazón? ¿Tomarás el reto?

“Mis caminos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes; ¡más altos que los cielos sobre la tierra!”

Isaías 55:8 NVI

“Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo.”

Jeremías 29:11 DHH

El plano general

Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. 1 Pedro 2;9
Durante la cobertura televisiva de la asunción de poder por Barack Obama, como primer presidente afroamericano de los Estados Unidos, la cámara mostró una vista panorámica de una multitud de casi dos millones de personas, reunidas para presenciar el histórico evento. Un periodista señaló: «La estrella de este espectáculo es el plano general». Ninguna otra cosa podía registrar a toda la multitud que se extendía desde el Monumento a Lincoln hasta el Capitolio.
La Biblia nos da un atisbo de una multitud aún mayor, unida por su fe en Jesucristo: «Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable» (1 Pedro 2:9).
Esta no es una imagen de solo unos pocos privilegiados, sino de todos los rescatados «de todo linaje, lengua, pueblo y nación» (Apocalipsis 5:9). Hoy estamos desparramados por todo el planeta —donde muchos se sienten solos o sufren por su lealtad a Cristo—, pero a través de la lente de la Palabra de Dios vemos el plano general de nuestros hermanos en la fe de pie, juntos para honrar a Aquel que nos redimió y nos hizo suyos.
¡Unámonos en alabanza al Señor, quien nos sacó de las tinieblas a su luz admirable!
Señor, todos estamos de acuerdo en que eres digno de toda alabanza. Nosotros, tu pueblo, te contemplamos con admiración.
¿Por qué cosas tienes que alabar a Dios?

Morir y amar

¨El amor que tengan unos por otros será la prueba ante el mundo de que son mis discípulos.¨
Juan 13:35 (Nueva Traducción Viviente).
La vida gira en torno a dar o entregar algo, y el vivo ejemplo de ello es nuestro Dios, quien creó y fundó todo; desde entonces empezó la cadena de dar, pues Él es quien nos ha dado TODO lo que existe. Todo es todo y eso incluye a su hijo Jesús, que como sabemos murió por cada uno de nosotros para que seamos salvos.
amor2134La razón de ser es el amor, pues quien no ama no es capaz de sacrificar nada por la otra persona, y esta fue la prueba de amor máxima que puede existir en esta tierra.
Amar significa morir, aunque suene raro, pero no la muerte natural, pues eso ya lo hizo Jesús, sino hacer morir muchas cosas a nivel personal, espiritual, emocional o físico. ¨Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno.¨ Colosenses 3: 8-10
Cuando decidimos amar a Dios, morimos al mundo y a sus deseos, al pecado, a la maldad, al odio. Morimos a nuestro propio yo para que sea Jesús quien viva en nosotros. Porque Él nos prometió vida, y en abundancia, y fuera de Cristo no la podemos hallar ¨Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.¨ Filipenses 1:21 (Reina-Valera 1960)Si aun nos deleitamos en la cosas que no agradan a Dios, no lo estamos amando como Él se merece y como debería ser.
Ahora bien, lo mismo sucede cuando decidimos unir nuestras vidas a una pareja, pues en el momento de dar el sí, significa que has muerto para remirar y codiciar a otra persona que no sea tu pareja; mueres a la infidelidad, a los celos, al egoísmo, al coqueteo. Ya no piensas solo en ti sino en la persona que te acompañará por el resto de tus días.