sábado, 26 de abril de 2014

Supera tus errores, vuelve a comenzar

El diccionario define el error como algo equivocado o desacertado. Puede ser una acción, un concepto o una cosa que no se realizó de forma correcta. Habernos equivocado o haber cometido un error, independientemente del tiempo que haya pasado, y después recordarlo sin haberlo superado, siempre nos traerá junto al recuerdo, un sentimiento de dolor y en ocasiones, de impotencia por no haber hecho nada al respecto.

A veces desearíamos tener una especie de maquina del tiempo, para regresar y corregir eso que en el pasado hicimos mal, y de lo que hoy vivimos arrepentidos o con cierta tristeza por intentar cambiar lo que era lo correcto y no hicimos. Duele no poder hacerlo, no poder retroceder para evitar ese error cometido, pero duele más vivir cargando con la culpa de todos los errores pasados en el presente.

Todos nos equivocamos, dejaríamos de ser humanos si no cometiéramos errores; algunos fallamos en unas cosas y otros en otras, esa es nuestra naturaleza humana. Y el error lo vemos cuando las cosas ya han pasado, cuando analizamos y el resultado no es el que esperábamos, pero también es cierto que cuando nos equivocamos, nos damos cuenta de que nos falta mucho que aprender, y que es la única manera de valorar y comprender las situaciones de la vida.

Duele darse cuenta cuando se comete un error, cuando se tomó una decisión o actitud equivocada, pero detrás de todo sentimiento está la parte más importante: el aprendizaje consecuente de haber cometido esa equivocación. Aceptar que cometimos un error es el primer paso para superarlo, una persona que no acepta que se equivocó difícilmente puede corregir su rumbo, y el segundo paso es perdonarse a sí mismo. De nada sirve reconocer que cometiste un error, si pretendes superarlo, si en vez de pensar en la lección que recibiste, solamente piensas en que echaste a perder algo importante y no hay más que hacer.

La Biblia le protegió de los disparos - Reflexión

El ejemplar de la Biblia que un conductor de autobús en Estados Unidos llevaba en el bolsillo, le salvó la vida, ya que evitó que dos balazos le perforaran el pecho, dijo un atónito policía. 
Biblia
“Obviamente hubo algún tipo de intervención (divina) en este episodio, porque de lo contrario, él seguramente no estaría entre nosotros en este momento”, dijo el sargento Michael Pauley, del departamento de Policía de Dayton, Ohio, a la prensa. 
Rickey Wagoner, de 49 años, había detenido su autobús a primera hora de la mañana del lunes, al lado de una carretera, debido a un problema mecánico, cuando se le acercaron tres adolescentes con intenciones... no muy amistosas, vaya. 

Oyó que uno de los sospechosos decía que, ya era hora de matar a alguien para formar parte del club”, narró Pauley, quien agregó que el conductor luchó por su vida. 
El policía comentó que la agresión podía ser parte de un rito inicial para ser miembro de la banda. 

Wagoner recibió dos disparos en el pecho, pero logró mantenerse de pie y forcejear con el agresor para quitarle el revólver. 

¡Tenía un libro en mi bolsillo!, relató Wagoner a la Policía, según los medios locales. 
“Al principio pensé que la bala me había atravesado. Fue como si me hubieran dado con un mazo en el pecho”. 

Uno de los adolescentes le hizo un tajo en el brazo con un cuchillo, mientras el conductor peleaba para hacerse con la otra arma, que se disparó mientras luchaban y le hirió en la pierna. Sin embargo, pudo quitarles ambas armas y llegó incluso, a dispararles cuando huían.

Tiempo de hablar

Hace muchos años, tres mujeres conversaban animosamente en la plaza de un pueblo a las afueras de Londres. Cada una compartía el cambio que había experimentado en su vida, al conocer a Jesús.
Estaban tan absortas en la conversación, que no advirtieron que un hombre se había acercado lo suficiente, como para poder oír todo lo que hablaban.
El caminante notó que aquellas palabras salían del fondo de sus corazones, que esas humildes mujeres poseían algo real y sublime que él no tenía y que jamás había experimentado. El impacto de estas palabras fue tal, que nunca pudo olvidarlas.
Por lo cual, un día se propuso apartarse de sus malas compañías y buscar el tesoro espiritual que estas mujeres sí poseían.
Aquel hombre era John Bunyan, hoy conocido internacionalmente como el autor de su célebre obra “El progreso del peregrino” (1678), y de muchos otros libros que impactaron a varias generaciones. Además, se transformó en un tremendo predicador, de gran impacto para su nación en su época. Conocemos a John Bunyan, pero nadie sabe los nombres de aquellas tres mujeres, que fueron tan influyentes en su vida.
2 Timoteo 1:8 “Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios”.
Cuando damos testimonio de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas, nunca podremos saber con certeza, quien está alrededor escuchando atentamente, ni tampoco cuáles son las personas que podrían ser impactadas por nuestras palabras. Quizá nunca nos enteremos del fruto que, finalmente, dio la semilla que plantamos, pero podemos estar seguros que la palabra de Dios nunca volverá vacía. El hecho de que no podamos ver el fruto, no quiere decir que éste no exista.

Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo

Efesios 5:20 dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Una evidencia del cristiano lleno del Espíritu Santo, es tener una actitud de agradecimiento a Dios. Gratitud que se manifiesta por todo y de forma constante en su vida.
Y un serio problema de la sociedad es la ingratitud, pero mucho más lamentable es el hecho de que algunos cristianos son ingratos, que tienden a pedir mucho y a agradecer muy poco. La lista de sus peticiones es muy larga y las oraciones de gratitud muy pocas.

Pero el creyente lleno del Espíritu es un ser agradecido. ¿Cuándo da gracias? ¡siempre gracias! Un creyente tiene una vida constante de agradecimiento. Tiene un corazón sincero que siempre expresa gratitud. Esta gratitud se da en cualquier circunstancia, por todo, incluso cuando no se entiendan algunas cosas que suceden. Debe reconocer que Dios está obrando en su voluntad, inclusive en la adversidad, y darle gracias.

Frasco de alabastro


Un día, estando Jesús con sus discípulos en la casa de Simón, un hombre que había tenido lepra, entró una mujer con un hermoso frasco de alabastro, que contenía un perfume costoso. Lo rompió y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús. Al ver esto, algunos de los presentes se indignaron, por la manera en que se estaba desperdiciando el perfume.

Actualmente, todos nosotros tenemos un frasco de alabastro, que simboliza nuestro corazón. Puede estar lleno de sueños, anhelos y deseos. Sólo Dios conoce lo que hay en él.
¿Cuál es el mayor anhelo en tu vida? Tener un gran cargo profesional, ser un emprendedor exitoso, ser un cantante famoso, estar casada, ser mamá, etc. Hay un sinfín de deseos en nuestra alma y, sin embargo, ¿estaríamos dispuestos a entregárselos a Dios? Esperar el tiempo indicado, pagar el precio, atravesar el proceso de cambio carácter, o sea, dejar a un lado todo lo que deseamos por seguirle.