jueves, 5 de noviembre de 2015

Algo inofensivo y bueno

Inline image 1Pienso en cuánto nos fascina leer, escuchar o ver vídeos de historias reales o falsas que tengan una buena enseñanza. Siempre lo he visto como algo inofensivo y bueno. Sin embargo, mucho tiempo atrás el Apóstol Pablo le escribió a su discípulo amado, lo que vemos en 1 Timoteo 4:7 "Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad."
Ya en aquel tiempo los creyentes eran influenciados por historias con buena enseñanza. Y el Apóstol se ve en la necesidad de decirle a Timoteo: deja a un lado esas historias lindas y esfuérzate, ve detrás del estudio intencional de la Palabra de Dios, porque necesitas la leche espiritual, profundiza en ella, no te quedes en la superficie. Suda, fuerza tu mente y corazón a meditar en la Palabra de Dios. Saca tiempo para orar, si es que quieres crecer y madurar. Sí, eres joven, pero no por eso tienes excusa para no ser ejemplo en palabra, en conducta, amor, espíritu, fe y pureza (verso 12).
Las enseñanzas llegan a ser convicciones cuando nosotros las obtenemos metiéndonos a fondo en las Escrituras. Dios me ha llevado a mí a decir frases, sacadas de algún versículo, desde lo profundo de mi corazón. Pero aún me falta mucho por conocerlo… porque Él es Dios.

¿Consideraste lo afortunado que eres?

Fortuna: causa, que no se puede determinar con exactitud, a la que se atribuyen los sucesos buenos o malos; encontramos palabras como, ¡qué afortunado! o ¡qué desafortunado!
Se podría decir que fortuna es… tener buena salud, tener una profesión, tener un buen empleo, tener un buen coche, tener una bonita casa, tener una empresa, tener buenas amistades, una buena familia, una buena esposa o esposo...
En fin, son muchas las cosas por las que nos llamaríamos afortunados, pero la mayor fortuna que el hombre pueda tener en la tierra, es saber que su nombre está escrito en el libro de la vida.
Hay dos grandes fortunas que solamente DIOS nos puede permitir tener.
1) ¿Has considerado lo afortunado que eres al tener tus hijos?
Para muchos, hoy en día, un hijo es una carga o un tropiezo, pero,
"...He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre..." Salmos 127:3
Los hijos son una riqueza que solamente DIOS nos puede dar, ningún padre ni amigo te dará una herencia tan grande. Muchos hombres y mujeres de hoy están pidiendo a gritos un hijo, y otros optan por adoptar una criatura a temprana edad. Peor aún, otros esperan en un hospital que una madre se descuide para robarle su hijo, porque están desesperados.
Hombre, mujer, tú eres afortunado(a) al tener hoy a tus hijos, herencia que DIOS te dejó y un día rendirás cuenta por ellos. Ámalos, valóralos, respétalos, y apóyalos, y si tienes que llorar llora por ellos, pero ama lo que DIOS te ha dado.

¿Por qué permite Dios que les sucedan cosas malas a la gente buena?

¿Por qué les suceden cosas malas a la gente buena? Esta es una de las preguntas más difíciles en toda la teología. Dios es eterno, infinito, omnisciente, omnipotente, etc. ¿Por qué nosotros como seres humanos (no eternos, ni infinitos, ni omniscientes, ni omnipresentes, ni omnipotentes) deberíamos tener el conocimiento suficiente para comprender plenamente los designios de Dios? 
El libro de Job diserta sobre este asunto. Dios le permitió a Satanás hacer todo lo que él quería a Job, excepto matarlo. ¿Cuál fue la reacción de Job? “He aquí, aunque Él me matare, en Él esperaré” (Job 13:15). “Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito” (Job 1:21). Job no comprendía por qué Dios había permitido las cosas que le sucedían, pero sabía que Dios era bueno y por lo tanto, continuó confiando en Él. Básicamente, esa debería ser también nuestra reacción. Dios es bueno, justo, amoroso y misericordioso. Con frecuencia nos suceden cosas que simplemente, no podemos comprender. Sin embargo, en vez de dudar de la bondad de Dios nuestra reacción debe ser de confianza en Él. “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas” (Proverbios 3:5-6).

Tal vez una mejor pregunta sería, “¿Por qué les suceden cosas buenas a gente mala?” Dios es santo (Isaías 6:3Apocalipsis 4:8), y los seres humanos somos pecadores (Romanos 3:236:23). ¿Quieres saber cómo ve Dios a la humanidad? “Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta. Con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios. Su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre. Quebranto y desventura hay en sus caminos; y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos.” (Romanos 3:10-18). Cada ser humano en este planeta, merece ser echado al infierno en este preciso momento. Cada segundo que seguimos vivos es solo por la gracia de Dios. Aun la más terrible miseria que pudiéramos experimentar en este planeta, es misericordia comparado con lo que merecemos, la condenación eterna en el lago de fuego del infierno.

Sigue Aprendiendo En Las Cosas De Dios

“OCÚPATE EN ESTAS COSAS; PERMANECE EN ELLAS…” (1 Timoteo 4:15)
El rey Saúl fue atacado por espíritus malos que lo atormentaban y lo inmovilizaban. Así que, mandó a buscar a David para que tocara el arpa para él. Mientras David tocó, “Saúl se aliviaba y se sentía mejor, y el espíritu malo se apartaba de él” (1 Samuel 16:23b). Esta historia pone de manifiesto dos cosas: el poder de la alabanza y el poder de la práctica. David no descubrió su talento de repente al llegar al palacio de Saúl. No, lo desarrolló a través de años tocando en las solitarias colinas mientras cuidaba el rebaño de su padre.

Cuando se trata de practicar, los dos desafíos más grandes a los que te vas a enfrentar son:
(a) tener el deseo de hacerlo y 
(b) tener la disciplina de seguir haciéndolo. 
Pablo le dijo a Timoteo: “Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de ti mismo y… persiste…” (1 Timoteo 4:15-16). No existe un modo sencillo de convertirse en una persona disciplinada. No tiene nada que ver con el talento ni con las aptitudes, porque no es una cuestión de condiciones sino de elecciones. Pero una vez que hayas tomado la decisión y la práctica llegue a ser un hábito, hay dos cosas que se harán obvias. La primera es la clara diferencia que existe entre la persona que se ejercite y la que no lo hace. La segunda cosa que surge es un espíritu de vencedor. Cuanto más arduo trabajas, más difícil se hace no rendirse ante cosas como la fatiga, la complacencia, el desaliento, la crítica y todas aquellas cosas que tratan de perturbar tu progreso.