martes, 6 de septiembre de 2016

Conocido por las cicatrices

Uno de los misterios de la resurrección es que nadie reconoció a Jesús después de Su resurrección de los muertos.

Resultado de imagen de Conocido por las cicatricesMaría pensó que era el jardinero (Juan 20:15). Los discípulos en el camino a Emaús caminaron y hablaron con Jesús durante horas, pero no lo conocieron (Lucas 24:13). Juan 21:12 dice que cuando los discípulos se reunieron alrededor de Jesús en la segunda pesca milagrosa, "ninguno de los discípulos se atrevió a preguntarle: ¿Quién eres tú?, sabiendo que era el Señor."
Sabían que era Jesús, y sin embargo algo era diferente en cuanto a Su apariencia. Pero una cosa es clara. Cuando Jesús quería que lo reconocieran, ¿qué hacía? Cuando primero se les apareció a los discípulos, les mostró Sus cicatrices (Juan 20:20).
A Jesús se le reconoce por su condición de herido. Siempre ha sido y siempre será así.
Zacarías registra lo que algunas personas llaman una aparición "reencarnada" de Jesús: Y alguien le dirá: “¿Qué son esas heridas en tu cuerpo?” Y Él responderá: “Son aquéllas con que fui herido en casa de mis amigos”.» (Zacarías 13:6).

Necesidad

La próxima vez que tengas una necesidad que creas imposible de ser suplida piensa en esto:
Cuando Moisés y el pueblo de Israel estuvieron en el desierto era necesario alimentarlos. Y para alimentar a 2 ó 3 millones de personas se requiere mucha comida.
Moisés necesitaba tener 1.500 toneladas de alimentos diariamente.
refle-necesidad01aPara acarrear esa cantidad de comida, serían necesarios dos trenes de carga, de casi dos kilómetros de largo cada uno.
Además necesitaban madera para encender fuego para cocinar los alimentos; se necesitarían 4,000 toneladas de madera y algunos trenes más para acarrearla, solo para un día. Y ellos duraron 40 años en el desierto.
Si solo emplearan el agua para beber y lavar los cacharros, se necesitarían 41,000,000 de litros cada día, y un tren con carros tanque, de 2,90 kilómetros de largo para traerla.
Además, tenían que cruzar el Mar Rojo de noche. Para poder hacerlo, se necesitó un espacio de 5,5 kilómetros de ancho, para que pudieran pasar en filas de 5.000 y poder cruzar en una sola noche. Cada vez que acampaban se requería un terreno de 1.000 kilómetros cuadrados.
¿Crees que Moisés había calculado todo esto antes de salir de Egipto? No creo. Y es que Moisés le creía a Dios y sabía que Él se hacía cargo de estas cosas.
¿Crees tú que el Señor tenga alguna dificultad para hacerse cargo de tus necesidades?
Su amor está siempre contigo, sus promesas son verdad, y cuando le entregas todas tus preocupaciones, Él te saca adelante. Así que cuando el camino por el que viajas parezca muy pesado, recuerda orar, hacer tu parte… y el Señor hará lo demás.
Mateo 6
31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Filipenses 4:19
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

No se Preocupe tanto por Usted…

David Robinson, de 2,16 metros de estatura, es el "center" de los Spurs. En sus primeros diez años en la NBA, Robinson había ganado prácticamente todos los premios como jugador de baloncesto profesional.
En 1990 fue elegido el novato del año; en 1991, el mejor rebotador; en 1992, el mejor defensa; en 1992, el mejor bloqueador; en 1994, el mejor anotador y en 1995, el jugador más valioso.
En ocho ocasiones fue convocado para integrar el equipo de las estrellas de los Estados Unidos. Su juego, extraordinariamente consistente, lo ha puesto en lo alto del escalón de estadísticas en varias categorías de la NBA, incluyendo anotaciones por partido.
Ha sido designado entre los cincuenta mejores jugadores de la historia de la NBA.
No obstante todos estos atributos personales, Robinson nunca había ganado un campeonato de la NBA hasta la temporada de 1999. ¿Cómo lo logró? Dejando su puesto de jugador ofensivo a Tim Duncan, quien fue el héroe.
Resultado de imagen de david robinsonDespués de los partidos finales de la temporada 1999, Avery Johnson, compañero de equipo, dijo:
"David Robinson es lo máximo en jugador con mentalidad de equipo, es el ganador nato. Él puso su ego a un lado y se transformó en un jugador totalmente diferente para bien del equipo. Pudo haber hecho veinticinco puntos por partido, pero ¿estaríamos donde estamos ahora? No".
En 1999, Robinson hizo el peor promedio de puntos en toda su carrera. Su perspectiva era la siguiente:
"Observé a mi equipo y me di cuenta que necesitaba que yo fuera más defensivo y mejor rebotador. Para ser un equipo completo, no teníamos ambos que ser anotadores. Yo pude hacerlo en algunos partidos, pero el equipo es también el de Tim. Y así está bien para mí".
El resultado de la modestia de Robinson al poner al equipo por encima de él, fue un éxito rotundo para todo el conjunto.

Ganar perdiendo

Un poco paradójico el título, pero démosle una oportunidad a la disonancia cognitiva y continuemos leyendo.
En nuestra cultura el ganar es una práctica que a todos les gusta experimentar y el perder una que nadie quiere evidenciar. De hecho, socialmente es muy aceptable y muy bien visto que tu vida esté llena de aciertos, y con un número menor de fracasos que solo sirven para agregar variedad a tu biografía. Perder es humillante, sobre todo si es en público o frente a otra persona que consideramos “inferior” a nosotros, y aunque después le podamos encontrar el sentido, la experiencia no es nada grata. Sin embargo, hay ocasiones en que perder conlleva una tremenda ganancia, ganancias eternas.
Resultado de imagen de juego de los chinosCuando enfrentamos una discusión o un problema de tipo relacional producto de dos puntos de vista distintos, cada uno de los que está involucrado defiende con vehemencia aquello que cree, en muchas ocasiones siendo más la forma la que resulta ofensiva que el fondo del asunto. Ganar perdiendo significa que, a consecuencia de que yo abandono la contienda y trato de llegar a un terreno más conciliador, aunque eso implique aparentemente perder la discusión, gano la posibilidad de que el otro me escuche sin “la guardia” tan alta, planteando un punto medio, o bien, siendo humilde y aceptando la opinión del otro. Esto no es nada popular, pero es el modelo de Jesús.
Jesús nunca pretendió ganar una discusión o se exaltó porque no le creían. Dudaron en su cara, incluso sus discípulos, y su actitud nunca fue belicosa ni tratando de imponer su punto de vista, y así ha ganado “adeptos” hasta el día de hoy. Él ganó perdiendo.