miércoles, 28 de mayo de 2014

Joyas de Sabiduría - Reflexiones

-La vida es lo que hacemos de ella; siempre ha sido así y siempre lo será. –Abuela Moses
-Comencemos a ser ahora lo que seremos en el futuro. –San Jerónimo
-El hombre más grande en la historia fue Jesús: no tenía sirvientes pero le llamaban Señor. No tenía diploma, pero le llamaban Maestro. No tenía medicinas pero le llamaban Sanador. No tenía ejércitos pero los reyes le temían. No ganó batallas militares pero conquistó al mundo. No cometió crimen alguno pero le crucificaron. Fue enterrado en una tumba, pero vive hoy. –Autor Desconocido

-Creo que cualquiera puede vencer el temor haciendo las cosas que teme, siempre y cuando las siga haciendo, hasta que tenga un registro de experiencias exitosas detrás suyo. –Eleanor Roosevelt

-Hay dos maneras de proyectar la luz: ser la lámpara o el espejo que la refleje. –Edith Wharton
-La paciencia y la perseverancia tienen un efecto mágico, ante el cual las dificultades desaparecen y los obstáculos se desvanecen. –John Quincy Adams
-Las cosas sólo se mejoran cuando NOSOTROS mejoramos. –Autor Anónimo
-Sin importar lo pequeño y poco importante que pueda parecer lo que estamos haciendo, si lo hacemos bien, pronto pudiera convertirse en el primer paso que nos lleve a mejores cosas. –Channing Pollock
-Nuestra mayor debilidad yace en rendirnos. La manera más segura de triunfar consiste en intentarlo siempre una vez más. –Thomas Edison
-La llave que desata la energía es el deseo. También es la llave para una vida larga e interesante. Si esperamos crear algún impulso, cualquier fuerza dentro de nosotros, necesitamos entusiasmarnos. –Earl Nightingale

Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales como a Cristo

Efesios 6: 5-8  Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre.

La exhortación va, ahora, de siervos a amos, indicando las relaciones laborales en los cristianos. En estos versículos, Pablo da a conocer una serie de recomendaciones para los trabajadores cristianos. Principalmente, se hace referencia a dos acciones: obedecer y servir.

Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo. Los siervos representaban la fuerza laboral de la época de Pablo. Hoy, en nuestra sociedad, la clase trabajadora serían los empleados o trabajadores de empresas, tanto públicas como privadas. La exhortación es que obedezcan a sus amos terrenales con respeto, y siendo responsables por cumplir lo que se les pide, hacerlo y hacerlo bien. Así pues, el trabajador cristiano trabaja con sencillez de corazón, con integridad, de buena gana, con entusiasmo y honradez, así como sirve al Señor, el amo por excelencia.

No sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios. El trabajo del cristiano está influenciado por la relación que tiene con Cristo. Siendo siervo de Cristo, siempre está buscando hacer la voluntad de Dios, agradarle con su trabajo al Señor antes que pretender agradar a los hombres.

Atrae LO MEJOR hacia TI

Cuando viajamos tratamos de ver anticipadamente, la forma de evitar retrasos. Recuerdo en una oportunidad, después de muchas horas de trabajo y necesitando descansar urgentemente, que iba viajando con mi esposa en nuestro automóvil y nos dirigíamos a nuestro hogar, cuando...

Cuando estabamos a pocos kilómetros de nuestro destino, algunos manifestantes cortaron él trafico de la ruta, por lo cual un trayecto que normalmente, habríamos hecho en 40 minutos, lo hicimos en 8 horas. Este fue un hecho triste y lamentable que no se lo deseo a nadie, pero lo más triste y lastimoso fue que, unas horas antes alguien me había informado que esto podría suceder y que posiblemente, me convendría tomar algún desvío por otra ruta, pero como no entendí muy bien lo que esta persona me decía y por vergüenza, no le pregunté nuevamente, porque este buen hombre estaba ocupado. Seguí mi camino como si nada, y ese fue mi gran error.


En la Biblia encontramos muchas referencias que nos hablan sobre allanar el camino, hacer sendas derechas para nuestros pies (Hebreos 12:13), en fin. … es como si se nos aconsejara, con relación al camino de la vida, que dejemos de transitar por calles de tierra, con pozos, barro, etc., y que comencemos por pavimentar, por asfaltar nuestros caminos para avanzar más rápido, y así lograr nuestras metas y sueños.
Esto significa que es nuestra responsabilidad ver de qué manera podemos hacernos el camino más fácil, más rápido, porque algunos con las decisiones que toman, con la gente que frecuentan, con los consejos que adoptan para sí, lo único que están haciendo es entorpecer su avance y complicarse la vida. 

Siempre tienes que pegarte a personas que eleven tu vida, no a aquellos que te tiran hacia abajo y te lastiman, debes poner especial atención con qué tipo de personas estás relacionándote, porque el éxito vendrá a tu vida caso de mantener las relaciones correctas, es decir, caso de entablar amistad con aquellas personas que creen, alimentan y sostienen tus sueños.

Pero no sólo se trata de preparar nuestra vida de manera que el camino esté despejado para poder avanzar, sino que también es necesario preparar el camino para permitir que las cosas buenas vengan a nosotros.
Existen dos maneras básicas para tratar de alcanzar tus objetivos:
 una es cuando inicialmente, decides tu objetivo, te esfuerzas y vas tras él, y otra es atraer tu objetivo hacia ti, es poner en practica la ley de la atracción, es decir, preparar de tal manera el escenario de tu vida para que lo bueno de Dios venga hacia ti.
Normalmente utilizamos el primer método, corremos tras nuestro objetivo, muchas veces intentando forzar las cosas y terminamos cansados y frustrados.
La mayoría vivimos ansiosos, y le damos la espalda a lo que tiene verdadero valor en la vida, gastamos gran parte de nuestro tiempo y de nuestras energías trabajando más y más, para ganar más dinero, para comprar más cosas y para hacer lo que supuestamente, nos hará felices; y al transitar por este camino, algunos pierden lo más precioso de la vida, pierden la salud, agotan todas sus reservas físicas y emocionales, y quedan reducidos a nada. Otros pierden a su familia, y si no la pierden, se privan de los momentos más maravillosos, que son su tiempo de calidad con sus hijos, con su esposa o su esposo; en fin, este es un camino muy duro para alcanzar el éxito.

¿Cómo puedo saber si algo es pecado?

Hay dos temas incluidos en esta pregunta. (1) Hay cosas que la Biblia menciona y declara específicamente que son pecado. Ejemplos de estas listas se encuentra en: Proverbios 6:16-19Gálatas 5:19-211 Corintios 6:9-10. No hay duda de que las Escrituras presentan estas actividades como pecaminosas, cosas que Dios no aprueba: homicidio, adulterio, mentira, robo, etc. –indudablemente la Biblia presenta tales cosas como pecados. (2) Otras no las declara como tal, específicamente, y la interrogante más difícil es determinar lo que es pecado, en esas áreas en las que la Biblia no lo señala específicamente. Cuando la Biblia no cubre un tema determinado, tenemos algunos principios generales en Su Palabra para guiarnos.

(a) Cuando no existe una referencia específica en las Escrituras, es bueno preguntar
 no si cierta cosa está mal, sino si es valorada como buena. La Biblia dice, por ejemplo, “redimir el tiempo” (Colosenses 4:5). Nuestros pocos días aquí en la tierra, son tan cortos y preciosos en relación con la eternidad, que nunca debemos desperdiciar el tiempo en cosas egoístas, sino usarlo sólo en lo que “sea bueno para la necesaria edificación” (Efesios 4:29).

(b) Una buena prueba es determinar si podemos honestamente y con buena conciencia, pedirle a Dios que bendiga y utilice esa actividad en particular, para Sus propios buenos propósitos. “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31). Si existe duda en que complazca o no a Dios, entonces lo mejor es dejarlo. “....todo lo que no proviene de fe, es pecado.” (Romanos 14:23).

(c) Debemos recordar que nuestros cuerpos, así como nuestras almas, han sido redimidos y le pertenecen a Dios. “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu los cuales son de Dios.” (1 Corintios 6:19-20). Esta gran verdad debe ser un verdadero soporte para todo lo que hagamos o dónde vayamos con nuestros cuerpos.

Cómo vencer el mal

Aléjate de todo aquello que te haga retroceder. Huir del mal no es de cobardes sino de sabios.


Gálatas 6:7-8 "No se engañen. Cada uno cosecha lo que siembra. El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna"

El promotor de todo pecado y maldad es Satanás. Miles de años atrás, Satanás era la mano derecha de Dios, era el ángel más precioso, el ángel que dirigía toda la alabanza, toda la adoración. 
Era un ángel que tenía un gran potencial para captar todo acto de Dios y aprovecharlo a través de la alabanza y la adoración. Se movía en ese mundo espiritual con gran revelación y sabiduría, estaba bien pegado a Dios.

La aparición del enemigo.
Pero, en un momento determinado, Satanás quiso ocupar el lugar de Dios y tomó la decisión de derrocarlo. Su idea tuvo un fracaso rotundo y Dios le expulsó del cielo, cuando se reveló en contra de su Voluntad, y arrastró a un tercio de todos los ángeles junto con él. Les llenó de ideas su cabeza, le prestaron oído y se fueron junto con Satanás.
Este ángel precioso, que estaba al lado de Dios, que Le escuchaba, que caminaba con Él, que ministraba la alabanza como nadie, un día decide transformarse en el enemigo número uno de Dios. ¿Por qué lo hizo?, ¿qué fue lo que le pasó?, si tenía un lugar de privilegio, un ministerio y un accionar privilegiado al lado de Dios.
Lo que sucedió es que Dios le anuncia que, la creación se iba a coronar con la creación del hombre y de la mujer, del ser humano.
Dios estaba creando al hombre con la finalidad de adorarle; todos hemos sido creados para ser de adoración delante de la presencia del Señor, íbamos a ser, al parecer del enemigo, competencia para él, y el diablo no quiere competencia.

Dios decide, pues, que el hombre iba a tener un potencial ilimitado, nos íbamos a poder mover con autoridad, con dominio y con poder, y tampoco esto le gustó, entonces empezó a generar odio.
El enemigo te odia: El diablo odia a la raza humana en gran medida, nos odia de tal forma, que siempre busca la oportunidad de hacernos caer, es tanto el odio que tiene contra nosotros, que siempre está maquinando alguna manera de hacernos caer.

El enemigo odia la creación de Dios. Satanás, desde el preciso momento en que empezó a odiar todos los planes que venían de parte de Dios, entonces, comenzó su caída. El diablo no pelea con Dios ya que la lucha no es contra Dios, no, el diablo es como un insecto al lado de un gigante todopoderoso como es nuestro Señor, y como contra Dios nadie puede pelear, él pelea contra ti y contra todos, pelea contra la creación de Dios.
El diablo está detrás de todo lo malo, detrás de las guerras, detrás del cáncer, las enfermedades, detrás de las inseguridades, de las violaciones, de los robos, detrás de las discordias, de las drogas, el alcohol, detrás de todo pecado. El diablo maquina constantemente, la manera de apartar la creación de Dios de su creador, maquina la forma de destruir nuestra vida, para que no vivamos las cosas maravillosas que Dios tiene para nosotros.
Dios creó al hombre y le puso en el jardín del Edén, y hasta allí se arrastro Satanás, le tentó encubiertamente, le engañó, y la humanidad cayó en la trampa. A partir de ese momento, todo lo que Dios le legó al hombre pasó por las manos del diablo, debido a la desobediencia de Adán y Eva.