lunes, 12 de mayo de 2014

Tú puedes ser parte del equipo de Dios


Trabajo en Equipo para Dios
Si a veces has sentido ese llamado en tu corazón que te dice “Te necesito”, “Vamos, inscríbete”.. o simplemente, está en tu interior la certeza de que debes hacer algo especial para Dios...
... Es Dios, que te quiere para un proyecto, para un plan que especialmente, ha creado para ti.
De la misma manera como eres único(a), con una huella que sólo tú tienes entre todos los seres humanos del mundo, así mismo Él tiene un plan “único y especial para ti”.
Cuando nos unimos a Dios y sus planes tendremos:
• Paz
• Éxito
• Prosperidad
• Sentido de pertenencia a Él
• Amor
• Expresión de los dones espirituales.
Hoy es el día de tu llamado, es el día para que le digas a Dios: “Aquí estoy Señor, listo(a) y dispuesto(a) para ti, para contribuir en el fortalecimiento del Reino”.
Eres capaz. Dios te dará la sabiduría y te rodeará de las personas que necesitas para que lo que hagas para Él, lo hagas bien.
Acepta el llamado hoy, no esperes más.
Verás como tu vida cambia. Crecerás espiritualmente, tu fe se fortalecerá y verás como Dios se encarga de todos tus asuntos personales.




Dios siempre tiene el control

Debemos aceptar que lo que hace Dios no siempre parece tener sentido. Isaías enseña que sus caminos y sus pensamientos son más altos que los nuestros.
Reconozco que, muchas veces, no entiendo por qué pasan cosas malas. Aun así, creo que Dios tiene un propósito para todo lo que hace o permite. Mi fe se basa en la doctrina bíblica que dice que el Señor es soberano (Salmo 22.28). Él tiene el control absoluto de este universo, del clima natural y político de esta tierra, de mi vida y la de todos.
Pero cuando estamos en medio de una prueba, es difícil resistirse a clamar: “Señor, ¿por qué está sucediendo esto?” Algunas veces tenemos la respuesta, y otras veces no. De lo que sí podemos estar seguros es que nada sucede por casualidad o accidente. Él tiene un propósito, incluso para nuestras experiencias más dolorosas. Además, tenemos esta promesa del Señor: “A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” (Romanos 8.28).
Pero es muy difícil, por no decir imposible, ver cómo usará el Señor el mal o el daño para nuestro beneficio. Nuestra limitada perspectiva humana no nos permite captar su plan superior. Mas podemos estar seguros de la verdad de esa promesa bíblica, porque la buena obra del Padre celestial se hace visible en nuestros dolores, dificultades y deficiencias. 

Aceptar tu situación

“En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno le sería al hombre no tocar mujer; pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido” (1 Corintios 7:1-2).
Comentando este capítulo del apóstol Pablo, en sus 40 versículos el apóstol enseña nada menos que siete veces que, la soltería es preferible al matrimonio, si la persona puede aguantar soltera sin caer en la tentación de la fornicación. Mejor es casarse que caer en pecado. “Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios… Digo pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo; pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando” (v. 7-9). 

Pablo repite la enseñanza: “Tengo, pues, esto por bueno a causa de la necesidad que apremia; que hará bien el hombre en quedarse como está. ¿Estás ligado a mujer? No procures soltarte. ¿Estás libre de mujer? No procures casarte” (versos 26, 27). Aunque,: “Mas también si te casas, no pecas; y si la doncella se casa, no peca; pero los tales tendrán aflicción de la carne, y yo os la quisiera evitar” (v. 28). Esto es una razón para evitar los inevitables e inherentes problemas del matrimonio. Otro motivo es que el soltero, o la soltera, tienen más tiempo para dedicarse a las cosas del Señor, y el tiempo apremia: “Pero esto digo, hermanos: que el tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuviesen” (v. 29). Para el creyente, su primera prioridad es el Señor. Mejor no tener nada que estorbe su propósito de servirle: 
Quisiera, pues, que estuviese sin congoja. El soltero tiene cuidado de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor; pero el casado tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer” (v. 32,33). El soltero no tiene competición para su tiempo o para su devoción.

La Bailarina - Reflexiones

Una joven había tomado clases de ballet durante toda su infancia, y había llegado el momento en que se sentía lista para entregarse a la disciplina que, la ayudaría a convertir su afición en profesión.
Deseaba llegar a ser una bailarina importante y quería comprobar si poseía las dotes necesarias, de manera que cuando llegó a su ciudad una gran compañía de ballet, fue a los camerinos después de una función, y habló con el director.
Quisiera llegar a ser una gran bailarina, le dijo, pero no sé si tengo el talento necesario.
Hazme una demostración, le dijo el maestro.
Transcurridos apenas 5 minutos, la interrumpió, moviendo la cabeza en señal de desaprobación.
-No, no tiene usted condiciones.
La joven llegó a su casa con el corazón desgarrado, arrojó las zapatillas de baile en un armario y no volvió a calzárselas nunca más. Se casó, tuvo hijos y cuando se hicieron un poco mayores, tomó un empleo de cajera en un supermercado.
Años después asistió a una función de ballet, y a la salida se topó con el viejo director que ya era octogenario. Ella le recordó la charla que habían tenido años antes, le mostró fotografías de sus hijos y le comentó sobre su trabajo en el supermercado, y luego agregó: -Hay algo que nunca he terminado de entender. ¿Cómo pudo usted saber tan rápido que yo no tenía condiciones de bailarina?
-¡Ahhh!, casi no la miré cuando Ud. bailó delante de mí, y le dije lo que siempre le digo a todas, le contestó.
-¡Pero eso es imperdonable!, exclamó ella. Arruinó mi vida, mi ilusión, ¡pude haber llegado a ser primera bailarina!
- No lo creo, repuso el viejo maestro. Si hubieras tenido las dotes necesarias y la verdadera vocación de bailar, no habrías prestado ninguna atención a lo que yo dije.

Mal agradecidos

“Den siempre gracias por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a Dios, el Padre.”  
(Efesios 5:20)
Se dice que una vez, un líder espiritual que vivía en un pequeño pueblo pesquero, después de una terrible tormenta, colocó en una de las columnas de la iglesia, un cartel con los nombres de nueve pescadores, y sobre tales nombres, la frase: “Perdidos en el mar”.
mal agradecidosLa noticia cundió rápidamente por toda la ciudad, hasta el punto de que, uno tras otro, los  nueve hombres mencionados en el cartel, llegaron donde el líder a protestar, porque ellos, si bien es cierto que habían naufragado, también habían sido oportunamente rescatados. Por lo tanto, no se hallaban en calidad de  extraviados, como anunciaba el cartel.
Días después, en la reunión dominical, el referido líder espiritual se dirigió a los presentes, diciendo entre otras cosas, lo siguiente: “El otro día se me pidió que orara por once pescadores que habían naufragado. De esos once, sólo dos vinieron después, a solicitarme que le diera las gracias a Dios por haber permitido que fueran felizmente, rescatados. Por lo tanto, al haberse acercado sólo dos, supuse que los otros nueve pescadores, si no vinieron a pedirme agradecérselo, era porque se habían ahogado”.