jueves, 1 de octubre de 2015

Primeros pasos

El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Romanos 8.16.
El otro día, una amiga me detuvo para darme una noticia emocionante: pasó diez minutos contándome cómo había dado el primer paso su sobrino de un año. ¡Podía caminar! Después pensé en lo raro que le hubiese sonado eso a algún entrometido que estuviera escuchándonos. Es algo normal, ¿qué tiene de extraordinario?

Inline image 1Comprendí que la infancia tiene una especie de singularidad que desaparece después de cierta edad. Pensar en cómo vemos a los niños amplió mi perspectiva, en cuanto a que Dios eligiera la denominación de "hijos" para describir nuestra relación con Él. El Nuevo Testamento afirma que somos hijos de Dios, con todos los derechos y privilegios de los herederos legales (Romanos 8:16-17). Se nos dice que Jesús, el unigénito Hijo de Dios, vino para hacer posible que fuéramos adoptados como hijos e hijas en su familia.

Es de imaginar que Dios observa cada paso tembloroso con que avanzo en mi "caminar" espiritual, con el mismo entusiasmo que un padre terrenal mira a su hijo que da el primer paso.

Cuando los secretos del universo finalmente se revelen, quizá entendamos que Dios nos ha concedido estos momentos de singularidad, para que descubramos su amor infinito del cual nuestras experiencias solo nos ofrecen simples atisbos.
Padre, que mi andar te produzca deleite.
Hay alguien que te ama.


El poder de ver algo más

Cuanto más ves, más poder tienes. Cuando hablamos de la parábola de las ovejas, vemos que de cien ovejas se perdió una; no es tan grave, solo se perdió el 1%, pero esa oveja se perdió por torpe. 
¿Por qué el pastor salió a buscar el 1%? Porque tenía mente de dueño, no de inquilino.
Esta parábola nos enseña que tienes que tener mente de dueño con lo ajeno, con lo de los otros; así Dios te va a confiar tus propias riquezas.
El-poder-de-ver-algo-mas
El pastor se fue a buscar a la ovejita dejando a las demás. Es muy raro que el lobo ataque a una manada. Por eso nos conviene estar en un equipo; si cultivamos buenas relaciones tendremos mayor poder, el poder de estar con el otro, y así construir vínculos sanos que nos conectarán con las mejores oportunidades de nuestra vida.
El pastor salió a buscar a la oveja porque fue proyectivo, no era una persona inactiva. El inactivo hace lo justo, solo lo que se le pide. El proyectivo ve un poco más y Dios lo bendice. El pasivo o inactivo es como esa persona que está en el aeropuerto esperando a alguien solo con un cartel; otros, además del cartelito, tienen una foto; estos son proyectivos porque ven un poquito más. No hacen solo lo que se les pidió, sino un poco más.
Tengo que juntarme con gente que ve más que yo.
Hay que hacer crecer las áreas en las que somos buenos, no en las que somos "del montón". Dios no nos va a usar en esas áreas, y tenemos que pedirle a Dios a alguien que sea bueno en donde yo no lo soy. Gedeón era esforzado y valiente, y Dios lo potenció.
Tenemos que ir a buscar a alguien y traerlo a la intimidad con el Señor, salir de nuestro reino para buscar a alguien. No llevamos un concepto, no discutimos de religión con nadie, solo tenemos que llevarlo a Cristo, sacarlo de su reino de oscuridad y traerlo al reino de la luz. La persona te contará una necesidad, y ese es el momento para orar o llevarlo a la iglesia, primero te haces su amigo y luego lo ayudas.
Dios espera de nosotros una sola cosa: hacer discípulos, y Él estará con nosotros todos los días más cerca. Ese es el gesto amoroso de mí para con Dios y de Él para conmigo.

Actitud Que Sabe Esperar

 ACTITUD EXPECTANTE
La actitud es uno de los ingredientes más importantes al determinar el éxito o la falta de éste para toda la gente. La gente exitosa tiene una cosa en común: una actitud expectante de cara al éxito.
La mayoría de la gente comienza cada mañana totalmente estable y va reaccionando a los eventos del día. Podemos ser uno de los exitosos de la vida comenzando cada día con una actitud positiva, dando gratitud por las oportunidades que tenemos y esperando expectantes, lo mejor para nosotros.
Porque la gente tiende a vivir de acuerdo a sus expectativas. Es decir, obtendremos de la vida según lo que invirtamos en ella. El ambiente en que nos desarrollamos es un espejo de nuestro espíritu, de nuestra actitud y expectativas. Si mantenemos una gran actitud, obtendremos grandes resultados. Caso de tener una actitud mediocre, alcanzaremos resultados mediocres y de tener una pobre actitud, lograremos pobres resultados.
El mundo nos devolverá según lo que invirtamos, así que, invirtamos lo mejor. No estemos a la defensiva ni dudemos, ya que nada cambia a menos que nosotros lo hagamos. Antes de que podamos hacer algo, tenemos que ser algo. Y sepamos que somos valiosos; mostrémoselo al mundo.

Revisa Tu Buzón. Tienes Carta de un Amigo

¿Cómo estás?
Te escribo esta carta porque quiero decirte que te amo, y me gustaría que te acerques más a mí.
 
Por demás está que te pregunte cómo estás, porque estoy pendiente de ti cada minuto, y hasta ese último pensamiento que tantas veces te desvela... lo conozco. 
Te noto a veces muy distante de mí, tanto que he sentido miedo de perderte para siempre. De hecho, ayer te vi muy triste y quise arrancar de ti esa angustia. Te grité a los cuatro vientos, pero no me buscaste. Te seguí llamando para que me escucharas, pero no lo hiciste.
Quiero compartir tantas cosas contigo,... pero no me dejas. 
Te amo y trato siempre de decírtelo, si me lo permites. 
Confía en mí, habla conmigo, desahoga tus penas que yo tengo tiempo para ti. Cuéntamelo todo, llora si quieres, que yo soplaré tus lágrimas y acariciaré tu rostro.
Llámame a cualquier hora del día y de la noche, que yo nunca duermo y siempre te responderé. No hagas largo el camino que te acerca a mí. 
                                                      Tu amigo, Jesús.




Corazón Valeroso

Se cuenta la historia de un hermano, miembro de la Iglesia, que falleció después de una larga vida de amor y servicio.
En el funeral, sus hijos se levantaron uno por uno a contar historias referentes a su padre, y pronto pudo observarse una característica común: que su más singular y extraordinaria cualidad fue su voluntad para servir a otros, sin importar cuál fuera la necesidad.
Era uno de esos hombres siempre dispuestos a tender una mano, a hacer un favor, algún trabajo en particular, o simplemente ofrecer un transporte a alguien. Una de sus hijas mencionó que a dondequiera que se dirigía, llevaba consigo una caja de herramientas y un par de vestimentas de mecánico en el maletero del coche, “por si acaso alguien necesitaba alguna reparación”.
Muchas veces, cuando escuchamos la palabra “coraje”, pensamos en actos heroicos en períodos de crisis. No obstante, en nuestra vida cotidiana no debemos pasar por alto la gallardía de simplemente... estar ahí. Las vidas cambian cuando, con fidelidad, proveemos para nuestras familias, cuando cuidamos de los ancianos, o prestamos atención a un amigo en dificultad. Persistir en hacer de este mundo un lugar mejor para vivir es definitivamente, una expresión de coraje.