viernes, 3 de mayo de 2013

¿Qué dice la Biblia acerca del matrimonio interracial? - Preguntas y respuestas bíblicas - Vídeo

Respuesta: La ley del Antiguo Testamento ordenaba a los israelitas no comprometerse en un matrimonio interracial (Deuteronomio 7:3-4). La razón era que los israelitas serían desviados de Dios si se casaban con adoradores de ídolos, paganos, o bárbaros. Un principio similar se expone en el Nuevo Testamento, pero a un nivel muy diferente. “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? (2ª Corintios 6:14). Es justo como a los Israelitas (creyentes en el único Dios verdadero), que se les ordenó que no se casaran con incrédulos. La respuesta a esta pregunta, específicamente es no, la Biblia no dice que el matrimonio interracial esté mal.

Una persona debería ser juzgada por su naturaleza, no por su color de piel. Todos deberíamos ser cuidadosos de no mostrar favoritismos, tampoco ser prejuiciosos o racistas con otros (Santiago 2:1-10, especialmente los versículos 1 y 9). El estándar de un hombre o una mujer cristianos para seleccionar un compañero, siempre debería tener en cuenta si la persona en la que están interesados es cristiana (2ª Corintios 6:14), alguien nacida de nuevo por la fe en Jesucristo (Juan 3:3-5). El estándar bíblico para escoger un cónyuge es la fe en Cristo, no el color de la piel. El matrimonio interracial no es cuestión de decir que esto es correcto o erróneo, sino que es un asunto de sabiduría, discernimiento y oración.

La única razón por la que el matrimonio interracial debería ser considerado detenidamente, es por las dificultades que podría experimentar una pareja de razas diferentes, a causa del grado de aceptación de parte de los que les rodean. Muchas parejas interraciales experimentan discriminación y burla, incluso a veces de sus propias familias. Algunas parejas interraciales experimentan dificultades, cuando sus hijos tienen tonos de piel diferentes al de los padres y/o hermanos. Una pareja interracial necesita tomar en consideración estas cosas y estar preparada, antes de tomar la decisión de casarse. Nuevamente, la única restricción bíblica puesta sobre un cristiano con respecto al matrimonio, es si la otra persona es un miembro del Cuerpo de Cristo.

La manera en que Dios califica las pruebas - Devocional, Reflexión

Recuerdo que cuando estaba en la universidad, un profesor en una ocasión nos cogió por sorpresa y nos dijo que nos haría un examen. Inmediatamente, todo el grupo empezó a reclamar el por qué no nos había informado con anticipación, y entonces el profesor nos respondió: “ustedes tienen que estar preparados para el día de la prueba, y si son buenos estudiantes no tendrán por qué asustarse; si no, significa que no se han preparado lo suficiente para formar parte de esta universidad”. En ese momento, muchos de los estudiantes empezaron a manifestar su disconformidad y a expresar lo injusto que estaba siendo el profesor, al realizar el examen sin previo aviso.
Lo particular de esta experiencia es que en ocasiones, el Señor también nos coge a nosotros por sorpresa, no con la intención de hacernos perder la prueba; más bien sus pruebas nos cogen por sorpresa, porque cuando llegan no estamos lo suficientemente preparados para afrontarlas; quizá por eso, en algunas de esas ocasiones sentimos que nuestras fuerzas se derrumban, que por más que oramos y le buscamos nos sentimos incapaces de continuar peleando la batalla, que por más que le anhelamos no sentimos su Presencia cerca de nosotros, y hasta se nos llega a pasar por la mente que Él nos ha olvidado y entonces, empezamos a juzgarle como esos estudiantes al profesor.
Desde que decidimos ser parte de la universidad de Dios; es decir, de aprender a vivir con Él, asumimos el compromiso de vivir en constante preparación a través de su palabra, de su verdad; entonces, si realmente lo hacemos así, ¿por qué pensar que no vamos a ser capaces de pasar la prueba?, ¿por qué se nos olvidan sus promesas en los tiempos difíciles? No importa sentirnos débiles, no importa sentir que se nos acaban las fuerzas, no somos perfectos y además no es pecado expresar nuestras debilidades, especialmente en aquellos momentos en los que pensamos que todas las puertas están cerradas.

No puedes ser ganador pensando como fracasado - Ánimo en mensaje - Vídeo

pensando
No hay peor fracaso que el que se sufre teniendo todo para ganar; nuestros pensamientos nos traicionan y muestran perspectivas muy diferentes de la realidad. 

Dios ha establecido para nuestra vida propósitos de bien, pero a veces las situaciones nos hacen olvidarlos, creemos más en lo que vemos que en lo que vamos a recibir y eso nos hace rendirnos antes de tiempo.
Muchos hemos caído en esto sin darnos cuenta de que “somos ganadores", pero que las situaciones nos hacen sentir que ya lo hemos perdido todo. Como si tuviéramos en nuestras manos un cheque de una gran cantidad en metálico, para simplemente cambiarlo en el banco, y estamos sufriendo por no tener dinero, algo parecido es el sufrir como un perdedor, cuando en realidad tendríamos que estar disfrutando de las bendiciones de Dios para nosotros.

Los pensamientos de fracaso te llevan ahí directamente: al fracaso; te roban la motivación, las ganas, la disposición y la fuerza. Una persona negativa no puede llegar muy lejos, porque su mente siempre le limita a no creer más allá de su situación difícil, puede tener todo para ganar, pero si no lo cree, le es imposible darse cuenta.

No te creas tan importante - Devocional

creerse importanteAún no dejamos de sorprendernos por la misericordia tan grande que ha tenido Dios con todos nosotros, los que una vez fuimos alcanzados por su gracia. 
Es increíble que después de ser tan pecadores e indignos, Él tuviera la misericordia y generosidad de dar a su Hijo, puro, santo, divino, para que muriera por nosotros en una cruz, para que fuera descargada en Él toda la ira de Dios, una ira que no merecía y que nosotros sí merecíamos. Cuán precioso fue este sacrificio y todavía más extraordinario, el momento aquel cuando Él resucitó.
Este gran sacrificio acarrea una sabiduría misteriosa, profunda y divina; una sabiduría que desde el punto de vista humano y natural, es imposible comprender. Como prueba de ello, puedes preguntarle a cualquier persona que, con toda seguridad, sabe de la muerte de Jesús en la cruz, de su resurrección, pero en realidad no saben y no entienden, o peor aún, no les interesa entender, lo que significó su entrega. 
Lo triste, es que no le damos a Dios la importancia que se merece; muchas veces nos creemos más importantes que Él, y le vemos sólo como nuestro “banco de bendiciones”, asumiendo que nosotros somos sus clientes preferenciales. Se nos olvida cuál es el principal propósito por el que existimos, por el cual nos creó, que no es otro que rendirle adoración. Se nos olvida que fuimos creados para Él, que fuimos creados para amarle y para servirle.

El camino es angosto pero real - Devocional - Vídeo

“Pero estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la vida, y son pocos los que la encuentran.”
Mateo 7:14 (Nueva Versión Internacional).
La vida que ofrece el Espíritu de DIOS es incomparable. Es el desprendimiento total de la muerte/pecado que hubo en la vida del creyente. Es una dádiva que está disponible para todos, no obstante no todos la reciben. Cuando se recibe dicha vida, eres estimulado por el Señor a Su creación. Comienzas a ver lo propio o intrínseco de cada persona, planta y animal. Eres consciente de todo lo que revela la creación de DIOS día a día. Se recibe la plenitud de Jesús, y se es saciado al hacer la voluntad del Padre. Esa vida es invaluable y nada en la tierra se le asemeja. Son ríos de agua viva fluyendo dentro del creyente, a pesar de lo que esté ocurriendo a su alrededor.
Pero el camino para recibir esa vida es angosto. Se debe avanzar firmemente convencido del desprendimiento de la carne, se debe avanzar a pesar de la influencia del enemigo y de sus tentaciones (Santiago 1:12), a pesar de cualquier sentimiento de culpa y del peligro de cualquier pecado que ate las alas del creyente. No obstante, dentro de aquel que ha recibido a Jesús como su Salvador, existe poder de sobra para conseguirlo.
La vida en abundancia en el alma es real, pero está velada por la duda y el miedo; mas al avanzar al lado de Jesús, Su presencia las disipa como el humo. Cuando un creyente decide, de todo corazón, andar por el camino angosto que lleva a la vida, el enemigo y las tinieblas tratarán con sus insignificantes fuerzas y mentiras de detenerle. Pero si el creyente levanta su escudo de la fe y decreta sobre sí mismo, que la sangre de Cristo ya le ha hecho verdaderamente libre y merecedor de la vida, así le será hecho.