miércoles, 3 de mayo de 2017

La Necesidad de los ciegos

Juan 9.30. Respondió el hombre, y les dijo: Pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sepáis de donde sea, ¡y a mí me abrió los ojos!
Resultado de imagen de La Necesidad de los ciegosEn el capítulo 9 del libro de Juan se narra la historia de un hombre que había nacido ciego, por lo cual los discípulos le cuestionaban al maestro acerca de su ceguera; al Señor, en su misericordia, le nació el deseo de devolverle la vista para glorificar al Padre, para que todos vieran que el poder de Dios es inmenso, y que Él en su infinita soberanía puede hacer un milagro a quien le plazca. 
La ceguera es un impedimento físico que tiene una enorme relevancia en el hombre, ya que no le permite disfrutar plenamente, todas las bellezas naturales que nuestro Señor creó para deleite de la humanidad. Una persona que sufre esta desgracia lleva una vida limitada (aunque en algunos casos no es así), ya que en su alma hay un anhelo ferviente de disfrutar en toda su magnitud el placer de conocer todo lo que lo rodea, de llenarse los ojos con la luz del sol, el color del cielo o de las flores, etc. Sin embargo, hay una ceguera aún más terrible que en el hombre puede provocar un daño aún mayor que la física, la ceguera espiritual; tú, al igual que yo y muchos más vivíamos ciegos completamente, vivíamos en penumbras, teníamos un velo que impedía ver la realidad de lo que estábamos viviendo, de la vida que llevábamos, o bien, que estás llevando actualmente, ya que no permites que la luz del entendimiento y la razón penetre en tu ser, y mucho menos que la luz de la sabiduría que proviene de Dios se albergue en tu corazón. Cuando en el hombre existe la cerrazón es imposible que entienda que todo lo que está haciendo lo esta haciendo mal, lo que es debido a que no permite que alguien que ya pasó por ese camino le haga ver su error. Es lo mismo que un niño cuando está empeñado en hacer algo, y el padre le indica que no lo haga porque le puede pasar algo, sin embargo quiere experimentar por cuenta propia a pesar de los resultados.
Una persona que al igual que el ciego ha abierto los ojos, los ojos del espíritu, empieza a ver con claridad todo lo que estaba mal en su vida , lo que provoca que le dé un giro a la misma, recapitulando e iniciando una nueva forma de vivir. Por eso el ciego de la historia exclamó con gran gozo: antes yo llevaba una vida vacía, sin esperanzas, sin ilusiones, por que vivía una vida en total oscuridad, vivía como un mendigo de las limosnas que el mundo por compasión me daba, causaba lástima y repulsión a los hombres…pero llego el día en que vino a mí un regalo de Dios a través de Jesús y me abrió los ojos, y hoy puedo ver la claridad; todo para mí es nuevo y la vida me resulta interesante y bella porque el Señor me dio la oportunidad de vivirla plenamente, y no depender de nadie mas que del Señor, Él  vio en mi corazón el anhelo que había en mí.

Amado para siempre

Sabed, pues, que Jehová ha escogido al piadoso para sí; Jehová oirá cuando yo a él clame. Salmo 4;3
Es muy difícil que haya un solo día sin que alguien nos desprecie, nos ignore o nos denigre de alguna manera. Y a veces, el daño es incluso auto-infligido.
Resultado de imagen de Amado para siempreLos enemigos de David respiraban amenazas contra él, lo intimidaban y lo golpeaban con insultos. Sus sentidos de valía, bienestar y autoestima se habían desplomado (Salmo 4:1-2), y pedía alivio de su angustia.
Entonces, David recordó: «Sabed, pues, que el Señor ha escogido al piadoso para sí» (verso 3). Distintas versiones intentan captar el significado de la audaz afirmación de David, y traducen «piadoso» como «al que le es fiel». La palabra hebrea aquí es jasíd, que se refiere al pacto de amor de Dios, y podría traducirse: «aquellos a quienes Dios amará siempre y por siempre».
Esto es lo que nosotros también debemos recordar: Dios nos ama siempre, nos apartó de una manera especial y nos ama como a su propio Hijo. Nos ha llamado a ser sus hijos toda la eternidad.
En lugar de desesperar, podemos recordar el amor que nos prodiga nuestro Padre; somos sus hijos amados. Al final, no habrá desesperación, sino paz y gozo (versos 7-8). Él nunca nos abandona ni deja de amarnos.

Padre celestial, las palabras de los demás pueden herirnos profundamente. Pedro tus palabras nos sanan y consuelan, y nos aseguran que nos amas para siempre.
«La verdadera medida del amor de Dios es que nos ama sin medida». 

¿Qué significa que la Biblia es inspirada?"

Cuando la gente dice que la Biblia fue inspirada, se están refiriendo al hecho de que Dios influyó divinamente en los autores humanos de las Escrituras, de tal manera que lo que ellos escribieron fue la misma Palabra de Dios. En el contexto de las Escrituras, la palabra inspiración significa sencillamente “exhalada por Dios.” La inspiración nos comunica el hecho de que la Biblia es realmente la Palabra de Dios, y hace que la Biblia sea única entre todos los demás libros.

Entre tanto que hay diferentes opiniones acerca de hasta qué punto la Biblia es inspirada, no cabe duda que la Biblia por sí misma clama que cada palabra, cada parte de la Biblia, fue inspirada por Dios. (1 Corintios 2:12,13; 2 Timoteo 3:16,17) Esta visión de las Escrituras es frecuentemente conocida como inspiración “verbal plenaria”, lo que significa que la inspiración se extiende a cada una de las palabras (inspiración verbal), no solo a los conceptos o ideas; y que la inspiración se extiende a todas las partes de la Escritura y a todos los temas tratados en la Escritura (inspiración plenaria). 

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Hay algunas personas que creen que solo partes de la Biblia son inspiradas, que solo los pensamientos o conceptos que tratan sobre la religión son inspirados. Pero estas opiniones sobre la inspiración quedan anuladas ante lo que la Biblia demuestra por sí misma. Toda la inspiración verbal plenaria es una característica esencial de la Palabra de Dios.

Lo extenso de su inspiración puede verse claramente en 2 Timoteo 3:16-17 - “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” Estos versos nos dicen que Dios inspiró toda la Escritura y que es provechosa para nosotros. No solamente está inspirada en las partes de la Biblia que tratan de las doctrinas religiosas, sino en cada una y en todas sus partes; desde Génesis hasta Apocalipsis es la Palabra de Dios misma. Puesto que están inspiradas por Dios, las Escrituras tienen por lo tanto, la autoridad cuando se trata del establecimiento de la doctrina, y son suficientes para enseñar al hombre cómo guardar una correcta relación con Dios, “instruidos en justicia”. La Biblia declara que no solo está inspirada por Dios, sino que también tiene la habilidad de cambiarnos y prepararnos “enteramente”, al ser equipados para toda buena obra.