sábado, 31 de enero de 2015

Es maravilloso saber que estamos aquí para amar a Dios por encima de todo

¿Cuál es el punto?
Esa pregunta me vino a la mente mientras observaba al perro de mi nieto buscar y traerme la pelota una y otra vez.
¿Cuál es el punto?
Eso es lo que el autor de Eclesiastés preguntó mientras pensaba en el monótono ciclo que observaba en la naturaleza y en la vida: las mismas cosas sucediendo año tras año, generación tras generación.
¿Cuál es el punto?
Eso es lo que un hombre de negocios jubilado preguntaba, cuando me dijo que prefería morir que vivir más tiempo. Había visto y hecho todo lo que había querido. Y había llegado a un momento en que la vida le daba más dolor que placer.
¿Cuál es el punto?
He aquí el punto. Unos cuantos años antes de que muriera, un amigo mío dijo: "La vida es una experiencia maravillosa. Es magnífico ver que Dios mantiene la naturaleza funcionando en su patrón".

Es maravilloso saber que estamos aquí para amar a Dios por encima de todas las cosas y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Es consolador creer que todos nuestros pecados están perdonados por lo que Cristo hizo en la cruz. Y es emocionante pensar en la eternidad que Dios tiene para nosotros. Ciertamente, es fantástico saber que estás vivo.
La vida puede ser deprimente cuando se deja a Dios afuera. pero ¡qué emocionante es cuando Él está en el centro de la misma!

La religión ha cambiado el concepto de Jesús

La religión ha cambiado el concepto de Jesús. Y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Mateo 1: 21
JESÚS para muchos es un nombre más. Para otros es un profeta. Y para ti, ¿quién es? Necesitamos tener bien claro que Jesús es el Hijo de Dios, el cual se entregó en la cruz para redimirnos del pecado. Necesitamos estar seguros del poder que hay en Su Nombre, el cual es sobre todo nombre. Él venció a las potestades, los gobernadores, los principados y las huestes de maldad de las regiones celestes. Por eso, cuando decimos “JESÚS” con convicción, sabemos que tenemos un respaldo en el mundo espiritual.

Primer mandamiento de Dios

La Biblia nos dice que el primer mandamiento de la ley de Dios es “Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”, base de toda la ley de Dios. Mateo 22. 37-40. La sencillez de este mandato es lo que hace tan difícil su cumplimiento.
Pero ante todo, debemos tener en cuenta que “la palabra de Dios es agradable y perfecta Romanos 12.2.”, y que “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia”. 2ª Timoteo 3.16. No es de difícil cumplimiento si estamos en Dios, pero se hace necesario resaltar que está dictada para que su cumplimiento nos beneficie, para que obre bien en nosotros, nunca mal.
Profundizando en este conocimiento vemos un demostrativo. Habitualmente escuchamos, y al menos, está escrito en el refranero español y en otros, por supuesto, que “para querer a los demás primero hay que quererse a sí mismo”. Y yo personalmente, añado “para quererse a sí mismo primero hay que querer a los demás”. Quiero explicar cómo, a mi entender, se produce esto último.
Debemos considerar que nunca podremos dar amor a los demás, si no tenemos implementado en nuestro corazón este sentimiento. Si no sabemos lo que es el amor nunca podremos amar a la gente. En este sentido es obvia la primera parte de este proceso: “para querer a los demás primero hay que quererse a sí mismo”.
Cuando alcanzamos este grado de madurez, cuando tenemos implantado en nosotros el conocimiento de amar, es cuando podremos dar amor a los demás. Y es en este momento cuando se produce la situación a la inversa: “para quererse a sí mismo, antes hay que querer a los demás”. Hay muchos ejemplos de esto pero solo voy a reflejar uno: supongamos que estoy a la puerta de un colegio de niños con una bolsa de caramelos. Y a medida que van saliendo los niños les voy dando a cada uno, un dulce caramelo. Por supuesto que ellos se pondrán contentos, sus caras serán reflejo de su felicidad, pero en mí el gozo será aún mayor, ¿verdad? Ahora se hace evidente la segunda parte del proceso, y no olvidemos nunca que es mejor dar que recibir.

En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir. Hechos 20.35.

M.G.L.

¿Te atreverás a salir del armario?

“Porque yo soy el Señor tu Dios, que sostiene tu diestra, y que te dice: `No temas, yo te ayudaré”. (Isaías 41:13)
De un tiempo a esta parte, ha cobrado fuerza la expresión “salir del armario”, aplicada básicamente a quienes han decidido saltar a la luz pública para anunciar su tendencia sexual diferente a la que representan. Como no podía ser de otra manera, la prensa sensacionalista recoge con todo lujo de detalles, los testimonios de personajes famosos (artistas, escritores, deportistas , etc.) que han decidido revelar públicamente, todo aquello que hasta hace poco mantuvieron en secreto “dentro del armario”: homosexualidad, fobias, incesto, consumo de sustancias narcóticas…etc. Los medios especializados en estos temas, pagan lo que sea para obtener la primicia sobre historias de esta naturaleza.
Intentando hacer un paralelismo con la vida cristiana, existen muchísimos creyentes que, pese a su íntimo amor por el Señor, aún no se atreven a declararlo en público; no se animan a “salir del armario” y mostrar su fe al mundo. Por lo general, se suele tratar de cristianos con gran devoción pero solo en el interior de sus congregaciones, entre sus pastores, entre sus guías, entre otros cristianos. ¡Un auténtico fiasco, vaya!
Personalmente, me ocurría algo similar recién aceptado al Señor, ya que asistía a la iglesia con gran interés; mostraba afán por Dios, por Su palabra, por trabajar en Su obra. Pero, cuando estaba en casa, en la calle, en la plaza, con familiares, vecinos, amigos, o colegas de oficio, me avergonzaba hablar de Dios; me avergonzaba al contar mi testimonio. Creía que iba a percibir sentimientos de pena, rechazo, burla y hasta enojo por parte de ellos hacia mí. En el fondo tenía temor a que me excluyeran, a perderlos como  “amigos” … Claro, aún no estaba preparado para afrontarlo.
¿Es cierto que te has hecho hermanito?... ¿Es cierto que estás asistiendo a una iglesia?… ¿Es cierto que ya no podremos contar contigo para las juergas?… me increpaban algunos mientras sentía que se me “hundía el suelo”. Entonces buscaba argumentos para darles una respuesta que les satisfaciera, pero que no me comprometieran. Y a la vez que escondía de sus ojos mi Biblia, desviaba la charla a cualquier otro asunto, como:  “¿ustedes creen que Maradona llegó a ser mejor que Pelé, o viceversa?

La Gratitud es una Fuerza

Mostrar gratitud es una buen método en la teoría y en la práctica. Decir “gracias” después de que alguien nos haya servido debería ser tan natural como respirar, tan normal como la propina que le dejamos a la camarera en un restaurante; es lo correcto. Cuando un niño ofrece un “gracias” oportuno a un adulto, sorprende a todos. No importando lo joven que se sea, el gesto cortés trasciende la edad y sabiduría, y con ella se gana el respeto de sus mayores; por un momento el niño es su igual. Resulta un pensamiento sorprendente el darnos cuenta que este respeto viene como respuesta a una simple palabra, “gracias”.
Una actitud de gratitud, dando agradecimiento, trasciende a la cortesía; es más que una gentileza. La gratitud libera energía, poder y hasta una cierta autoridad, la cual nos posiciona en un mejor lugar del que estábamos antes de brindarla. Como sugiere el título del pensamiento, la gratitud es una fuerza.
Las palabras gracias y agradecimiento se usan 120 veces en la Biblia. Además, es el hilo conductor que leemos en los Salmos. “Te daré gracias en la congregación; entremos por Sus puertas con acción de gracias al Señor”. Al establecer el gobierno de Israel, el Rey David designó a ciertos hombres, mañana y tarde, para “darle gracias al Señor”.
Este principio era tan importante, que David empleó gente para cantar su gratitud a Dios todo el día. El legendario rey no estaba siendo solo cortés; su actitud de agradecimiento estaba enraizada en su alma, David era un hombre agradecido. No es coincidencia que el dulce cantor de Israel fuese también un estratega militar exitoso… David estaba agradecido.
Y un corazón agradecido se torna poderoso cuando damos gracias. Este acto sagrado se torna especialmente potente, cuando lo ofrecemos en medio de las circunstancias adversas de la vida. Es más, la acción de gracias encarna una ley espiritual que Dios estableció ya desde la creación. Tan cierto como que la ley de la gravedad nos atrae hacia el suelo, la ley del agradecimiento atrae mejores situaciones a nuestra vida cuando damos gracias por nuestras bendiciones presentes.
De hecho, la bendición de Dios descansa sobre aquellos que viven con una actitud de agradecimiento. La Biblia narra cómo diez leprosos vinieron a Jesús pidiendo misericordia.  La Escritura dice que “fueron limpiados” de su enfermedad. Los diez emprendieron su camino pero solo uno regresó para decir “gracias”. A este, el Señor le dijo: “Tu fe te ha salvado”.  No sabemos con seguridad, la diferencia entre “limpiado” y “salvado”, pero seguramente la “salvación” es mejor. Un sencillo “gracias” abrió el camino para una mayor bendición. La gente agradecida obtiene favor; esto es la ley del agradecimiento.

viernes, 30 de enero de 2015

La mirada de Dios

(Adán respondió a Dios:) Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Génesis 3:10.
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.1 Juan 1:9.

"El ojo estaba en la tumba y miraba a Caín." Con este verso termina un célebre poema de Víctor Hugo, el cual traduce el agudo sentimiento de culpabilidad llegado el caso, del que ninguno de nosotros puede escapar. Lo queramos reconocer o no, somos culpables ante Dios. Nos hemos sublevado contra su amor y su autoridad. Nuestra conciencia nos lo confirma.
Pero en el Salmo 130:4 el salmista se dirige a Dios, diciendo: “En ti hay perdón”. Él puede otorgárnoslo, porque Jesús soportó en la cruz el juicio que merecíamos a causa de nuestros pecados. Murió en nuestro lugar para que fuésemos perdonados y hechos justos. Para aquel que cree, el sentimiento de culpabilidad desaparece. Este alivio del peso de los pecados no se gana, sino que se recibe como un don de Dios por medio de la fe.
Cristianos, la muerte de Cristo nos libera y nos purifica de todas nuestras faltas, de las cometidas antes y después de nuestra conversión. No nos dejemos agobiar por pecados que ya hemos confesado a Dios. Por supuesto que debemos procurar reparar el daño hecho, pero no olvidemos que nuestra relación con Dios fue establecida una vez y para siempre, por medio de la muerte de Jesucristo.
Podemos llegar a perder el gozo de esta relación, es decir, la comunión con Él. Pero la volveremos a recuperar, si con humildad confesamos ante Dios la falta que nos hizo perder esa comunión.

Momentos con Dios

“Envía tu luz y tu verdad; estás me guiarán; me conducirán a tu santo monte, y a tus moradas. Entraré al altar de Dios, al Dios de mi alegría y de mi gozo; y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío”.
(Salmos 43:3-4)
¡Amo el libro de los Salmos! Quedo cautivado, extasiado y sin palabras, cuando me adentro en esas hermosas composiciones que escribieron diferentes salmistas, aunque entre ellos, el más destacado es David. Me gusta percibir, a través de esos versos, de los clamores, plegarias y cánticos, la confianza que ellos tenían en la fidelidad y el amor de Dios. La sencillez y transparencia de sus almas sabían reconocer cuándo necesitaban de la misericordia y el perdón de Dios, y también cuándo era el momento indicado para alabarle, invocarle y decirle cosas hermosas al oído de Dios.
Tú y yo debemos procurar a diario entrar al monte, al altar de Dios. Y el altar mayor está en nuestro corazón y lo abrimos, cuando en oración nos postramos y adoramos a ese Ser que nos dio la vida y que continuamente, hace maravillas y cosas increíbles en nosotros; cuando le cantamos, cuando pedimos su dirección y guía para las cosas que vamos a hacer, cuando le consultamos sobre nuestras más anheladas aspiraciones. Y Él nos envía su luz, su sabiduría, y nos hace conocer las cosas que tiene para nosotros. Él nos hace entender siempre que sus caminos y pensamientos nos llevarán más lejos de lo que imaginábamos.

Vuelve a casa

Desaprovechamos las bendiciones que Dios nos ha dado para ser sus hijos, a cambio de diversión. Gracias a Dios, Él nos ama incondicionalmente y siempre está esperándonos.
Vuelve a casa para que Dios sane sus heridas. Él te espera con los brazos abiertos.

Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.
Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y no soy digno de ser llamado tu hijo.
Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.
Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y ha sido hallado. Y comenzó a celebrar.
Lucas 15: 20-24

¿El alma humana es mortal o inmortal?

No hay duda de que el alma humana es inmortal. Esto está claramente apreciado en muchas Escrituras, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento: Salmos 22:26 Salmos 49:7-9; Eclesiastés 12:7; Daniel 12:2-3; Mateo 25:46; 1 Corintios 15:12-19. Daniel 12:2 dice que “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.” De forma similar, Jesús mismo dijo que los impíos “…irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna” (Mateo 25:46). Con la misma palabra griega usada para referirse tanto al “castigo” como a la “vida,” está claro que ambos, los impíos y los justos tienen un alma inmortal/eterna.
La clara enseñanza de la Biblia es que toda la gente, se salven o se pierdan, pasarán la eternidad en el cielo o en el infierno. La verdadera vida o la vida espiritual no cesa cuando nuestros cuerpos físicos terminan con la muerte. Nuestras almas vivirán para siempre, sea en la presencia de Dios en el cielo si es que somos salvos, o en el castigo del infierno si rechazamos el regalo de Dios de la salvación. De hecho, la promesa de la Biblia no es que solo nuestras almas vivirán para siempre, sino que también nuestros cuerpos serán resucitados. Esta esperanza de resurrección corpórea, está en el corazón mismo de la fe cristiana. (1 Corintios 15:12-19).
Mientras que nuestras almas son inmortales, es importante recordar que no somos eternos como lo es Dios. Dios es el único ser verdaderamente eterno, porque solamente Él no tuvo ni principio ni tendrá fin. Dios siempre ha existido y siempre continuará existiendo. Todas las demás criaturas conscientes, humanas o angélicas, son finitas porque tuvieron un principio; mientras, nuestras almas vivirán para siempre una vez que comenzaron a existir. Nuestras almas son inmortales porque es como Dios las creó, pero ellas sí tuvieron un principio; hubo un tiempo en el que no existían.

La Carrera - Reflexiones

En una ocasión, en la carrera de los 100 metros con obstáculos de las olimpiadas de 1980, salieron los 8 competidores.
El número 5 tiró el primer obstáculo, luego el segundo y el tercero; su desesperación fue tanta que no pudo saltar completamente el cuarto y tropezó con el, cayendo pesadamente. Desde el suelo vio a los demás alejarse, sin embargo se puso en pie y continuó la carrera; se dio cuenta de que su rodilla sangraba y que su pierna no tenía la fuerza necesaria por el golpe, pero aún así continuó, tropezando mas adelante con otro obstáculo y cayendo nuevamente.
En ese punto, los otros competidores ya habían pasado la meta, y los que estaban alrededor de la pista le decían que abandonara pues estaba sangrando, y que de todas formas, ya no iba a ganar la carrera. Pero este atleta no les hizo caso, se levantó y siguió adelante; su objetivo era llegar a la meta, y lo iba a lograr parara lo que pasara. La gente en las gradas estaba atónita al ver la perseverancia de aquel hombre.
Finalmente llegó a la meta. En ese momento todo el estadio olímpico se puso de pie, y estalló en una ovación al hombre que había demostrado qué era lo más importante en una carrera: ¡Perseverar hasta el final sin importar los tropiezos!

jueves, 29 de enero de 2015

Nacer de Nuevo

Jesús dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios…no puede entrar en el reino de Dios. Juan 3:3-5.
En el texto bíblico del encabezamiento tenemos una sorprendente declaración de Jesús. Sin embargo, si decimos que somos cristianos, debemos aceptar su enseñanza.
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No puedo ver el reino de Dios ni entrar en él sin haber nacido de nuevo. Esta verdad capital no siempre es comprendida, incluso por algunos que frecuentan los servicios religiosos y honestamente, desean conocer de Dios. Primeramente, debemos comprender y admitir que la naturaleza humana es considerada por Dios, como condenada debido al mal que está en ella. Por lo tanto, no hay nada en ella que pueda satisfacer a Dios. Se pueden realizar muchas prácticas llamadas "cristianas" sin satisfacer jamás, las exigencias de Dios ni obtener la salvación. Uno puede asistir regularmente a las reuniones cristianas, conocer la Biblia, ser amable con el prójimo, y sin embargo, no ser salvo y no entrar en el reino de Dios. Aunque esto pueda sorprender a algunos, no existe ninguna posibilidad de convertirse en cristiano excepto por medio de la intervención de Dios.
Pero si reconozco mi falta de verdadera relación con Dios y mi incapacidad para obtenerla, una sola mirada de fe hacia Él, hacia la salvación que ofrece en Jesús, será suficiente para implantar en mí esta nueva vida por medio del poder de su Espíritu. Dios ofrece su gracia en virtud de la obra de Jesús en la cruz. El deber del hombre es simplemente aceptarlo, decir a Dios: "Creo en tu Hijo quien murió por mí, único medio para ser salvo".

El Amor Es Verbo, No Sustantivo

¡El Amor es activo, no un concepto emocional!
La mayoría de personas en el mundo entienden que el amor es un concepto emotivo que produce cosquillas en el estomago y una fuerte atracción hacia otra persona. También lo confunden con la pasión, emoción que mueve fuertemente la voluntad de las personas por encima de sus compromisos y deberes.
La pasión es una emoción tan fuerte que puede hacer perder la razón a muchas personas. Pero la pasión no es amor.
 
La mayoría de personas en el mundo ven el amor como un sentimiento o una emoción, y por esta razón no logran disfrutar de lo que es el verdadero amor. Y como lo consideran un sentimiento o una emoción, cuando este sentimiento ya no esté, pues simplemente se acabó el amor y es tiempo de buscar uno nuevo!
Pero el verdadero amor es acción. La Biblia dice acerca del verdadero amor:
 I Corintios 13: 4-7: El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no se envanece,  no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, sino que se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
Aquí podemos ver claramente, que lo que la Biblia enseña del verdadero amor no son sentimientos, sino decisiones. Amar es acción o acciones en favor de una persona. Amar es estar dispuesto a sufrir por el bienestar de otra persona. Amar es pensar siempre lo bueno de otras personas, amar es servir, atender, apoyar, acompañar, dar a otras personas. En el matrimonio, amar es procurar, con acciones, el bienestar de tu cónyuge permanentemente.

Jesús es el único camino

Yo soy el camino, la verdad y la vida, le contestó Jesús. Nadie llega al Padre sino por mí.
Juan 14:6 (Nueva Versión Internacional)
Hubo una vez en mi vida, un tiempo en el que estaba perdido, tan perdido que la salvación no era una opción que contemplaba para mí. Caí en el abismo debido a la desordenada vida que había vivido. La opresión de las tinieblas me hacía creer que no existía salida. Había desperdiciado mi vida, y el pecado solamente estaba cobrando su factura. El rey alcohol había tomado todo, había reinado durante siglos en mi familia. Devastó a toda la familia, cada mente, cada voluntad, y ahora estaba tomando mi vida.
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Durante el día, miles de pensamientos demenciales me alteraban en ansiedad, y por las noches el terror atormentaba mi cansada alma. Descubrí que no es necesario esperar a después de la muerte para experimentar el infierno. Estuve 8 meses en tinieblas y tormento cada día, y en ocasiones, el enemigo se aparecía en mis sueños y me decía, ¡no hay salida!
Todos los días rogaba al cielo que escuchara mis oraciones y me sacara de las tinieblas, pero no podía ver ni un rayo de luz. Solía decir, ¡si hay alguien allí arriba, por favor, detén mi sufrimiento y quítame la vida!
Fue entonces cuando hubo esperanza, y el creer en la salvación me mantuvo con vida. Un amigo me compartió su testimonio, me habló acerca de una etapa de su vida en la no podía ver luz en las tinieblas y era presa del terror. Y gozoso me dijo, ¡hay una salida, mi Salvador te puede salvar si tú crees!
Fue cuando le entregué mi vida a Jesús y todo cambió. Me liberó, restauró mi mente, sanó mis heridas y me dio un nuevo comienzo….pero solamente fue cuando, de todo corazón, creí que Jesús es el único camino de salvación.

¿Por qué es importante asistir a la iglesia?

La Biblia nos dice que necesitamos asistir a la iglesia para que podamos alabar a Dios con otros creyentes, y ser instruidos en Su Palabra para nuestro crecimiento espiritual (Hechos 2:42: Hebreos 10:25). La iglesia es el lugar donde los creyentes se conocen y se aman unos a otros (1 Juan 4:12), se exhortan unos a otros (Hebreos 3:13),  se sirven unos a otros (Gálatas 5:13), se instruyen unos a otros (Romanos 15:14),  se honran unos a otros (Romanos 12:10), y son bondadosos y misericordiosos unos con otros (Efesios 4:32).

Cuando una persona confía en Jesucristo para salvación, es hecha un miembro del Cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:27). Y para que el cuerpo de la iglesia funcione apropiadamente, todas las “partes del cuerpo” necesitan estar presentes (1 Corintios 12:14-20). Igualmente, ningún creyente alcanzará jamás la plena madurez espiritual sin asistir a la iglesia, y ser animado y exhortado por otros creyentes (1 Corintios 12:21-26). Por estas razones, la asistencia a la iglesia, la participación y el compañerismo deben ser actividades regulares en la vida de todo creyente. 

No es obligatoria la asistencia semanal de los creyentes a la iglesia, pero alguien que haya confiado en Cristo debería tener el deseo de adorar a Dios, ser instruido en Su Palabra, y tener compañerismo con otros creyentes.

La Biblia y el No Mirar Atrás

“ACORDAOS DE LA MUJER DE LOT” (Lucas 17:32)
Cuando la profesora de una escuela dominical dijo a su clase que la mujer de Lot miró hacia atrás y se quedó convertida en una columna de sal (Génesis 19:26), un niño dijo: “¡Eso no es nada! Ayer, mi mamá estaba conduciendo a casa, miró atrás y ¡se quedó en un poste de teléfono!”
La mujer de Lot solo aparece brevemente en un versículo, así que ¿por qué nos dice Jesús que la recordemos? Hay dos razones:

(1) Ella invirtió su vida en algo sin futuro

Juan escribió: “…el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan 2:17). El Señor intentó sacar a la mujer de Lot de Sodoma, pero no sacó a Sodoma de ella. Cuando pensó en lo que estaba dejando, miró hacia atrás y se convirtió en una estatua sin vida. Cuando Dios dice que es hora de moverte, ¡no dudes! No te comportes como aquéllos que antes caminaban con Él, dieron testimonio en su trabajo, resaltaron en sus comunidades como luces brillantes, pero ahora se han vuelto fríos e inertes.

(2) Tus decisiones acarrean consecuencias

Si la mujer de Lot hubiera seguido adelante, habría estado allí para amparar a sus hijas en la cueva (Génesis 19:30-38)… En lugar de eso, por su propia debilidad, fueron víctimas de incesto. Antes de perder a tus hijos, envenenar tu matrimonio y destrozar tu vida por negarte a romper con el pasado, acuérdate "Acordaos de la mujer de Lot” (Lucas 17:32). Ella no llegó a librarse del todo, pero sí llegó lo suficientemente lejos como para que, a través de las Escrituras, pudiera avisarnos sobre estas tres cosas: complacencia, implicación/enredo en cosas equivocadas y un corazón dividido.

miércoles, 28 de enero de 2015

!URGENTE! Un Cáncer En La Iglesia.

Pornografía en la congregación.
El asunto es muy relevante pero no se trata casi nunca en las iglesias, y en profundidad mucho menos. Una de las razones podría ser, según algunos estudios, que su habitualidad en los cristianos está casi tan extendida como en las personas que no se consideran religiosas.
¿Qué efectos tiene la visualización de sexo en línea? Este es un tema convertido en una problemática central en muchas familias cristianas.
Una de cada cuatro búsquedas en internet tiene que ver con contenidos eróticos o pornográficos. Esta es una de las estadísticas más conocidas sobre el comportamiento de los internautas a nivel global, una tendencia que alimenta una “industria sexual” que sigue en crecimiento y diversificación. En la red hay millones de millones de sitios web con referencia a contenidos sexuales.
¿Y cuál es el consumo entre cristianos?  El impacto en las comunidades cristianas es más alto de lo pensado, según estudios realizados en países que combinan su espiritualidad con el hecho de ser grandes productores de pornografía.
La mitad de las familias cristianas consultadas apuntan a la pornografía como un problema importante. Incluso entre los líderes cristianos el impacto del consumo es alto. Alrededor de un 25% de los pastores evangélicos encuestados, reconocieron haber consumido pornografía en internet últimamente. Una cifra que sube a más de la mitad de los consultados en cuanto se amplía el espacio de tiempo.

Los datos muestran el impacto de la pornografía en la mayoría de familias, incluidas las cristianas. La misma industria pornográfica reconoce que más del 20% de consumidores de sus contenidos son menores de edad. La edad media en la que se visiona por primera vez un contenido pornográfico es de 11 años.
OCULTACIÓN DEL PROBLEMA: MIEDO A LA REACCIÓN DEL ENTORNO
En cuanto a la situación en España, se han hallado algunos casos de adicción sexual entre líderes cristianos, pero no hay trabajos específicamente tratados en nuestro país.
Lo vergonzoso de la situación hace que la gente calle porque hay miedo a posibles repercusiones o a la reacción del entorno. Muchas personas creen que si su actividad online relacionada con el sexo, saliera a la luz, causaría conflictos que podrían acabar por afectar gravemente a la familia, al trabajo o a su servicio en la iglesia local. A esto se le llama angustia, un factor determinante en la permanencia de la adicción. Es entendible que el miedo y la angustia atenace a los adictos al sexo.

Llamados a dar paz

Efesios 4:31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. (Reina Valera)
Alejen de ustedes la amargura, las pasiones, los enojos, los gritos, los insultos y toda clase de maldad. (Dios Habla Hoy)

Vivimos en un mundo muy convulsionado en el que la gente vive cada vez más nerviosa e irritada. Parece que cada vez cuesta más encontrar un lugar tranquilo para habitar. Las peleas se originan en las calles entre los conductores de coches como consecuencia de un accidente; las discusiones entre la gente y el personal de un banco o negocio; las discusiones que se originan con los vecinos del barrio, etc.
Por todos lados vemos gritería, enojo, ira, maledicencia... Lo triste de todo esto es que cuando llegamos a nuestro hogar pensando encontrar un lugar de refugio, nos damos cuenta que allí también se originan las mismas o peores fricciones.

!Comparta el Secreto!

Una mujer de nombre Francisca, conocía a una joven llamada Rebeca. Ésta siempre parecía estar contenta y feliz, aunque Francisca sabía que afrontaba luchas en su vida. Su tan esperado matrimonio terminó enseguida en divorcio. Luchó por entender su vida de soltera. No fue lo que eligió, pero decidió que viviría con el mayor gozo y satisfacción posibles.
A Francisca le alegró conocer el mundo de Rebeca. Todo su rostro parecía una pura sonrisa y siempre saludaba a Francisca con un abrazo. Un día le preguntó a Rebeca:
-¿Cómo es que siempre estás feliz, tienes tanta energía, y nunca pareces desanimarte?
-Sé el secreto -le respondió Rebeca con ojos sonrientes.
-¿Cuál es ese secreto? ¿A qué te refieres?, le preguntó Francisca.
-Te lo voy a decir, pero me tienes que prometer que no vas a contarle el secreto a otros, le dijo Rebeca.
-Esta bien, asintió Francisca, ¿de qué se trata?
-Este es el secreto: He aprendido que hay poco que yo pueda hacer en mi vida que me haga sentir feliz de verdad. Dependo de Dios para que Él me haga feliz y supla mis necesidades. Cuando se presenta una necesidad en mi vida, tengo que confiar en Dios para que la supla según sus riquezas y bondades. Y he aprendido que casi nunca necesito ni la mitad de lo que creo necesitar. Y Él nunca me ha defraudado. Desde que aprendí ese secreto, soy feliz.
El primer pensamiento de Francisca fue: ¡demasiado simple! SIn embargo, al reflexionar sobre su vida recordó que había pensado que una casa mayor la haría feliz, pero no fue así. ¿Cuándo se sentía más feliz? Sentándose en el suelo con sus nietos, comiendo pizza con ellos y mirando una película: un regalo sencillo de Dios.
Rebeca sabía el secreto, y Francisca lo aprendió, ¡y ahora tú también lo sabes!
Filipenses 4:11
He aprendido a contentarme con lo que tengo.

El poder de la Iglesia que ora


la-iglesia-que-oraPero mientras mantenían a Pedro en la cárcel, la iglesia oraba constante y fervientemente a Dios por él.
Hechos 12:5
HECHOS 12:5-16 relata una de las historias más hermosas y milagrosas que pueden avivar nuestra fe en momentos difíciles y mostrarnos que verdaderamente, la oración que hacemos es poderosa y escuchada por Dios.
Hay personas que piensan que Dios no escucha nuestras oraciones, que no creen ni la mitad de lo que dicen y oran. Pero una Iglesia poderosa es una Iglesia que reconoce y mantiene la oración sin cesar.
Allí estaba Pedro enfrentándose a un momento difícil. Encarcelado por predicar el nombre de Cristo. Si algo había aprendido después de haber negado 3 veces a Jesucristo, era que nunca más lo negaría aunque le costara su vida. Había experimentando en su vida, el poder de la cruz mediante Jesucristo, y quería que otros también conocieran de ese Salvador.
Es importante señalar que entonces, estaba constituida una Iglesia unida, con un propósito definido, perseverante y que clamaba fervientemente. Una Iglesia victoriosa, una Iglesia unida con un solo pensar y fin. Y el fin que unía en ese momento a los hermanos, era clamar por Pedro, al que iban a enjuiciar y seguramente buscarían su muerte. Era necesario que Dios interviniera pues todavía Pedro no había completado su misión.

En el Silencio Profundo

Como el apacible y sedoso aire
que al surcar el azul intenso del cielo
pasa acariciando hasta lo más sereno de mi piel,
y sin advertir nada se aleja sin revelar a donde irá,
es esta pasión de amistad con amor,
que tengo como nostalgia,
tal que mi abrumado corazón me advierte
con sus indecibles gritos, llamados latidos,
cuando presiente que estás cerca,
y que como la brizna del mar, roza mis sueños de tenerte
en este poblado bosque,
en el que anhelaría encontrar la salida a tu resguardado corazón,
y osaría enfrentarme a tu guardián
para alcanzar el tesoro de mi alma;
pero quizás es aquí donde las palabras se vuelven arena,
y el mar se las lleva simplemente así,
sin dejar ni rastro de un sutil sentimiento que ahora cambia;
un sentimiento de amistad que pude haber afirmado,
es en verdad un sentimiento de amor derrotado.
Quizás por un intento fallido de tener un sueño dormido,
que nunca el aire tocara,
pero que las lágrimas y el dolor se encargarán de borrar.
 ..
Es como una hoja seca que cae de un árbol,
pasó el otoño y ahora ha perdido el color que la distinguía;
es como un sentimiento que cae de lo alto,
y que poco a poco se hundirá donde yace la oscuridad,
y en donde quizás permanezca dormido eternamente…
…En el Silencio Profundo.
 ..
“Es fácil decir adiós,
Lo verdaderamente difícil es vivir el adiós”

martes, 27 de enero de 2015

Creyente Bautizado – ¿Puede perder su salvación?

¿Qué pasa si un creyente bautizado descuida su comunión con Dios y no la restaura hasta cuando venga el Señor Jesús por segunda vez? ¿Pierde su salvación?
Son muchas las cosas que merecen una debida atención.
En primer lugar, el bautismo en agua no hace que alguien llegue a ser un verdadero creyente. Las personas se bautizan en agua porque ya son genuinos creyentes, no para llegar a serlo. Si una persona no es creyente y se bautiza en agua, no pasa absolutamente nada en cuanto a su estado espiritual; esa persona sigue siendo incrédula. Una persona llega a ser una auténtica creyente cuando por la fe recibe al Señor Jesucristo como su único y personal Salvador, no cuando se bautiza en agua. De modo que, alguien podría ser bautizado en agua, pero eso no garantiza que esa persona sea genuinamente salva. La triste realidad es que muchas personas pasan por las aguas del bautismo sin ser creyentes auténticos. En este caso, el bautismo en agua no pasa de ser un simple remojón.
En segundo lugarlos genuinos creyentes pueden pasar por momentos de frialdad, de apatía espiritual, de un debilitamiento en su fe y en su comunión con el Señorpero siempre salen del bache espiritualPedro el apóstol negó al Señor Jesucristo tres veces, pero se levantó y el Señor Jesús resucitado le dio la oportunidad de confesar su amor hacia Él por tres veces. Una de las muchas características de un verdadero creyente es su permanencia en Dios, a pesar de los momentáneos enfriamientos espirituales. Pero una de las muchas características de los falsos creyentes es la falta de permanencia. Esto es lo que dice el apóstol Juan hablando de los anticristos o falsos creyentes apóstatas. Ponga atención a lo que dice en 1 Juan 2:18-19. Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros. Los falsos creyentes, y los anticristos, salen de la comunidad de creyentes para no volver nunca más y se quedan fuera hasta que salen de este mundo para recibir su condenación eterna.
En tercer lugarla salvación del hombre es por gracia por medio de la fe. Dice Efesios 2:8-9: Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Por supuesto que el hombre necesita, ante todo, tomar la decisión de recibir al Señor Jesucristo como Salvador para ser salvo, pero para que esto sea posible, el Hijo de Dios, el Señor Jesucristo tuvo que morir en el lugar del pecador, y una vez muerto, resucitó de entre los muertos al tercer día. Poco antes de entregar su espíritu en la cruz, el Señor Jesucristo dijo: Consumado esdando a entender que la obra para salvar al pecador estaba terminada. Esta fue una obra de gracia por parte de Dios. Lo único que necesita hacer el hombre para beneficiarse de esta obra de la gracia de Dioses depositar su fe en la persona del Señor Jesucristo, cuando esto sucede, el hombre se apropia de la obra completa de Dios para salvar al pecador. Esto implica que una vez salvo, el hombre es para siempre salvoporque está descansando no sobre su propios méritos, sino sobre la obra completa de Dios para salvar al pecador. Por eso en la Biblia aparecen textos como aquel en Juan 10:27-30 donde dice: Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos. Cuando un pecador recibe por la fe al Señor Jesucristo como Salvador, llega a ser parte del rebaño del Señor Jesucristo. El pastor de este rebaño es el mismo Señor Jesucristo. Y como pastor del rebaño, el Señor Jesucristo tiene una relación tan íntima con sus ovejas que conoce a cada una de forma personal, y por eso las ovejas reconocen la voz del Señor Jesucristo y le siguen. Por su parte, el Señor Jesucristo, como pastor de las ovejas, les da vida eterna. 
Muy interesante esta declaración del Señor Jesús. No dijo: Les di vida eterna, en tiempo pasadoTampoco dijoLes daré vida eterna, en tiempo futuro. No, dice: Les doy vida eterna, en tiempo presente. Cuando en el idioma, como en el que se escribió el Nuevo Testamento, se conjuga un verbo en tiempo presente, da la idea de que la acción está presente en cualquier instante del tiempo. Se dice que es un presente continuo. El Señor Jesús está diciendo que Él continuamente, da vida eterna a sus ovejas. No existe un solo instante en el tiempo, en el que el Señor Jesús no esté dando vida eterna a sus ovejas. La seguridad de salvación no depende de lo buena que es la persona, sino de lo perfecta que fue la obra del Señor Jesucristo en la cruz del Calvario. Si no se tiene claro este concepto, el creyente vivirá siempre con dudas en cuanto a la seguridad de su salvación. Este es el fundamento por lo que dijo el Señor Jesús cuando afirmó: Y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Por si esto no fuera suficiente, el Señor Jesús dijo que además de que sus ovejas están seguras en su mano, están seguras en la mano del Padre. ¿Puede haber alguien más poderoso que el Señor Jesucristo y que el Padre juntos, para poder arrebatar a un creyente de sus manos?

Humildad, gratitud, compasión

Meses atrás, tuve la oportunidad de ser testigo de un terrible incidente. Era ya bastante tarde en la noche, cuando comenzamos escuchar ruidos de fuertes golpes, y gritos que venían de la calle. La paz de un tranquilo barrio se había visto sobresaltada por el incendio de la casa justo enfrente de la nuestra.
La gente se agolpaba, la desesperación de los dueños de la casa que en ese momento llegaban y se encontraban con su casa en llamas, la desesperación por derribar puertas y ventanas para ingresar en la vivienda y tratar de salvar lo que se pudiera, el llanto y los gritos desgarradores de quienes veían en la más absoluta impotencia ser devoradas por las llamas, segundo a segundo, todas las cosas que tenían en medio de la desesperanzada espera de la llegada de los bomberos, el calor insoportable del fuego y el trepidar de las cosas quemándose, hacían ver un macabro espectáculo que infundía temor y dolor.
humildad gratitudGracias a Dios no hubo heridos ni pérdidas humanas que lamentar. Pero tiempo después, cuando el fuego ya había sido apagado, cuando la casa estaba en reparación y nuestros vecinos recuperándose de la terrible pérdida, me pregunté entonces: ¿qué podíamos aprender de semejante desastre?
En primer lugar, entendí que deberíamos aprender una formidable lección de humildad. Es muy endeble nuestra existencia, muy frágil nuestra vida, muy fugaces, efímeras, y volátiles nuestras conquistas. Toda una vida para juntar dinero, acumulando riquezas para simplemente, conseguir tu más bello sueño de tener casa propia, y una vez alcanzado, cuando parece que tocamos el cielo con las manos, cuando nos enorgullecemos de la conquista, de un día para otro, de una hora para otra,... puede que no tengas nada…

Dejarse ministrar

Dios ofrece intervenir en el lugar donde se cultiva la vida plena, en nuestro interior.
Mateo 11:23-30 Y tú, Capernaúm, ¿acaso serás levantada hasta el cielo? No, sino que descenderás hasta el abismo. Si los milagros que se hicieron en ti se hubieran hecho en Sodoma, ésta habría permanecido hasta el día de hoy.
Pero te digo que en el día del juicio será más tolerable el castigo para Sodoma que para ti.
En aquel tiempo Jesús dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque habiendo escondido estas cosas de los sabios e instruidos, se las has revelado a los que son como niños.
Sí, Padre, porque esa fue tu buena voluntad.
Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelarlo.
Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso.
Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. 

Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana.
La mitad de nuestra batalla para solucionar nuestras dificultades se acaba cuando caemos de rodillas y nos presentamos delante del trono de la gracia. Esto resulta mucho más sugerente para aquellos que están agobiados por las cargas que llevan. El estado de fatiga interior es una de las pocas situaciones que logran quebrar ese obstinado espíritu de autosuficiencia, que habitualmente acompaña nuestro andar. Si conseguimos responder a la invitación de ir a Él, habremos avanzado significativamente hacia una solución definitiva para nuestra situación.
Cuando nos presentamos delante de Él, sin embargo, no muere nuestra tendencia de querer echar mano de lo que estamos buscando en forma terrenal. 
La persona que se presenta delante del trono no echa mano del descanso así como así, porque el descanso está en manos del Hijo de Dios
Al igual que el hijo pródigo, podemos presentarnos delante del Padre con nuestras propuestas de cómo Él debiera intervenir en nuestras vidas. Pero sin percibirlo, seguimos siendo nosotros los protagonistas de esta aventura espiritual. Mas el desafío no es que nosotros sigamos dirigiendo los asuntos de nuestra vida, sino que cese nuestra actividad, es asumir una postura pasiva. Se trata de incorporar la exhortación del salmista: Estad quietos y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra. (Salmos 46.10)

Hay un solo patrón, y es el que Dios nos enseña para expresar el amor

Hay un solo patrón, y es el que Dios nos enseña para expresar el amor. Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. Juan 15: 9
El amor es un sentimiento hermoso que se expresa de múltiples formas, ya sea por medio de un gesto, una palabra, un detalle y muchos más, que serían interminables porque cada uno lo expresa de diferente manera.
Pero el verdadero amor es aquel que nace del corazón de Dios, el amor que se demuestra por medio de la obediencia. Él no nos pide regalos, ni palabras, sino hechos; porque el que ama como Dios ama sabe que tiene caminar en los principios de Su Palabra. Por eso, cuando conocemos este amor nuestra relación con Dios es mayor, pues dejamos de hacer cosas para aparentar, hacemos solo aquellas que Lo hagan sentirse bien y complacido.
Si la forma como estamos haciendo es buena pero no es como Él nos dice, hagamos los cambios. De lo contrario, en vano será toda la demostración de amor que hagamos para con Dios y los demás; porque hay un solo patrón, y es el que Dios nos enseña para expresar el amor: la obediencia.