domingo, 8 de abril de 2012

Porque Él Vive - Rubén Chamorro

Ahí os va un vídeo musical que es un himno al Señor. No lo conocía hasta hoy que fue cantado en nuestro culto dominical. Gracias a Dios porque con Él a nuestro lado tenemos la oportunidad de aprender siempre algo nuevo y bueno. Bendiciones a todos. 

Yo sólo quiero estar donde tú estas-Reflexiones con Video

Yo solo quiero estar donde tú estas
viviendo a diario en tu presencia
no quiero darte solo adoración
yo quiero ser adorador.
Yo solo quiero estar donde tú estas
en tu habitación por siempre
llévame al lugar donde tú estas
yo quiero estar donde tú estas.
Yo quiero estar contigo
morando en tu presencia
unido de tu diestra
y rodeado de tu gloria.
En tu presencia
es donde siempre quiero estar.
Yo solo quiero estar
yo quiero estar donde tú estas
oh mi Dios
Tú eres mi fuerza y mi canción
y aunque débil sea
en tu presencia fuerte soy.

Dulce refugio-Vídeo


Refúgiate en él…
En medio de la tormenta, Él quiere ser tu refugio, quiere alimentarte, confortarte.
Ven a reposar en Él hoy.
Dulce refugio
en la tormenta
es Jesucristo
el salvador.
el me alienta
y me alimenta
con su palabra
y su amor.
vengo a reposar en el
el es mi amigo fiel
una poderosa y fresca uncion
llenara mi corazon.

Dulce Refugio – Danilo Montero

Te pertenezco-Reflexiones con Video

Muéstrame tu camino Señor, quiero convertirme en una ofrenda para ti.
Con mi forma de vivir me enseñaras a tocar tu corazón.
Te pertenezco a Ti Señor…
Muéstrame tu camino hoy Señor
santifícate dispuesto esta mi corazón
quiero ser una ofrenda para ti
con mi forma de vivir que tu reino venga a mi.
Postrado en mi aposento me encontraré contigo
en la intimidad
me enseñarás a tocar tu corazón
mi vida en tu presencia se ha vuelto la aventura
que tanto soñé he encontrado en ti
la razón de mi existir
Te pertenezco Señor….

¿Podrán creerme ahora?-Reflexiones con Video


Por duodécima vez el hombre de treinta y dos años de edad, un mecánico de autos, hizo la misma pregunta: «¿Usted no me cree, doctor?» Y por duodécima vez recibió la misma respuesta: «Usted no tiene ningún mal del corazón, amigo.» Howard Peckham, de Dallas, Se quejaba de dolores cardíacos.
¡Qué interesante el caso de este hombre! No era un hipocondríaco que sentía una enfermedad imaginaria. Ni era una persona despreocupada que no le prestaba atención a ningún síntoma. Él sabía que estaba enfermo. Pero los análisis de laboratorio, las auscultaciones y las radiografías nada revelaban. Cuando murió, pusieron sobre su tumba el epitafio que él pidió: «¿Podrán creerme ahora?»
Hay muchas personas que sienten que algo tienen, o que algo les falta, o que algo no anda bien, o que algo les afecta, pero es para ellos un enigma que no pueden descifrar. Y lo peor es que no hallan a nadie que les crea, o que les ponga atención o que les preste ayuda.
Es que existen males del alma, enfermedades morales y espirituales que afectan todo el ser, y muchas veces el que sufre no sabe qué es lo que tiene ni por qué es que sufre. Síntomas como estos revelan un solo mal: el pecado.
El pecado afecta todo el ser. El alma sufre, la mente sufre, el cuerpo sufre: todo el ser sufre. Y la víctima, cuanto más infringe las leyes de Dios, más esclava del pecado se vuelve y menos control tiene de su vida.
¿Dónde está el médico? ¿Quién puede librar a la víctima del pecado? Sólo Jesucristo. He aquí sus palabras: «Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia» (Juan 10:10). Vida es salud. Vida es entusiasmo. Vida es confianza. Vida es fe. Quien tiene a Cristo y vive sometido a su divina voluntad, tiene vida abundante.
Llevémosle nuestra intranquilidad, nuestra perturbación y nuestro dolor a Cristo. Él es el médico divino que sanará todo nuestro ser. Cristo es la solución.