lunes, 29 de junio de 2015

Eres hijo de Dios, perdónate, Él te escogió


"sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;  y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es.”
1 corintios 1:27-28 (Reina-Valera 1960)
Puede que la mayoría de nosotros hayamos leído o escuchado estos versículos muchísimas veces en nuestra vida, las mismas veces que Dios nos ha intentado hablar de ello, pero no lo asumimos, no nos lo apropiamos como deberíamos. Decimos: "es que ya sé de qué se trata, ya lo leí, ya me lo sé"; y seguimos teniendo esa actitud al volverlo a leer. Es así porque aún no ha cristalizado como debería en nosotros, pero cada palabra que sale de Dios debería marcar un antes y un después cada día de nuestra vida, y en este caso, siempre tenemos cosas que mejorar, analizar y poner en práctica.
falta de perdonViene a cuento esto, porque pasamos por momentos de tristeza y desánimo por la misma razón de siempre, porque dudamos y nos hace falta apropiarnos de la identidad que tenemos en Cristo. Cuando tenemos claro por quién fuimos escogidos, difícilmente las tormentas nos destruirán; nos hace falta saber cuál es nuestra identidad, saber quiénes somos y para qué fuimos llamados. Porque el enemigo siempre usa la misma táctica de acusarnos con los errores del pasado, errores que puede que no estemos cometiendo en la actualidad, pero que aún los soportamos; no entendemos que Dios nos escogió así de imperfectos, y obviamente, si Él nos prefirió es porque lo quiso así y lo necesitábamos; quien necesita del médico es quien se encuentra enfermo. ¿Acaso no nos limpio Jesús con su sangre y nos dio su perdón?, para eso vino a morir en esta tierra.
Entonces, SOMOS HIJOS DE DIOS, tengámoslo siempre claro, y sí, éramos lo peor de lo peor, pero estamos en proceso de cambio; YA NO SOMOS LOS MISMOS DE ANTES. Antes no entendíamos que Dios nos eligió para avergonzar al altivo, y por eso los que terminamos avergonzados somos nosotros mismos. Porque aunque éramos débiles, Dios nos dio de su fortaleza, su poder se perfecciona en nuestra debilidad; ¡sigámonos comportando como débiles, para que "diga el débil, fuerte soy"!
El problema no está en Dios por haber escogido a alguien imperfecto, el problema está en nosotros que nos menospreciamos por ser pecadores. Porque a veces nos cuesta perdonarnos a nosotros mismos. No éramos nadie sin Dios, y ahora que lo tenemos, ¿por qué nos sentimos como si no fuéramos nada ante las circunstancias?
Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente ha imaginado lo que Dios tiene preparado para quienes lo aman¨ 1 Corintios 2: 9 (Nueva Traducción Viviente).
Dios tiene muchos planes para ti, pero debes de empezar a amarlo sobre todas las cosas, por encima de la culpa, el inferido temor, la posible duda, las dificultades, etc. Dios nunca se equivoca, y no hizo excepción al crearnos, pero necesitamos empezar a vernos como Él nos ve.

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