lunes, 5 de mayo de 2014

El idioma de la alabanza

“Pero yo siempre tendré esperanza, y más y más te alabaré” (Salmo 71:14).
En este salmo el escritor está cercado por sus enemigos, pero allí, en el momento más oscuro, toma una decisión: Va a tener esperanza y va a multiplicar su alabanza.
A menudo me encuentro con gente de una realidad tal, que anda convenciendo a la gente de fe, de que conviertan su esperanza en algo tangible. Y una vez tras otra me niego a que me convenzan de eso; soy un sacerdote y el sacerdocio sólo es ungido por el aceite del santuario de la esperanza. Mi unción es la esperanza, creo en un Dios que está a mi favor, que ha determinado mi bien y que tiene un propósito para mi vida. Soy prisionero de la esperanza. 
Claro es que entiendo lo que dicen, sé lo que soy y conozco mis límites… pero como diría Pablo: Yo sé en quien he creído…
Entonces, aparecen los quejosos que no me pueden ungir. Son gente que corre conmigo que me quiere marcar su ritmo. Pero no puedo permitir que me saquen de mi programa de carrera, yo tengo mi paso y es la alabanza. He determinado alabar al Señor más y más cada día…, no es un capricho, es una necesidad de alguien que no pierde su esperanza. No me importa la opinión de los negativos, de los que siempre ven el pelo en la comida, la mosca tras la oreja o...
Porque si el ambiente de la fe es la esperanza, la alabanza es su idioma.
El salmista cree que esto es determinante y por eso lo expresa; lo hace porque, además, es natural tener predisposición a ver lo negativo y quejarse. Pero yo ya no soy normal, soy raro, yo siempre tendré esperanza, y más y más le alabaré.

Sé Fuerte y Valiente

6 Sé fuerte y valiente, porque tú darás a este pueblo posesión de la tierra que juré a sus padres que les daría.
7  Solamente sé fuerte y muy valiente, cuídate de cumplir toda la Ley que Moisés mi siervo te mandó; no te desvíes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito donde quiera que vayas.
8  Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito, porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien.
9  Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová, tu Dios, estará contigo donde quiera que vayas.
Josué 1:6-9
Esta palabra precisa del Señor, nos llega para recordarnos que necesitamos ser fuertes y muy valientes. La empresa que le correspondió a Josué no fue pequeña ni débil, era una empresa muy grande, llevar al pueblo de Israel e introducirlo en la tierra prometida; pero la empresa que hoy tenemos que llevar a cabo, tampoco es pequeña, y por ello necesitamos también la palabra orientadora de Dios, para hacer todo en la perspectiva correcta, la diseñada por Dios.
En cuatro diferentes oportunidades, Dios le dijo a Josué, que no perdiera el ánimo, que fuera fuerte y valiente, y si Josué mantenía su coraje y era fuerte y valiente, ningún hombre sería capaz de estar de pie delante de él todos los días de su vida. Igualmente, nadie te podrá hacer frente…  ¡Oh, qué gran promesa!
Leemos la historia de la vida de Josué y, en el atardecer de su existencia, todavía le vemos como un hombre exitoso y triunfante. Dios cumplió su palabra.

Alumbra - Reflexiones

Hace muchos de años, había un hombre en una ciudad de Oriente, que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida. La ciudad era muy oscura en noches sin luna como aquella. En un momento determinado, se encuentra con un amigo. EI amigo le mira y le reconoce. Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo. Entonces, le dice: ¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves …
Entonces, el ciego le responde: -Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mí… No sólo es importante la luz porque me sirve a mí, sino que también la uso para que otros puedan servirse de ella. ¿No sabes que alumbrando a otros, también me beneficio yo?, pues evito que me lastimen otros que no podrían verme en la oscuridad.
Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para sí mismo, y para que sea visto por otros, aunque uno, aparentemente, no lo necesite.
Alumbrar el camino de los demás no es tarea fácil, ya que, muchas veces en vez de alumbrar, oscurecemos mucho más el camino de los demás. ¿Cómo? A través el desaliento, la crítica, el egoísmo el desamor, el odio, el resentimiento…¡Qué hermoso sería si todos ilumináramos los caminos de los demás, sin fijarnos si lo necesitan o no! Llevar luz y no oscuridad. Si toda la gente encendiera una luz, el mundo entero estaría iluminado y brillaría día a día con mayor intensidad.

¿Cuándo terminará el dolor?

Probablemente ha sido el “clamor” de muchos hijos de Dios en todo el mundo…
En algún momento de nuestra vida, el dolor, la enfermedad, la soledad o la frustración nos atacan tan fuertemente, que  llegamos a sentir cómo nos “duele la vida”.
¡Es como un fuerte aguijón clavado en el pecho que casi no nos deja respirar!
El gran Apóstol Pablo pasó por lo mismo. Pablo declara tener un aguijón en su carne y dice  haber orado repetidamente para que le sea quitado.
2da. Corintios 12:8 respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí.
La respuesta soberana de Dios ha sido… una negativa…
12:9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia….
¿Has sentido una negativa así alguna vez?…oras para que el dolor pase, para que el tiempo de aflicción desaparezca milagrosamente o la enfermedad se vaya,.. y la respuesta no es  “quitar el aguijón”…  sino recordarnos que tenemos una herramienta superior para soportar los días malos… ¡SU GRACIA!
Y no sólo su gracia… Es que hay una razón que sólo cabe en la mente de Dios… pues sus pensamientos son superiores a los nuestros. Hay un plan con nuestra vida..
2da. Corintios 12:9……porque mi poder se perfecciona en la debilidad.
Ahí está la razón…. ¡Es que su poder se perfecciona en nuestra debilidad!

Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él

"Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él". Romanos 6:8

Estaba en una piscina pública, cuando la gente que me rodeaba empezó a mirar atentamente hacia arriba. Un pequeño avión formaba letras con el humo que emitía. Mientras observábamos, el piloto escribió: "TE AMO". Todos empezamos a especular. Quizá sea una propuesta matrimonial. Tal vez un hombre romántico está con su novia en un balcón cercano, y pronto le preguntará: ¿quieres casarte conmigo? Seguimos con la mirada hacia arriba: "TE AMO, J-E-". Escuché que unas jovencitas decían: Apuesto a que es Jerónimo o quizá JésicaLas letras seguían apareciendo… no, era "JESÚS". El piloto estaba declarando al mundo su amor por Jesús.
Un amigo mío suele terminar sus oraciones diciendo: Señor, te amo. Y comenta: No puedo evitar decirle que le amo, después de todo lo que ha hecho por mí. En Romanos 6:1-11, el apóstol Pablo relata algunas de las cosas que Cristo ha hecho por nosotros y por las cuales merece nuestro amor: fue crucificado, sepultado, y resucitó. Por esta razón, los que hemos puesto nuestra fe en Él tenemos ahora vida eternael pecado o el temor a la muerte ya no han de someternos y, un día, nosotros también resucitaremos para vivir con el Señor para siempre.
Con razón decimos: "¡Te amo, Jesús!".
Para mostrar su amor, Cristo murió por nosotros; para mostrar nuestro amor, vivimos para Él.