jueves, 25 de septiembre de 2014

La Felicidad es Cuestión de Elección - Crecimiento personal-espiritual

“La felicidad es una elección propia que no está condicionada a la situación actual” 
¿Has sentido algo así, como que la felicidad se escapa de tu vida? ¿Te parece que estás navegando contra corriente? ¿Crees que la felicidad se ha ido definitivamente de tus manos? La felicidad no va a llegar a tu vida por lo que te pase, por lo que te suceda, sino por lo que te pase internamente, dentro de ti. Es cuestión de elección.
El rey Salomón escribió: “El que atiende a la palabra, prospera. ¡Dichoso el que confía en el Señor!” Proverbios 16:20b, (NVI).  En otra versión dice: Felices los que confían en El Señor. Fíjese que no dice felices los que tienen todo o felices aquellos a los que les pasan las cosas buenas de la vida, no, dice que si tú confías en Dios serás feliz, por lo que no hay ninguna razón para preocuparse o afanarse. Es cuestión de elección.
Hay una película muy bonita que es “En busca de la felicidad” protagonizada por Will Smith y su hijo. Un drama conmovedor, que puede ser fiel reflejo de la vida de muchas personas que conviven entre sus sueños de grandeza y la dura realidad que se les muestra, muy distinta a como la esperaron. Es una historia de la vida real que puede ser tu caso hoy, cuando estás viendo que tu vida se desmorona y comienzas a preguntarte: ¿por qué me pasa esto a mí? ¿Qué hice para merecer esto? ¿Hay un mañana para mí?...Ante esto, recuerda las palabras del sabio: ¡Dichoso el que confía en el Señor!
Es tiempo de encontrarte contigo mismo y luchar por ese sueño, por ese trabajo, por esa familia, por las cosas que te hacen feliz.
¿Qué te hace feliz? ¿Cuáles son los sueños que vas a perseguir?
Nunca dejes que nadie robe tus sueños, que nunca te digan lo que puedes o no puedes hacer, dice también la película, es tiempo de ir por los regalos que la vida te tiene. Muchos, al hacer la lista, ponen cosas tales como: Tener un coche nuevo, cambiar de casa, tener más dinero, hacer un viaje a Europa, a Sudáfrica, jubilarse joven e irse a una Isla del Caribe para estar debajo de una palmera en una hamaca, disfrutando de una piña colada. ¿Para qué queremos esto?
Quizá también tenemos en nuestra lista, cosas que queremos hacer como: Hacer ejercicios físicos y rebajar unos cuantos kilos, pasar más tiempo con la familia, mejorar el trabajo que tenemos... ¿Para qué queremos hacer eso?

Admitir que Jesús es Señor y Dios

Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Juan 6:40
Ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios. Hechos 26:17-18

Inline image 1Los fariseos interrogan al ciego sanado (Juan 9:13-38) 

Este relato bíblico sobre la curación de un ciego de nacimiento por parte Jesús, nos muestra cómo podemos llegar a conocer a Jesús, el Hijo de Dios. El ciego recobró la vista y, al mismo tiempo, descubrió quién era Jesús. Al principio, para él, Jesús no era más que un hombre; pero luego dio un paso más de fe. A la pregunta de los fariseos: “¿Qué dices tú del que te abrió los ojos?”, respondió: “Que es profeta” (verso 17). Y luego, después de su segundo encuentro con Jesús, exclamó: “Creo, Señor; y le adoró” (verso 38). Así lo reconoció abiertamente como su Señor y su Dios.

Un Regalo Especial

Desde la muerte de su padre tres años antes, la familia de Roberto había luchado por subsistir. A pesar de los esfuerzos de su mamá, nunca había suficiente para todos. La pobre mujer trabajaba en el turno de noche en el hospital, pero lo poco que ganaba no le alcanzaba para más que lo estrictamente necesario.
Lo que le faltaba en lo material a la familia de Roberto, lo compensaba en amor y unidad familiar. Tanto que, sus dos hermanas mayores y su hermana menor ya le habían hecho a su mamá un lindo regalo de cumpleaños.
"No es justo", pensaba Roberto, que tenía apenas seis años de edad. Ya era el día, y él no tenía absolutamente nada que darle a su mamá.
Procurando contener las lágrimas, se encaminó hacia la calle, donde había visto algunas tiendas. Pasó por una tienda tras otra y contempló los escaparates. Cada uno mostraba regalos que él jamás podría comprar.
Al caer la noche, Roberto se dio la vuelta, cabizbajo, para volver a casa, y notó de pronto, el reflejo tenue del sol brillando en una moneda en la acera.
¡Nadie jamás se sintió tan rico como Roberto al recoger esa moneda!
Con su nuevo tesoro en la mano, entró alegre en la primera tienda que vio. Pero su ánimo decayó en cuanto el vendedor le explicó que allí no podía comprar nada con una sola moneda.
Así que, fue a una florería que vio en frente, e hizo cola detrás de unos clientes. Cuando le llegó el turno a Roberto, el dueño del establecimiento le preguntó.
—¿En qué puedo servirle, jovencito?
Roberto le mostró la moneda y le preguntó si eso le alcanzaba para comprar una flor para su mamá como regalo de cumpleaños. El comerciante lo miró con ternura, se agachó para estar a su altura y le dijo:
—Espera aquí un momento, que voy a ir a ver si hay algo que pueda servirte.

¿Dónde está Dios?

Muchas veces nos hemos encontrado en situaciones difíciles y no sabíamos qué hacer, cómo orar, y a quién buscar para desahogarnos. Nos encontrábamos entre la espada y la pared y sin ninguna salida. Y en medio de la situación, nos preguntábamos ¿Dónde estás Dios, en mis circunstancias? Parece que Dios se ha olvidado de mí.

Juan 11:28-44 nos habla acerca de Marta y María. Ellas también se sintieron solas y olvidadas cuando su hermano Lázaro murió. Tenían fe en que Jesús las iba a visitar y sanar a su hermano, pero se entristecieron al ver que el Maestro no llegaba para sanarlo. Pero para todo hay un plan del Señor, aunque pensemos que todo se ha acabado. A pesar de la tristeza y desconsuelo, ellas no sabían que en medio de sus penalidades, iba a acontecer un milagro de Dios. Dieron a su hermano por muerto porque Lázaro ya hacía cuatro días que murió, y habían perdido sus esperanzas.
Inline image 1Pero lo que estaba dado por muerto, Dios estaba a punto de darle vida. No importan los fracasos y golpes que tú hayas pasado en la vida, que Dios te dice: Tu matrimonio resucitará; lo que tú ves perdido, Dios le dará vida. Tu relación con tu familia renacerá, tus negocios, tu retiro, tu pensión, tus papeles migratorios, el informe médico, el progreso escolar de tus hijos, tus sueños, tus estudios, tus finanzas..., todo cobrará vida en el nombre de Jesús. Jesús tiene la habilidad para hacer eso y más, solo tienes que tener un granito de fe. Le dijo Jesús: “Yo Soy la Resurrección y la Vida; el que cree en Mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en Mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? 
Debes entender y creer que Dios nunca llega tarde, que todo tiene un propósito Eterno y solo debemos creerle a Él. Jesús llegó en el momento en que todos habían perdido la esperanza. No llegó tarde, era propósito que Jesús llegara al cuarto día para dar Testimonio del Poder Milagroso de Su Padre Celestial. Marta y María pensaron que el Señor se había olvidado de ellas y de su hermano Lázaro, pero no fue así. Dios siempre está al control de sus Hijos. Ellas pensaban que todo se había acabado, sus esperanzas las daban por acabadas. 
Cuando pienses que todo se ha acabado, todo lo que tú has dado por perdido, Dios hoy le ha dado vida. 

No pierdas la presencia de Dios

Porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré. Hebreos 13:5
Hubo un tiempo bajo la ley del Antiguo Testamento, en que Dios estaba contigo solamente cuando obedecías por completo. Pero cuando fallabas, te dejaba. Sin embargo, hoy estamos bajo un pacto completamente diferente y Dios nunca nos dejará. ¿Por qué? Debido a lo que Jesús hizo en la cruz. Ahí se convirtió en nuestro holocausto. Llevó nuestros pecados y nuestro castigo. El juicio de Dios contra nuestros pecados, cayó sobre Él, que fue abandonado en la cruz por su Padre para que hoy nosotros podamos tener la presencia constante, incesante, de Dios en nuestras vidas.
Jesús exclamó: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” para que tú y yo supiéramos exactamente lo que sucedió en la cruz (Mateo 27:46). Ahí es donde se llevó a cabo el intercambio divino. En la cruz, Jesús tomó nuestros pecados y nos entregó a la presencia de Dios, mientras nosotros tomábamos la justicia de Jesús y recibíamos la presencia de Dios que Jesús tenía. La presencia de Dios es ahora nuestra por toda la eternidad. ¡Qué enormidad de intercambio divino! Echa un vistazo a lo que la Biblia dice acerca de nuestra herencia en Cristo: “Porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre” (Hebreos 13:5-6). ¡Qué gran confianza podemos tener hoy! ¿Sabes lo que significa aquí “nunca”?
Significa que cuando estás animado, Él está contigo. Cuando estás decaído, Él está contigo. Cuando estás feliz, Él está contigo, cuando estás triste, Él está contigo, cuando estás haciéndolo bien, Él está contigo, incluso cuando fracasas, ¡Él todavía está contigo! ¡A eso es a lo que se refiere Jesús cuando dijo que nunca te desamparará ni te dejará! 
En caso de que aún no estés convencido, el texto original griego expresa: Cuando Dios dijo: “Nunca te desampararé, ni te dejaré”, se emplea una “doble negativa” para transmitir el sentido más fuerte posible de “nunca” en este idioma griego. Se utilizan las palabras griegas que significan, “nunca jamás”. Y esta doble negación aparece dos veces en esta declaración de parte del Señor. Dios está diciendo: “¡Yo nunca, nunca te desampararé y nunca, nunca te dejaré!” La Biblia Amplificada pone de manifiesto la fuerza de lo que Dios realmente quiso decir: De ninguna manera voy a fallarte, ni a abandonarte, ni a dejarte sin mi apoyo. ¡Yo no!, ¡Yo no!, Yo no te dejaré nunca desamparado ni abandonado, ni te fallaré. ¡Ciertamente, no! Hebreos 13:5 (traducción libre).