lunes, 13 de mayo de 2013

¿Qué dice la Biblia acerca del divorcio y el segundo casamiento? - Preguntas y respuestas bíblicas - Vídeo

Respuesta: En primer lugar, no importa el punto de vista que tome en el asunto del divorcio. Es importante recordar las palabras de la Biblia de Malaquías 2:16ª: “Yo aborrezco el divorcio –dice el SEÑOR, Dios de Israel”. De acuerdo con la Biblia, el plan de Dios es que el matrimonio sea un compromiso de por vida. “Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre” (Mateo 19:6 NVI). Sin embargo, Dios comprende que el divorcio va a ocurrir, debido a que un matrimonio involucra a dos seres humanos pecadores. En el Antiguo Testamento Dios estableció algunas leyes, a fin de proteger los derechos de los divorciados, especialmente de las mujeres (Deuteronomio 24:1-4). Jesús señaló que aquellas leyes fueron dadas a causa de la dureza de los corazones de la gente, mas no porque fueran el deseo de Dios (Mateo 19:8).

La controversia de si el divorcio y el segundo casamiento son permitidos, de acuerdo a la Biblia, gira principalmente alrededor de las palabras de Jesús en Mateo 5:32 y 19:9. La frase “excepto en caso de infidelidad conyugal”, es lo único en la Escritura que posiblemente dé el permiso de Dios para el divorcio. Muchos intérpretes entienden esta “cláusula de excepción” como refiriéndose a “infidelidad conyugal” durante el período de “desposorio”. En la costumbre judía, un hombre y una mujer se consideraban casados, incluso mientras todavía estaban comprometidos, es decir, “prometidos”. La inmoralidad durante este período de “desposorio” debería entonces ser la única razón válida para un divorcio.
Sin embargo, la palabra griega traducida como “infidelidad conyugal”, es una palabra que puede significar cualquier forma de inmoralidad sexual. Esto puede significar fornicación, prostitución, adulterio, etc. Muy posiblemente, Jesús está diciendo que el divorcio es lícito si se comete inmoralidad sexual. Las relaciones sexuales como tales son una parte integral del vínculo marital “y serán una sola carne” (Génesis 2:24; Mateo 19:5; Efesios 5:31). Por tanto, una ruptura de ese vínculo, por medio de relaciones sexuales fuera del matrimonio, debería ser una razón lícita para el divorcio. Si es así, Jesús también tiene en mente el segundo matrimonio en este pasaje. La frase “y se casa con otra” (Mateo 19:9) indica que el divorcio y el segundo casamiento son permitidos en una instancia de la cláusula de excepción, sea como sea interpretada. Es importante resaltar que solamente a la parte inocente se le permite volver a casarse. Aunque esto no está indicado en el texto, la concesión del segundo casamiento después de un divorcio, es por la misericordia de Dios para aquel contra el que se ha cometido pecado, y no para el que ha cometido inmoralidad sexual. Puede haber instancias donde a la “parte culpable” se le permita volver a casarse, pero tal concepto no es enseñado en este texto.

¿Cómo Salgo de la Rutina? - Crecimiento personal-espiritual

“El peor fracaso es la pérdida del entusiasmo.” Anónimo
Uno de los enemigos del éxito es la falta de entusiasmo, y habitualmente las personas pierden el entusiasmo cuando caen en la rutina. Se dice que una rutina es una costumbre arraigada o un hábito adquirido que permite hacer las cosas repetitivamente, sin que se pueda razonarlas; algunos la llaman hacer las cosas de forma automática.
Esto no significa que las rutinas sean malas, que puede que sean buenas; todo dependerá de la visión de ellas y el entorno en donde te desenvuelvas. Lo que sucede muchas veces, es que cuando entras en la rutina pierdes el entusiasmo y no disfrutas la vida, y al no disfrutar de la vida no alcanzas tus objetivos, tus metas, tus sueños.
Hay muchas personas que han caído en la rutina y están viviendo sin entusiasmo. ¿Eres tú de esas personas que dicen estar cansadas, aburridas, desilusionadas, fastidiadas?
Hay quienes creen, de acuerdo con esto, que para romper con la rutina hay que despertar la pasión. Sin pasión o entusiasmo no podremos lograr nada grande ni extraordinario en nuestras vidas. En cada persona hay un toque de grandeza que no la puede activar hasta que active la pasión, hasta que genere entusiasmo en las cosas que hace.
Un entusiasmo auténtico es capaz de transformar las crisis en oportunidades. Un entusiasmo así, te lleva a hacer lo imposible, a esforzarte más por lo que quieres. Te da la inspiración para tu matrimonio o para tu trabajo. 

El Camión de Basura - Reflexiones - Vídeo

Me subí a un taxi rumbo a la Estación Central del Ferrocarril, y cuando íbamos por el carril de la derecha, por poco nos estrellamos con un coche que de repente y de la nada, salió como un bólido de donde estaba estacionado.

El conductor del taxi en el que iba alcanzó a frenar a tope, el taxi derrapó y casi chocamos con el otro coche, que quedó frente a nosotros.
Después de esto, el conductor del otro coche, el tipo que casi causó el accidente, asomando la cabeza por la ventanilla, comenzó a gritarnos una cantidad horrible de insultos y majaderías.
Todavía recuperándome del susto, lo que acabó de sacarme de mis casillas fue la actitud del chófer de mi taxi, quien de forma extremadamente amistosa y cortés, le sonreía y saludaba con la mano al conductor del otro automóvil.
Yo estaba furioso y confundido, pero no me quedé con las ganas y le pregunté al chófer de mi taxi, que por qué se ponía a sonreír y saludar al tipo que casi nos hizo chocar, arruinar su taxi y posiblemente enviarnos al hospital.
Entonces, el taxista, con voz pausada, me contó lo que ahora yo llamo “La Ley del Camión de Basura”.
Mire, me dijo: ¿Ve aquel camión de basura? Sí, le dije, ¿y eso qué tiene que ver?
- Pues así como existen esos camiones de basura, también hay muchas personas que van por la vida llenos de basura, frustración, rabia, y decepción.

¿Qué pide Dios de mi? - Devocional

Somos muy buenos para pedir a Dios, y queremos que nos responda rápido; somos muy bíblicos a la hora de pedir, puesto que Jesús mismo nos dijo que si pedíamos, se nos daría, que si buscábamos, hallaríamos y que si tocábamos a la puerta, esta se nos abrirá. Pero también deberíamos ser bíblicos a la hora de analizar qué es lo que Dios pide de nosotros.
Es cierto que Dios es Todopoderoso y capaz de responder a nuestras peticiones, pero también deberíamos pensar que Él como Padre anhela, que nosotros sus hijos seamos como Él quiere que seamos.
Veamos qué dice la Palabra de Dios en cuanto a lo que Dios quiere de nosotros:

“Altísimo Dios y rey nuestro, ¿cómo podemos presentarnos ante ti? Podemos ofrecerte terneros de un año, pero no es eso lo que quieres; podemos ofrecerte mil carneros, o diez mil litros de aceite, pero tampoco eso te agrada; ¡ni siquiera esperas como ofrenda al mayor de nuestros hijos en pago por nuestros pecados! Pero ya Dios les ha dicho qué es lo mejor que pueden hacer y lo que espera de ustedes. Es muy sencillo: Dios quiere que ustedes sean justos los unos con los otros, que sean bondadosos con los más débiles, y que lo adoren como su único Dios.” 

Miqueas 6:6-8 (Traducción en lenguaje actual)
Esta Palabra nos enseña que Dios no quiere sacrificios, que Dios no quiere nada material, ni humano, lo que Dios quiere en síntesis es: “Dios quiere que ustedes sean justos los unos con los otros, que sean bondadosos con los más débiles, y que lo adoren como su único Dios.”
Lo que Dios pide son acciones que sólo pueden producirse en un corazón renovado, en una persona que ha nacido de nuevo, o sea, un hijo de Dios que sabe realmente cuál ha sido su llamado y que anhela diariamente agradar a su Padre Celestial.

¿Y tu relación con Dios? - Devocionales - ¿Es Dios lo más importante en tu vida? - Vídeo

¿Y tu relación con Dios? 

A veces perdemos el rumbo que deberíamos llevar, a veces nos afanamos en otras cosas que no son el fin principal de la vida.
En ocasiones dejamos que el trabajo, el dinero y otras ocupaciones ocupen el lugar más importante en nuestra vida. Nos preocupamos por tener dinero, por vestir bien, por tener lo último en tecnología, por tener una bonita casa y muchas otras cosas materiales, pero nos olvidamos de nuestra relación con Dios, que debería ser lo más importante en nuestra vida.
Nuestro Señor Jesús nos enseño a través de un ejemplo:

“Luego les contó una historia: Un hombre rico tenía un campo fértil que producía buenas cosechas. Se dijo a sí mismo: “¿Qué debo hacer? No tengo lugar para almacenar todas mis cosechas”. Entonces pensó: “Ya sé. Tiraré abajo mis graneros y construiré unos más grandes. Así tendré lugar suficiente para almacenar todo mi trigo y mis otros bienes. Luego me pondré cómodo y me diré a mí mismo: ‘Amigo mío, tienes almacenado para muchos años. ¡Relájate! ¡Come y bebe y diviértete. Pero Dios le dijo: “¡Necio! Vas a morir esta misma noche. ¿Y quién se quedará con todo aquello por lo que has trabajado?”. Así es el que almacena riquezas terrenales, pero no es rico en su relación con Dios, es un necio.” 

Lucas 12:16-21 (Nueva Traducción Viviente)
¿Qué es lo más importante para ti en este momento?, ¿Tu trabajo? ¿Obtener bienes? ¿Relajarte? ¿Divertirte? ¿Qué es lo más importante? ¿Será que lo más importante para ti en este momento es tu relación personal con Dios?
Nos preocupamos por todo menos por estar bien con Dios, buscamos añadiduras antes que el reino de los cielos. Queremos recibir, pero no ponemos nada de nuestra parte y lo que es peor, terminamos enojándonos con Dios por no responder a nuestros caprichos.
¿El dinero es malo?, no, pero el amor al dinero si. ¿Los bienes son malos?, no, pero vivir sólo para ello sí. ¿Trabajar es malo?, no, la misma Biblia dice que el que no trabaja bueno es que no coma; es importante trabajar, pero lo malo es cuando el trabajo se convierte en tu vida, cuando ocupa el lugar que debería ocupar Dios, cuando haces de tu trabajo o de tus intenciones de querer dinero o bienes lo primordial en tu vida.
Hoy te invito a hacer de Jesús lo más importante en tu vida, pero no sólo de palabra, sino con acciones. Hoy quiero motivarte a tratar de ser rico en tu relación con Dios.
Dedícale tiempo a Dios, ora cada día, lee su Palabra, congrégate, obedece a Dios, ama a tu prójimo, ten misericordia de los demás como Dios la ha tenido contigo, no tengas mayor concepto de ti mismo que el que debes tener, pero sobre todo ama a Dios cada día y que tu vida sea un homenaje al Señor, que todo lo que hagas, hables, veas, oigas o pienses glorifique el nombre de Dios y que tu mente tenga como lo más importante de tu vida tu relación personal con Él.
Cuando nos decidimos a ser ricos en el Señor a través de lo espiritual, Dios se encargará de bendecirnos en lo material si así fuese su voluntad.

¡Seamos ricos espiritualmente y hagamos de Dios lo más importante en nuestra vida!