viernes, 15 de enero de 2016

Entrando en la dimensión del Reino de la Luz

“.. Dios es Luz, y no hay ningunas tinieblas en El…” 1 Juan 1:5
El deseo de Dios es trasladarnos del reino de las tinieblas al reino de la luz.
El conflicto está entre la luz y las tinieblas. Como dice el Apóstol Juan: En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella“. Juan 1:4, 5
La oscuridad se vuelve insustancial frente a la luz. No tengo que gritarle a la oscuridad para que se vaya cada vez que enciendo una lámpara de mi casa. En el momento que se manifiesta instantáneamente la luz, las tinieblas automáticamente desaparecen.
Ahora bien, si Jesús es la luz que mora dentro de nosotros, ¿por qué no desaparecen las tinieblas alrededor nuestro de forma inmediata? La respuesta es que aún una gran parte de la luz está velada, a causa de estructuras reales, que el diablo ha edificado en los hombres. Estos velos de oscuridad producen un efecto similar al de un foco que ha sido cubierto por un caparazón sólido alrededor de él. Una cosa va a ser entonces, la presencia de la luz en la vida de los que han sido hecho hijos de Dios, y otra cosa después, su manifestación visible a través de la vida del creyente.
Existen varios velos que necesitan ser revelados a través de la luz de Cristo:
El velo de la falta de revelación. 2 Corintios 4:4 en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. 2 Corintios 4:5 Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús. 2 Corintios 4:6 Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.
Las personas que no reciben a Cristo, no lo hacen porque no quieren, sino porque no pueden. Tienen un velo de ceguera que impide que la luz del evangelio les resplandezca.
También este velo impide que la palabra escuchada sea revelada en sus corazones, solo queda en sus mentes y a veces ni eso.

Disfruta el viaje

Todo ser humano tiene problemas, dificultades. No hablamos de problemas sencillos, se trata de situaciones serias en sus vidas. Si no tienes problemas, no le estás haciendo daño al enemigo.
Y¿qué haces cuando tienes problemas? Muchos dirán: leer la biblia, orar,... eso son solo respuestas religiosas.
El deleite de Satanás es ver a un hijo del Eterno enfadado, cansado, quejándose, murmurando, aburrido. Santiago 1: 2.3. (BT) “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os veáis cercados de diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia”.
“… Tened por sumo gozo cuando os veáis cercados de diversas pruebas…”. Es decir, que tu gozo sea máximo cuando estés en diversas pruebas.
“… Sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia”. Paciencia; consistencia. Si estás en prueba gózate, pero que este gozo esté al máximo. Porque la prueba en tu vida va a producir consistencia.
La consistencia te lleva a un nuevo nivel, en el que a pesar de la prueba, se mantiene el mismo gozo que sin ella.
Santiago 1:4. (BT) “Y dejad que la paciencia tenga su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna”.
La prueba te dio consistencia. Entonces, entraste a la prueba faltándote algo, pero si te gozas, vas a salir con lo que necesitabas.
Cuando entiendes lo que es gozo, sales de la prueba sin que nada te falte. Entras con algo que te faltaba, pero sales completo. ¿Por qué sucede esto?
Cuando el enemigo nos ataca injustamente, el Padre tiene el derecho de dar a sus hijos lo que les hace falta cuando ellos se gozan.
El Padre te dice: Gózate, porque si te gozas, el enemigo tiene que pagarte por cada golpe que te dio. La condición es gozarte, porque si no te gozas vas a salir incompleto, tal como entraste. Pero si te gozas vas a salir completo, más consistente.
Hebreos 12: 1-2. (BT) “Por lo cual también nosotros, teniendo alrededor nuestro una tan grande nube de testigos, desprendiéndonos de todo peso, y del pecado que nos asedia, corramos con paciencia la carrera que nos es puesta delante, puestos los ojos en Jesús, el Autor y Consumador de la fe; el cual, por el gozo puesto delante de Él, soportó la cruz, y despreciando el oprobio, se ha sentado a la diestra del trono de Dios”.

Mi Tiempo Personal Con Dios

“A SUS DISCÍPULOS SE LO EXPLICABA TODO EN PRIVADO”. (Marcos 4:34)

Un sondeo reciente corrobora lo que muchos sospechábamos: el estrés se incrementa a medida que el trabajo se apodera, cada vez más, de nuestro tiempo personal. La era de la electrónica no ha reducido la avalancha de correos electrónicos, memorandos, libros y periódicos que tenemos que leer para estar al día. Una ejecutiva de relaciones públicas que envía diariamente 400 emails, 20 mensajes de texto y hace unas 100 llamadas telefónicas, dice: “Anteriormente solía parar de trabajar cuando ya era tarde para hacer llamadas, pero ahora nunca acabo”. En la actualidad, vive en el campo detrás de una montaña porque allí no hay señal, y si algún día erigieran allí una antena para móviles, ella asegura que se mudaría otra vez.
Es fundamental planear tener un tiempo personal con Dios, pues de otra forma no se va a dar. Marcos dijo: “a sus discípulos se lo explicaba todo en privado”. Hay cosas que el Señor solo te va a revelar cuando “meditas en tu corazón” y callas” (ver Salmo 4:4). 
En el libro "Gran llamado, Gran Privilegio", su autor Gail MacDonald escribe: “Los antiguos ascetas del desierto solían regirse por un credo disciplinario: silencio, soledad y paz interior. Solo después de pasar largos períodos de tiempo escuchando se consideraban en capacidad de hablar. Hay una lógica extraña en muchos de los cristianos de hoy en día, que parece dar a entender que la renovación y la alimentación espirituales se encuentran cuando se buscan continuamente nuevas voces, se asiste a más reuniones, se escucha música sin parar y se reúne para intercambiar reflexiones, aunque sean poco elaboradas. ¿Cuántas veces caemos en la trampa de creer que agradamos más a Dios cuando optimizamos nuestra información, nuestros programas y nuestras relaciones? Desconectar de lo material conlleva estar en silencio delante de Dios, “es un tiempo de conversación celestial en el que escuchamos más de lo que hablamos. Y el silencio demanda soledad”. En resumen:
¡Necesitas tiempo personal con Dios!

Cómo orar correctamente

Juan 16:24  – Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.
Si Dios no escucha sus oraciones, es porque Él ve lo genuino de su ruego, la palabrería que no es sincera, o por el vocabulario que usa para dirigirse a Él. 
Jesús quiere que nosotros tengamos respuestas a nuestras oraciones. Pero el problema más grande de hoy en día es que muchos cristianos no oran, y si lo hacen, no saben orar correctamente.
En el tiempo que la nación de Israel tenía una gran necesidad de liberación, el pueblo oró y el Señor les dijo:
Isaías 41:21  – Alegad por vuestra causa, dice Jehová; presentad vuestras pruebas, dice el Rey de Jacob.
¿Qué es lo que Dios les estaba diciendo? Él quería que ellos le trajeran pruebas reales; en otras palabras, quería que ellos hablaran conforme a las promesas que Él había hecho a Israel en cuanto a su liberación.
Esto no era porque Él se hubiera olvidado, Él quería que ellos tuvieran muy buen conocimiento de sus promesas.
Dios está comprometido a su Palabra, Él nunca dice no a sus promesas.
2 Corintios 1:20 – porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.