miércoles, 28 de agosto de 2019

No dejes de creer

Creer, esperar, tener fe, palabras que se dicen simples y con mucha facilidad, pero que cuesta mucho tenerlas cuando se pasa por momentos realmente difíciles, cuando todo lo vemos desde la perspectiva más complicada y dolorosa. Muchos decimos que creemos, pero cuando se nos presenta una situación difícil nos damos cuenta que la medida de fe que decíamos tener, es mucho menor de lo que creíamos.
Puede que cansado de tanto esperar hayas dejado de creer; ha pasado tanto tiempo que hoy piensas que ya no vale la pena seguir esperando algo que no sabes si llegará, y por momentos puedes pensar que tu tiempo de espera está llegando al límite, pero ¿sabes qué?: DIOS TIENE EL CONTROL DE TODO, no hay nada que se le escape, ni siquiera el más mínimo detalle. Aunque ahora no lo estés viendo, Él está haciendo su parte, está obrando, pero no puedes dejar de hacer la tuya, y ésa es NO DEJAR DE CREER.
A veces estamos muy cerca de lograr llegar al fin de nuestra situación, pero como ya ha pasado tanto tiempo y tantas cosas, nos sentimos cansados de creer, nos desesperamos y creemos todo lo que nuestros pensamientos nos dicen; escuchamos las opiniones de los demás, vemos lo que le ha sucedido a otras personas en nuestra misma situación, o simplemente vemos que las cosas no mejoran, y terminamos por creer todo menos lo más importante, LO QUE DIOS ESTÁ HACIENDO.

Mire más Allá

Cierta vez un hombre se acercó a una construcción y observó a tres individuos que sacaban paladas de tierra de una zanja. Le preguntó al primer hombre qué estaba haciendo. Este se enderezó y respondió lo que para él era evidente: estoy cavando una zanja.
Resultado de imagen de Mire más Allá, al objetivoSe acercó al segundo obrero y le preguntó lo mismo. La respuesta fue apenas un poco más amable: Trabajo para vivir, solo eso… Para alimentar a mi esposa e hijos.
Cuando le preguntó al tercer hombre qué hacía, este respondió con énfasis y una actitud positiva: Vea señor, estoy construyendo parte de una serie de canales de irrigación, que convertirán este árido valle en una rica zona cultivable que producirá alimentos para combatir el hambre en el mundo.
Mire más allá de las tareas aparentemente insignificantes y de los errores mínimos de hoy, y concéntrese en la totalidad del cuadro, en lo que finalmente sirve a los demás. Hallará mayor satisfacción en el yugo diario, si se considera un creador de joyas para la corona del Señor en vez de un simple pulidor de rocas.
Uno debe tener objetivos a largo plazo para evitar la frustración de los errores a corto.
Aunque la visión tarda en cumplirse, se cumplirá a su tiempo, no fallará. Aunque tarde, espérala, porque sin duda vendrá, no tardará. Habacuc 2:3
 

Necesidad de Dios

“Respondió ella y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos. Entonces le dijo: Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija”.
Marcos 7: 28-29
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Con necesidad urgente de una intervención divina se acercó esta mujer a Jesús. Era preciso e importante que ella consiguiera que Jesús la escuchara y la ayudara en ese momento tan difícil que estaba atravesando. Su querida hija estaba siendo atormentada por demonios. Aparte de Jesús, nadie podía hacer nada; por eso ella tomó la decisión de allegarse ante el único que tenía la potestad de hacer el milagro que tanto necesitaba para su hija.
Todo el panorama le era adverso. La agonía y el infierno que debió haber vivido ella no tenían comparación. Requería de la gracia de un hombre al que no conocía, necesitaba el favor del que había escuchado por doquier que hacía grandes milagros. Porque sucede que cuando una mujer se decide a hacer algo por sus hijos, no descansa hasta lograrlo. Cuánto más haría una madre amorosa y desesperada de ver a su hija siendo atormentada y poseída por huestes malignas. Así que emprendió su viaje revestida de una armadura invisible pero poderosa: SU FE. Sabía que no podía llegar nuevamente a su casa sin recibir la liberación de su hija.