domingo, 17 de marzo de 2013

¿Cuál es para mí la religión verdadera? - Preguntas y respuestas bíblicas - Vídeo

Respuesta: Los restaurantes de comida rápida nos tientan al permitirnos seleccionar nuestra comida exactamente como queremos. Algunas cafeterías alardean acerca de cientos de sabores diferentes y variaciones de café. Incluso cuando compramos casas y coches, podemos buscar una/o con todas las opciones y características deseadas. Ya no vivimos en un mundo de sota, caballo y rey, un mundo establecido. ¡La selección es el rey! Usted puede encontrar casi todo lo que quiera, de acuerdo a sus propios gustos y necesidades personales.

Así que, ¿qué le parece una religión que sea justamente la adecuada para usted? ¿Qué le parece una religión libre de culpa, que no haga demandas, y que no esté cargada de un montón de reglas molestas de lo que uno debe o no debe hacer? Está ahí, justamente ahí, pero ¿es la religión algo que puede ser escogido como un sabor favorito de helado?

Hay un montón de voces compitiendo por y para nuestra atención, entonces ¿por qué uno debería considerar a Jesús superior a, digamos..., Mahoma, Confucio, Buda, etc.? Después de todo, ¿no conducen todos los caminos al cielo?, ¿no son todas las religiones básicamente iguales? La verdad es que no todas las religiones conducen al cielo, así como no todos los caminos conducen a Roma.

Sólo Jesús habla con la autoridad de Dios, porque sólo Jesús venció la muerte. Mahoma, Confucio, y los otros, se desmoronan en sus tumbas hasta hoy mismo, pero Jesús, por Su propio poder, abandonó la tumba tres días después de morir sobre una cruel cruz romana. Cualquiera que tenga el poder sobre la muerte, merece su atención. Cualquiera que tenga el poder sobre la muerte merece ser escuchado.

El vuelo – Personas que nos rodean - Reflexiones - vídeo

El 14 de Octubre de 1998, en un vuelo trasatlántico de una línea aérea, tuvo lugar el siguiente suceso: 
A una dama la sentaron en el avión al lado de un hombre de raza negra.
La mujer pidió a la azafata que le cambiara de sitio, porque no podía sentarse al lado de una persona tan desagradable.
La azafata argumentó que el vuelo estaba muy lleno, pero que iría a revisar a primera clase para ver si podía encontrar algún lugar libre.
Todos los demás pasajeros observaron la escena con disgusto. No sólo por el hecho en sí, sino por la posibilidad de que hubiera un sitio para la  mujer en primera clase.
El pobre hombre quedó incómodo y cohibido por la reacción de su compañera de fila, pero tuvo la educación de no hacer un escándalo.
El clima en la cabina era de total tensión, pero la señora se mostraba feliz y hasta triunfadora, porque la iban a quitar de ese sitio y ya no estaría cerca de aquella persona.
Minutos más tarde regresó la azafata y le informó a la señora:
- Discúlpeme señora, todo el vuelo está lleno... Afortunadamente, encontré un lugar vacío en primera clase. Me demoré unos instantes porque, para poder hacer este tipo de cambios, le tuve que pedir autorización al capitán. Él me indicó que no se podía obligar a nadie a viajar al lado de una persona tan desagradable y que  me autorizaba el cambio.
Los pasajeros no podían creer lo que escuchaban, pero ya la señora con cara de triunfo, empezó a levantarse de su asiento.

La Noche Más Larga - Familia

Era un 6 de mayo como cualquier otro y mi esposa iba tranquila a su cita de control; tenía 6 meses y medio de embarazo. Se hallaba relajada y contenta. No sospechaba que segundos después de atravesar la puerta del consultorio, su ginecóloga le diagnosticaría una severa eclampsia y ordenaría su hospitalización inmediata.
Toda aquella noche entraban y salían enfermeras del cuarto con medicamentos para mi esposa, y monitoreando los latidos del bebé. La situación era desesperante… no había mejoría.  La angustia de mi esposa tampoco ayudaba a su condición. El Señor nos trajo aliento aquella madrugada, en medio de la oscuridad del cuarto, por medio de un sencillo cántico que entonamos con cierto temor: “…cuando pases por los ríos, estos no te anegarán, aunque pases por el fuego, no te quemarás…”.  Esa noche no dormimos y al llegar la mañana, la doctora me dijo en privado que iban a tratar de salvar a mi esposa, pero que la vida de Andrea Sofía podría llegar a su fin tras tantas semanas en el vientre de su madre.
Los médicos esperaban lo peor, por lo que se me impidió entrar al quirófano. Mi esposa y yo habíamos soñado estar juntos en el momento del alumbramiento, pero en ese momento ella se sintió más sola que nunca. La doctora nos contó que la presión de mi esposa subió tanto que esperaron lo peor. Sin embargo, al sacar al bebé se dieron cuenta de que estaba viva, si bien delicada por la falta de desarrollo de sus pulmones.

Me Pregunto... ¿A Quién Me Parezco? - Devocional

Hoy… me pregunto, ¿a quién me parezco? 
Sus descendientes serán conocidos entre las naciones, y sus vástagos, entre los pueblos.  Quienes los vean, reconocerán que ellos son descendencia bendecida del Señor. Isaías 61:9 NVI.
delicados-parezco11bSon sorprendentes las características físicas propias de cada raza, los rasgos de la cara e incluso el pelo son de determinada manera en cada una. Pero no sólo los que pertenecen a una misma etnia se parecen en el físico, sino que todos se identifican con sus costumbres y predilecciones, comparten la historia del lugar y su cultura; esto le da pertenencia y relevancia.
En muchas ocasiones se puede saber de dónde es una persona sólo al ver su rostro, como está vestido o la manera en que se desenvuelve, porque la cultura de un lugar se respira desde el nacimiento.
¿De dónde venimos?  ¿A qué lugar pertenecemos?  ¿Cuál es nuestra familia?  La Biblia dice que aquellos que han sido sanados y rescatados por el amor y la gracia de Dios, también sus descendientes, serán reconocidos donde estén porque pertenecen a la familia de Dios.
Parece que nuestros rasgos, nuestra forma de ser y nuestras predilecciones se parecen a los de nuestra familia. Y así será en adelante, nuestros hijos serán identificados como una descendencia bendita, porque ellos han sido testigos de nuestra sanidad y reciben bendición a través nuestro.
Dejemos que Dios nos sane, no perdamos el tiempo porque los nuestros se parecerán a nosotros.  Pero nosotros, ¿a quién nos parecemos?
Señor, pertenezco a tu familia, ayúdame a parecerme cada día más a ti, quiero que mis hijos sean benditos también. 

El Canasto de Carbón – La obra de Dios en nuestras vidas - Vídeo

Se cuenta la historia de un anciano que vivió en una granja en las montañas de Kentucky oriental con su nieto.
Cada mañana, el abuelo se sentaba temprano en la mesa de la cocina para leer su vieja y estropeada Biblia.
Su nieto, que quería ser tal como él, intentó imitarle de cualquier manera. 
Un día el nieto preguntó, "Abuelo, yo intento leer la  Biblia, me gusta, pero yo no la entiendo,  y lo que logro entender se me olvida en cuanto cierro el libro.
¿Qué hay de bueno en leer la Biblia?                         
El abuelo, calladamente, dejó de echar carbón en la estufa y dijo:
"Baja el canasto de carbón y ve al río y tráeme un canasto de agua." 
El muchacho hizo tal y como su abuelo le dijo, aunque toda el agua se salió antes de que él pudiera volver a la casa. 

El abuelo se rió y dijo, "Tendrás que moverte un poco más rápido la próxima vez”.
Y le envió nuevamente al río con el canasto para intentarlo de nuevo.
Esta vez, el muchacho corrió más rápidamente, pero de nuevo el canasto estaba vacío antes de que llegara de vuelta a casa.
Ya sin respiración, le dijo a su abuelo que era imposible llevar agua en un canasto," y  fue a conseguir un  balde a cambio.
El anciano dijo: "yo no quiero un balde de agua”, yo quiero un canasto de agua.
Tú puedes hacerlo.  Sencillamente, que no estás intentando lo suficiente," y salió a la puerta para mirar la prueba del muchacho de nuevo. 
A estas alturas, el muchacho sabía que era imposible, pero quería demostrar a su abuelo que aún cuando corriese tan rápido como pudiera, el agua se saldría antes de que llegase a casa.
El muchacho sacó el agua y corrió muy deprisa, pero cuando llegó donde su abuelo, el canasto estaba de nuevo vacío.
Ya sin poder respirar, dijo; 
 "¡Mira abuelo, es inútil!" 
"¿Por qué piensas que es inútil"? dijo el anciano,
"Mira dentro del canasto".
El muchacho miró el canasto, y por primera vez comprendió que el canasto parecía diferente. 
En lugar de un sucio canasto carbonero, estaba limpio. 
"Hijo, dijo el abuelo, esto es lo que pasa cuando tú lees la Biblia. Tal vez no puedas entender o recordar todo, pero cuando la lees, te cambia el interior.

Ésa es la obra de Dios en nuestras vidas.  Para cambiarnos desde adentro y lentamente transformarnos en la imagen de Su Hijo." 
“En efecto, la palabra de DIOS es viva y eficaz, más penetrante que espada de doble filo, y penetra hasta donde se dividen el Alma y el Espíritu, los huesos y los tuétanos, haciendo un discernimiento de los deseos y los pensamientos más íntimos”. 
Hebreos 4, 12.

Que Dios te bendiga