“Pero por la gracia de Dios soy lo que soy”
(1 Corintios 15:10)
Su asombro es entendible. Un chico normal, nacido en una granja lechera de Charlotte, Carolina del Norte, tiene pocas probabilidades de evangelizar a cientos de millones de personas. De hecho, según la asociación Billy Graham, más de 3,2 millones de personas han aceptado a Jesús, a través de las campañas del campesino convertido en predicador. Ha asesorado espiritualmente a doce administraciones presidenciales desde Truman hasta Obama. Su aporte a la evangelización mundial es invaluable. Desde su conversión a los 16 años hasta hoy, Graham ha predicado a Jesús ininterrumpidamente. No obstante, afirma no ser merecedor de dicha tan grande.