martes, 27 de octubre de 2015

El hombre que tenía mucho

Había una familia que no era ni rica ni pobre. Vivían en una pequeña casa de campo de Ohio. Una noche se sentaron juntos para cenar y alguien tocó la puerta. El padre se acercó a abrir.
Ahí estaba un hombre viejo con la ropa desgarrada, los pantalones rotos y sin botones. Cargaba con una cesta llena de verduras, y le preguntó a la familia si querían comprarle algunas. Ellos aceptaron porque querían que se fuera rápido.
Con el paso del tiempo, la familia y el hombre viejo se hicieron amigos. El hombre traía verduras cada semana a la familia. Pronto se percataron de que él era ciego y que tenía cataratas en los ojos. Pero era tan amistoso que esperaban ansiosamente sus visitas y hasta gustaban de disfrutar de su compañía.
Un día, mientras les entregaba las verduras, dijo:
– ¡Ayer tuve la bendición más grande! Encontré una cesta de ropa afuera de mi casa que alguien me dejó.
La familia, sabiendo que él necesitaba ropa, dijo:
-¡Qué maravilloso!
El hombre viejo y ciego, dijo:
– Lo más maravilloso es que encontré una familia que verdaderamente necesitaba esa ropa.
Recuerda, la felicidad no depende de lo que tienes.
Juan 10:10
yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

Toda recompensa requiere esfuerzo

Puede que pienses que nadie sabe por lo que has estado pasando últimamente, o que tendrían que ver realmente lo que has vivido para comprender lo que hoy sientes. Pedirte que luches es como pedirte que sigas manteniendo el sentimiento de dolor que quizá estás experimentando, y a veces parece mejor rendirse que seguir luchando por algo que no sabes cuando llegará.
A veces solo nos dedicamos a pensar que Dios hará todo lo que le pedimos, pero nos olvidamos de que también debemos poner de nuestra parte, es decir, sí, Dios nos dará la victoria final, pero toda recompensa requiere un esfuerzo.
Yo te pido que seas fuerte y valiente, que no te desanimes ni tengas miedo, porque yo soy tu Dios, y te ayudaré por dondequiera que vayas. Josué 1:9 (Traducción en Lenguaje Actual)
Si leíste con atención este verso de La Biblia, Dios le estaba diciendo a Josué que estaba con él y le ayudaría, pero le pedía que fuera fuerte y valiente, le estaba diciendo que estaría con él, pero al mismo tiempo le pedía esfuerzo y valentía. Para Dios no es difícil ayudarnos, pero si de algo se agrada es de aquellos que luchan por merecer lo que tiene para entregarles.
Aunque es cierto que Dios tiene el control y la respuesta para todas las cosas, también hay que esforzarnos y luchar para obtener su ayuda. ¿Como lo haremos?, esforzándonos por merecer lo que le estamos pidiendo, no solamente cruzándonos de brazos esperando a que nos responda; en ocasiones la lucha es con nosotros mismos, con nuestros temores y todo eso en lo que pensamos, lo cual nos hace creer que Dios no nos responde.

Tal vez tu respuesta está ahí, esperando que te esfuerces por alcanzarla. Quizás está más cerca de lo que has creído, pero tus inseguridades y temores te han alejado de ella; no dejes que se lleve más tiempo, esfuérzate por alcanzar tu bendición, anímate y prepárate para ser merecedor de todo lo que Dios tiene para entregarte y recuerda: toda recompensa requiere esfuerzo.


Vive el Presente y deja de Preocuparte por el Pasado

                     "Y El Señor dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado
                       mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios". (Lucas 9:62)



Tal como nos enseña la escritura "el día de mañana tendrá sus propias preocupaciones". Muy posiblemente, los seres humanos nos preocupamos más por el día de ayer que por el de mañana. Muy a menudo, nos encontramos charlando con otros sobre este tipo de cosas: "Cuánto me gustaría que mi vida fuera como antes", "qué buenos tiempos fueron aquellos", "... si pudiera volver a ser joven", "lo que daría por regresar al pasado y no cometer ese error".

A Dios no le agrada, en absoluto, que estemos todo el tiempo mirando a nuestro pasado, y sobre todo cuando lo hacemos para recordar cosas que nos hacen daño y que no nos permiten disfrutar del presente. "La vida es para tirar para ade
lante, para  atrás.. ni para tomar impulso". Tenemos que estar atentos, pues el Diablo buscará desanimarnos a cada momento, y si le abrimos las puertas con este tipo de reflexiones negativas, él, con mucho gusto, nos recordará aquellas cosas que perdimos que ya no podremos recuperar. Nuestro enemigo es un especialista en hacernos añorar lo que ya no volveremos a tener, y en que pensemos una y otra vez, en todo lo que no podremos cambiar, pero claro, como vimos antes, él actúa solo si le abrimos las puertas. 

¿Es Dios real? ¿Cómo puedo saber con seguridad que Dios es real?

Sabemos que Dios es real porque se nos ha revelado de tres maneras: en la creación, en Su Palabra y en Su Hijo, Jesucristo.
La prueba más fundamental de la existencia de Dios está simplemente en lo que Él hizo. “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que (los no creyentes) no tienen excusa” (Romanos 1:20). “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de Sus manos” (Salmos 19:1).

Si encontrara un reloj de pulsera en medio de un campo, no asumiría que simplemente “apareció” de la nada o que siempre existió. Basado en el diseño del reloj, asumiría que tenía un diseñador. De la  misma forma, yo veo un diseño y una gran precisión alrededor de nosotros en el mundo. Pero nuestra medida del tiempo no está basada en los relojes de pulsera sino en la obra de las manos de Dios, como la rotación regular de la tierra y las propiedades radiactivas del átomo 133 de cesio. El universo despliega un grandioso diseño, y esto alega un Grandioso Diseñador.


Si encontrara un mensaje codificado, buscaría un criptógrafo que me ayudara a descifrar el código. En principio, supondría que hay un transmisor inteligente del mensaje, alguien que creó el código. ¿Cuán complejo es el “código” del ADN que llevamos en cada célula de nuestros cuerpos? ¿La complejidad y propósito del ADN no alegan un Escritor Inteligente del código?

Dios no solamente ha hecho un mundo físico complejo y finamente armonizado. Él también ha inculcado un sentido de eternidad en el corazón de cada persona (Eclesiastés 3:11). La humanidad tiene una percepción innata de que en la vida hay más de lo que el ojo capta, una existencia superior a esta rutina terrenal. Nuestro sentido de la eternidad se manifiesta de al menos dos formas: legislación moral de la ley y adoración.