jueves, 13 de agosto de 2020

¿Condena la Biblia la esclavitud?

La Biblia....Mentiras: La esclavitud en la BibliaExiste la tendencia de considerar la esclavitud como algo del pasado. Pero se estima que hoy en día hay más de 27 millones de personas en el mundo que están sujetas a la esclavitud: trabajos forzados, comercio sexual, propiedad hereditaria, etc. Tal como aquellos que han sido redimidos de la esclavitud del pecado, los seguidores de Jesucristo deben ser los principales defensores de la eliminación de la esclavitud humana en el mundo de hoy. La pregunta que surge, sin embargo, es: ¿por qué la biblia no se pronuncia enérgicamente en contra de la esclavitud? ¿Por qué la biblia, de hecho, parece apoyar la práctica de la esclavitud humana?

La biblia no condena específicamente la práctica de la esclavitud. Da instrucciones de cómo deben ser tratados los esclavos (Deuteronomio 15:12-15; Efesios 6:9; Colosenses 4:1), pero no la prohíbe del todo. Muchos ven esto como si la biblia permitiera todas las formas de esclavitud. Pero lo que mucha gente no entiende es que la esclavitud en los tiempos bíblicos, era una forma de esclavitud muy diferente a la que se practicaba en los siglos pasados en muchas partes del mundo. La esclavitud en la biblia no estaba basada en la raza. La gente no era esclavizada por su nacionalidad o por el color de su piel. En los tiempos bíblicos, la esclavitud era más bien un estatus social. La gente se vendía como esclavos cuando no podían pagar sus deudas o mantener a sus familias. En los tiempos del Nuevo Testamento, algunas veces los doctores, los abogados e incluso políticos eran esclavos de alguien más. De hecho, algunas personas elegían ser esclavos para tener cubiertas todas sus necesidades por sus amos.

Sin embargo, la esclavitud de los siglos pasados con frecuencia estaba basada exclusivamente en el color de la piel. En Estados Unidos, la gente negra era considerada como esclava por su nacionalidad; muchos dueños de esclavos realmente creían que las personas negras eran “seres humanos inferiores” a la gente blanca. La biblia condena la esclavitud basada en la raza, ya que enseña que todos los hombres son creados por Dios a Su imagen y semejanza (Génesis 1:27). Al mismo tiempo, el Antiguo Testamento permitió la esclavitud basada en la economía y la reguló. El punto clave es que la esclavitud permitida en la biblia de ninguna manera se asemeja a la esclavitud racial que plagó nuestro mundo en los siglos pasados.

Además, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento condenan la práctica del "robo de hombres", que es lo que ocurrió en África en el siglo XIX. Los africanos fueron acorralados por cazadores de esclavos, quienes los vendieron a traficantes de esclavos, que los trajeron al Nuevo Mundo para trabajar en plantaciones y granjas. Esta práctica es aborrecible para Dios. De hecho, la pena por tal crimen en la Ley de Moisés era la muerte: "Asimismo el que robare una persona y la vendiere, o si fuere hallada en sus manos, morirá" (Éxodo 21:16). De manera similar, en el Nuevo Testamento los traficantes de esclavos se mencionan entre aquellos que son "impíos y pecadores", y están en la misma categoría que aquellos que matan a sus padres o madres, asesinos, adúlteros y pervertidos, mentirosos y perjuros (1 Timoteo 1:8-10).

Otro punto crucial es que el propósito de la biblia es señalar el camino a la salvación, no reformar la sociedad. Con frecuencia la biblia aborda temas desde adentro hacia fuera. Si una persona experimenta el amor, la misericordia y la gracia de Dios, recibiendo Su salvación, Dios reformará esa alma, cambiando su forma de pensar y actuar. Una persona que ha experimentado el don de la salvación de Dios y la libertad de la esclavitud del pecado, mientras Dios transforma su alma, se dará cuenta de que el esclavizar a otro ser humano es malo. Podrá ver como Pablo, que un esclavo puede ser "como hermano amado...en el Señor" (Filemón 1:16). La persona que realmente ha experimentado la gracia de Dios, reflejará también esta gracia hacia otros. Esa podríaser la receta de la biblia para la terminación de la esclavitud.

El propósito de Dios

Toda persona que conozca un poco la biblia sabe quién fue Pablo. Pero por si alguna duda de este personaje existe, aquí van algunos datos generales interesantes: fue el mayor autor de los libros del nuevo testamento; hizo una serie de viajes misioneros por muchos lugares abarcando gran parte del mundo; fue un perseguidor de la iglesia. 
Realmente la historia de Pablo no tiene mucho sentido. Un día es un perseguidor que envía a prisión a los cristianos, incluso consiente en la muerte de ellos (Hechos 8:1). Y al otro día es un apóstol de Cristo que predica el mensaje de salvación por todo el mundo. ¿Qué llevó a Pablo a este cambio de vida tan radical?

Principios Eternos: ¿COMO LLEGO AL PROPOSITO DE DIOS EN MI VIDA?Pablo el perseguidor

En Hechos 8:1-3 leemos cómo Pablo consentía en la muerte de Esteban y perseguía a aquellos que se atrevieran a predicar el nombre de Jesús. La biblia dice que Pablo iba casa por casa y sacaba arrastrando a hombres y mujeres para llevarlos a la cárcel. El único delito que estas personas habían cometido fue creer que Jesús es Dios y que su sacrificio reconcilió a la humanidad con el Creador.
Pablo, como asolador de la iglesia era muy bueno. Buscaba a los cristianos donde fuera, tenía un propósito que cumplir y no se detendría hasta alcanzarlo. Hacía muy bien su trabajo, tenía el permiso para hacerlo. Lo disfrutaba. Un hombre determinado a acabar con los cristianos, y de seguir con su trabajo probablemente hubiera hecho un gran daño a la iglesia de Cristo. 

Su conversión

Estando Pablo haciendo su trabajo, yendo por el camino; cuando Dios decide que es tiempo de cambiar ese trabajo que hacía tan bien, por otro que haría por el resto de su vida. Por voluntad de Dios, Pablo pasó de ser un perseguidor de los cristianos a un cristiano nacido de nuevo.
El mensaje llegó a Pablo, Jesús mismo le habla y en lugar de rechazarlo se rinde ante Él y preguntaqué quieres que yo haga” (Hechos 9:6). Cuando verdaderamente conocemos a Dios, no importa nada de nuestra vida pasada.

Dios tiene el control

Los planes de Dios son perfectos

La historia de Ester nos deja una serie de enseñanzas que nos ayudarán a aumentar nuestra fe y confianza en Dios. Aprendemos al leer el libro de Ester cómo, a través de una serie de circunstancias adversas, Ester llegó a ser reina.
MIGAS de PAN en el camino: DIOS tiene el control de todoPodría parecer que la vida de esta mujer, huérfana, no iba a trascender las esferas de su sociedad. Porque a veces parece que nuestras circunstancias no son lo suficientemente buenas para que podamos lograr algo sobresaliente en la vida. Creemos que nuestras circunstancias actuales determinan qué debemos hacer y cómo debemos vivir, sin esperanza y sin metas ambiciosas que perseguir.
Pero Dios tiene un plan para nuestra vida más allá de nuestras circunstancias actuales. Dios tiene un plan perfecto que se basa en su poder y gloria, y no en nosotros. Los planes de Dios son perfectos. Pongámonos en las manos de Dios y que nuestros planes estén delimitados por su voluntad, cumplamos el plan de Dios. 
¿Acaso habrá algo que se escape de la sabiduría de Dios? Nada se escapa de su control. Él todo lo puede hacer, y aunque no veamos nosotros el cuadro completo, debemos estar seguros que lo que al final obtendremos en Dios será maravilloso.

Los planes del enemigo son estorbados 

Nuestras circunstancias pueden no ser favorables, y a pesar de eso los planes del enemigo van contra nuestra vida para que no alcancemos la voluntad de Dios. Los ataques del enemigo contra nuestra vida pueden acrecentarse cuando estamos encaminados en nuestra búsqueda de Dios, pero es justo en medio de esos ataques cuando más debemos refugiarnos en Dios. No debemos salir corriendo e intentar luchar con nuestras armas sin Dios, es lo peor que podríamos hacer. En lugar de eso debemos buscarlo con ahínco y depender solo de Él.
La biblia nos motiva también a resistir los ataques del enemigo. Dios nos provee de herramientas para poder enfrentar en Él esos ataques que ciertamente vendrán, pero no nos podrán destruir porque es mayor el que está en nosotros. No importa lo difícil que sea la prueba y los ataques del maligno; si los enfrentamos en Dios no nos podrán hacer ningún daño.