viernes, 6 de septiembre de 2019

No te quedes en el “¿Por Qué?”

“Su espina dorsal quedó fija en posición de un ángulo recto, como una bisagra herrumbrada. Los músculos de su espalda se anudaron para ayudar a soportar el peso de tan severa curvatura y los nervios dorsales quedaron aprisionados entre las vértebras mal alineadas”.
La mujer encorvada estuvo así durante dieciocho años. ¿Cuántas veces se habría preguntado por qué?  Pero saber el por qué no sirve para nada, no te consuela ni te alivia. Uno tiene que seguir caminando para saber el qué voy a hacer con eso (las luchas); los que se quedan en el por qué tienen un deje de culpa interna. La lucha tiene que salir, tiene que haber un momento que saltemos al qué voy a hacer con lo que me pasa, ésa es la pregunta.
por que¿Cómo logró su sanidad esa mujer? Porque ella, aún encorvada y todo, SIEMPRE CAMINABA CON DIOS.
Hay gente que les pasó de todo y ahora están mejor que antes, a eso se llama resiliencia: consiste en aquellos recursos que tienen las personas pero que desconocen, hasta que pasan por una situación traumática, y no solo la atraviesan sino que la superan, son transformados y aun son capaces de ayudar a otros.
Los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán”. Isaías 40;31
Los que confían volarán; tendrán fuerzas para atravesar las crisis. Las águilas buscan donde vieron el sol la última vez; tú tienes que volar y pensar dónde viste a Cristo la última vez.
“Correrán”: correrás la carrera y alcanzarás los premios; tendrás fuerzas para correr. Pablo corrió la carrera y la ganó. Donde otros abandonan, las fuerzas de Dios te van a acompañar.
“Caminarán”: después que vuelas y corres no quieres caminar, pero es lo más importante. Si yo camino con Dios, sé volar y sé correr. Lo que nos habla de comunión. Isaías lo pone al final: APRENDE A CAMINAR CADA DÍA A SOLAS CON DIOS.
Caminar media hora al día te mejora los huesos, te oxigena. Quizá ahora estés sentado, pero estás caminando porque estás en comunión con el Señor. Puedes volar en muchas tormentas y tener muchos premios, pero lo que te va a sostener es tu caminar con Dios; tu relación con Él.
Cuando caminas con Dios, Él te va a tratar de una manera específica, no hay fórmulas, solo tienes que aprender que Dios te trata a ti. Nadie siente tu dolor, nadie puede entender lo que te pasa, sólo tú y el Señor. Dios tiene un trato privado con cada uno y eso viene por caminar.

¿Y qué?

question sky
 ¿Y qué si los demás lo hacen?
¿Y qué si no tiene remordimientos de conciencia como tú?
¿Y qué si ellos viajan solos sin haber pactado su amor ante Dios?
¿Y qué si tú no lo haces?
¿Y qué si ellos sonríen y dicen que son responsables de su sexualidad?
¿Y qué si ellos no lloran?
¿Y qué si para ellos mentir a sus padres es normal?
¿Y qué si ellos parecen ser felices haciendo lo que hacen?
¿Y qué si no eres como ellos?
¿Y qué si eres diferente?
¿Y qué si ahora se burlan de ti por vivir castamente?
¿Y qué si te dicen que muy malo puede ser?
¿Y qué si todo les sale bien?
¿Y qué si tú ya te cansaste de ir a hoteles y tener miedo a la fertilidad?
¿Y qué si llevas años con tu novio?
¿Y qué si no eres como las(os) demás?
¿Y qué si ellos no honran a Dios?
¿Y qué si ellos soportan todo por “amor”?
¿Y qué si ellos dicen que es normal?
¿Y qué si ellos conviven antes de casarse?
¿Y qué si él dice amarte y que ahora tú lo quieres dejar por algo natural?
¿Y qué si él decide acostarse con otra porque se siente solo?
¿Y qué mi querido hermano(a)?
Si ellos no estarán el día en que usted cumpla sus sueños gracias a Dios
Si ellos no gozarán de esa paz que usted tanto necesita
Si ellos quieren tomar el riesgo de jugar al amor
Si ellos creen que son grandes y que el honrar a papá y a mamá está fuera de moda
Si ellos no sonreirán como usted lo hará el día en que se haya dado cuenta que se ha convertido en un verdadero hombre o mujer.
Si ellos no tendrán los lazos que ahora usted quiere formar
Si ellos no encontrarán un amor digno de su amor.
Si ellos no estarán el día en que tenga a su amado(a) frente a frente
diciendo: te honraré todos los días de mi vida y después de estos.
NO IMPORTA CUÁNTO INTENTES ENTENDER COMO ELLOS SE PUEDEN SENTIR TAN BIEN Y TÚ NO. NO INTERESA QUE TODOS LO HAGAN Y QUE TÚ TE SIENTAS COMO UN ANORMAL; NO LO ERES, TÚ ERES ESPECIAL, SENCILLAMENTE DIFERENTE Y NO COMO LOS DEMÁS.
NO TE CORTES LAS ALAS DIGNAS DE SER APRECIADAS Y SER BIEN CUIDADAS, NO TE CORTES LAS ALAS PARA TENER A CAMBIO UN PAR DE BRAZOS DE PALO QUE NO SIENTEN, RESPIRAN Y AMAN. NO TE CONVIERTAS EN ELLOS PORQUE ELLOS YA SON MUCHO. Y SÍ, TÚ PERTENECES A UN GRUPO MINORITARIO, PERO NO POR ELLO SIN VOZ, SIN VIDA, SIN DIGNIDAD, SIN VERDAD.
NO TE TORTURES MÁS PENSANDO COMO ELLOS PUEDEN Y TÚ NO, NO LLORES MÁS PENSANDO QUE QUIZÁS DEBISTE AGUANTAR O CONFIAR MÁS. NO AMIGO, AMIGA POR TU DIGNIDAD, POR AMOR A DIOS, POR AMOR A TUS PADRES, POR AMOR AL AMOR QUE ES DIOS RESPÉTATE, QUIÉRETE, VALÓRATE Y NO TE ENGAÑES MÁS.

Los bolsillos de Lincoln

Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación. Romanos 15;2.
La noche en que el presidente de los Estados Unidos Abraham Lincoln fue asesinado, tenía en sus bolsillos lo siguiente: unas gafas, un paño para ellas, una navaja, una leontina (cadena del reloj), un pañuelo, una billetera de cuero con cinco dólares de los Estados Confederados, y ocho recortes de periódicos, de los cuales varios lo elogiaban a él y sus políticas.
¿Qué haría el billete confederado en el bolsillo del presidente? En fin... , todos necesitamos ánimo… ¡incluso un gran líder como Lincoln!
¿Conoces a alguien que necesita aliento? ¡Todo el mundo! Mira a tu alrededor. No hay nadie dentro del alcance de tu vista que esté tan seguro de sí como parece. Todos estamos a un fracaso, a un comentario malicioso o a un mal día de distancia de dudar de nosotros mismos.

¿Qué tal si todos obedeciéramos el mandato de Dios en Romanos 15:2: «Cada uno de  nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación»? ¿Y si decidiéramos hablar «dichos suaves» que son «suavidad al alma y medicina para los huesos» (Proverbios 16:24)? ¿O si escribiéramos esas palabras para que los amigos las releyeran y disfrutaran? Entonces todos tendríamos notas en los bolsillos (¡o en nuestros teléfonos!). Y así nos pareceríamos más a Jesús (Romanos 15:3).
Alguien podría necesitar hoy que lo alientes. ¿Quién?
Lo mejor que podemos hacer es alentar a otros con nuestras palabras, acciones y compañía.