“Si no sabes hacia donde vas, nunca sabrás cuándo llegarás”.
Éxito es una palabra controvertida para las personas, pues muchas lo anhelan y sin embargo no hacen nadan para lograrlo porque piensan que no han nacido para ganar. Se han vuelto conformistas y derrotistas con frases como “Nunca lo voy a lograr”, “Soy incapaz”, “Nadie me entiende”, “Quién se va a fijar en mi”, “No tengo dinero”, entre otras.
Pero el éxito no depende de la suerte o la magia del destino. Dios lo diseñó a usted para que sea exitoso, y por supuesto hay pasos que cumplir para que esto ocurra. Jesús fue exitoso en su ministerio y en su obra; el hecho más sobresaliente es que Él resucitó, venció a la muerte y pide al Padre por nosotros para que tengamos éxito en la tierra.
Ahora bien, no confunda éxito con fama, dinero, poder, porque hay mucha gente que tiene eso pero no es feliz. El éxito es más que eso, tiene que ver con que al final de tu vida amaste a Dios, a tú cónyuge, a tus hijos, dejaste un legado y disfrutaste la vida al máximo. Una pregunta que le puede ayudar es: ¿Cómo seré recordado después que muera?
La gente exitosa es aquella que ha aprendido a aplicar consistentemente las leyes de Dios en sus vidas, y ha descubierto su potencial para bendecir a otros mientras él también se beneficia.
Uno de los pasos para el éxito es la fijación de metas.
Las metas son importantes, le llevan al lugar donde quiere llegar. En un estudio que realizó la Universidad de Harvard a sus estudiantes, hallaron que solo el 3% de las personas tenían metas por escrito acompañadas de un plan de acción, y al cabo de diez años contactaron nuevamente con estas personas, y el resultado fue que eran exitosas en lo que hacían.
Muchos no se fijan metas porque no han aceptado aún la responsabilidad personal de sus vidas, y aún le temen al fracaso y al éxito. Por ejemplo, el conocido hombre de negocios Lee Iacocca, fue nombrado vicepresidente de Ford Motor Company a la edad de 36 años, sin embargo como estudiante universitario, ya había decidido convertirse en vicepresidente de Ford Motor a la edad de treinta y cinco años. Solo perdió su objetivo por un año.
Entienda que el hecho de que se fije una meta y no la logre en el tiempo deseado no significa que no lo vaya a lograr. Puede significar que está acercándose a su meta.