sábado, 22 de noviembre de 2014

La muerte está vencida

Nuestro Salvador Jesucristo… quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio. 2 Timoteo 1:10.
Preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.
Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte. 1 Corintios 15:25-26.
 
Unos padres acababan de enterrar a su querido hijo. Todo hablaba de muerte en ese cementerio: las tumbas alineadas hasta perderse de vista, coronas marchitas aquí y allá, inscripciones grabadas en las lápidas… ¡Pero no; la muerte fue vencida! Sí, la mañana del tercer día Jesús salió vencedor de la tumba. “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?”, preguntaron los ángeles a las mujeres desoladas. “No está aquí, sino que ha resucitado” (Lucas 24:5-6). Su resurrección es la señal absoluta de su victoria sobre la muerte.
Y si Jesús fue el primero en resucitar de entre los muertos, cuando venga para buscar a los suyos, “los muertos en Cristo (los creyentes ya difuntos) resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos (los creyentes que aún vivan en la tierra)… seremos arrebatados juntamente con ellos… para recibir al Señor en el aire”, a fin de estar todos juntos con él (1 Tesalonicenses 4:16-17). Entonces la muerte será sorbida “en victoria” (1 Corintios 15:54).
Cristianos, ¡regocijémonos! Cristo salió triunfante de la tumba. ¡Vamos a vivir con Él! ¿Y los que hayan rehusado la salvación? Se nos oprime el corazón al pensar en ellos. Resucitarán más tarde para el juicio final, como está confirmado solemnemente en Apocalipsis 20:14.

Yo Soy el que Soy

Querido hermano, Jehová te bendiga, y te guarde; haga resplandecer Jehová Su Rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; alce sobre ti Su Rostro, y ponga en ti paz. Debes saber que tú no estás solo. Hoy vengo a recordarte ¿Quién eres tú en el Señor? Tú no eres cualquier cosa, tú eres cabeza y no cola, eres altamente estimado/a por Dios. Dios te escogió porque te ama con amor eterno. Tú fuiste escogido por Dios antes que estuvieras en el vientre de tu madre. Te escogió en Él antes de la fundación del mundo para que fueses santo y sin mancha delante de Él, en amor, habiéndote predestinado para ser adoptado/a, hijo/a por medio de Jesucristo, según el puro afecto de Su voluntad. Mucho antes de la fundación del mundo, Él estaba pensando en ti, y se había propuesto que fueses el enfoque de Su amor. Hoy el Señor viene a recordarte Su amor por ti y lo que Él puede hacer a tu favor. Para el Señor todo es posible, Dios no conoce lo imposible. Él es Todopoderoso, Él nunca ha perdido una batalla. El Señor es más grande que tus problemas, dile a tus problemas lo grande que es Dios. Solamente cree, pues para el que cree todo le es posible. He aquí algunas citas bíblicas de lo que puede hacer tu Padre Celestial por amor a ti.
Inline image 1Yo Soy el Pan de Vida: El que a Mí viene nunca pasará hambre, y el que en Mí cree nunca más volverá a tener sed.
Yo Soy la Luz del mundo: El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
“Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros”.
Yo Soy la Puerta: El que por Mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
Yo Soy el Buen Pastor: El buen Pastor su vida da por las ovejas. Yo Soy el Buen Pastor; y conozco Mis ovejas, y las Mías me conocen, así como el Padre Me conoce, y Yo conozco al Padre; y pongo Mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán Mi voz; y habrá un rebaño y un Pastor. Mis ovejas oyen Mi voz, y Yo las conozco, y me siguen, y Yo les doy Vida Eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de Mi mano.
Yo Soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin, dice el Señor, el que Es y que Era y que ha de venir, El Todopoderoso.

El plan perfecto de Dios

Cita - Isaías 53
¿Te has preguntado o has clamado a Dios para que te revele cuál es el plan que tiene para ti? Sin duda muchas veces, y puede que aún no te haya mostrado nada o puede ser que ya te mostró qué es lo que quiere hacer contigo y a través de ti; pero quizás no te gustó lo que te reveló, como aquel joven rico que quería ser seguidor del Señor pero el precio que debería pagar era para él muy elevado, y decidió mejor darse la vuelta y continuar su camino. 
Lo que muchos no terminamos de entender o aceptar es que el plan de Dios para cada uno de sus hijos, siempre será el mejor, va a ser siempre perfecto, aunque para ti en este preciso momento, no sea el más indicado o el mejor. Es posible que estés atravesando el peor momento de tu existencia y sientas que no encuentras la salida a la multitud de problemas en los que te encuentras inmerso, sientes que todo, en un solo instante, se te vino encima y que no hay nada más que hacer; pues amigo, si tú crees que Cristo Jesús vino para salvarte, sabrás que Él cargó con todas tus debilidades, temores, angustias, preocupaciones, deudas, sufrimientos, enfermedades, etc., ya que la Biblia dice que Él llevó en sí, nuestras enfermedades y sufrió por nuestros dolores, por lo tanto tú tienes que confiar en el Señor de que Él te levantará con su diestra poderosa y que saldrás como un soldado victorioso. 
En este libro, la Biblia, en el verso 10 de Isaías 53, nuestro Dios nos revela cuál era Su plan perfecto para su hijo. ¿Sabes cuál era? Nada menos que aplastarlo y causarle dolor. Era necesario que nuestro Señor sufriera en la carne como todo ser humano; y eso es lo mismo que quiere hacer con todos aquellos que son sus hijos; no te asustes ni creas que nuestro Dios es malo o vengativo, no, lo que Él desea es que todos los que formamos parte de su familia seamos la viva imagen de Cristo Jesús, es decir, íntegros delante de sus ojos. Al hablar de aplastar nos está diciendo que quiere doblegar o quebrantar en nosotros todo orgullo, vanidad, rebelión, desobediencia, soberbia, y todas las cosas negativas que aún conservamos en nuestro corazón y arraigadas muy profundamente en nuestra alma, que hacen que no avancemos y que todo lo que realizamos no prospere. 

¡No tengas miedo!

Cada vez que el rey de Aram entraba en guerra con Israel, consultaba con sus funcionarios y les decía: “Movilizaremos nuestras fuerzas en tal y tal lugar”. Sin embargo, al mismo tiempo Eliseo le advertía al rey de Israel diciéndole: “No te acerques a ese lugar, porque allí los arameos piensan movilizar sus tropas”. Varias veces le advirtió para que estuviera alerta en esos lugares.
 Esta situación disgustó mucho al rey de Aram, llamó a sus oficiales y les preguntó:
-¿Quién de ustedes es el traidor? ¿Quién ha estado informándole al rey de Israel acerca de mis planes?
-No somos nosotros, respondió uno de los oficiales. ¡Es Eliseo, el profeta de Israel, quien le comunica al rey de Israel hasta las palabras que usted dice en la intimidad de su alcoba!
-Vayan a averiguar dónde está para mandar soldados a capturarlo, les ordenó el rey.
Luego le avisaron que Eliseo estaba en Dotán. Así que una noche, envió un gran ejército con muchos caballos y carros de guerra para rodear la ciudad.
Al día siguiente, cuando el sirviente de Eliseo se levantó temprano, vio que había tropas, caballos y carros de guerra por todos lados.
-¡Oh señor! ¿Qué vamos a hacer ahora?, gritó el joven a Eliseo.
-¡No tengas miedo!, le dijo Eliseo. ¡Hay más de nuestro lado que del lado de ellos!
Luego oró: “Oh Señor, ¡abre los ojos de este joven para que vea!”. Así que el Señor abrió sus ojos, y cuando levantó la vista vio que la montaña estaba llena de caballos y carros de fuego.
En ningún momento debemos dudar del poder de Dios porque Él no conoce imposibles. Abrió el Mar Rojo, detuvo el sol en Gabaón, protegió a Daniel en la fosa de los leones, no permitió que mataran a Eliseo ni a su siervo en esta historia. Siempre usa circunstancias y a personas para llevar a cabo sus planes y mostrarnos su amor, fidelidad, protección y poder. Entonces, ¿por qué seguimos dudando cuando nos enfrentamos a alguna prueba? ¿Por qué permitimos que los problemas nos quiten la paz, el gozo y la esperanza? Debemos tener un nuevo estilo de vida, dejemos de ver para creer, primero creamos para después ver, porque sin fe es imposible agradar a Dios y recibir las bendiciones y los milagros que tanto anhelamos.

Emprende tu propósito

Dios te formó con un objetivo. No eres producto de un "accidente". Puede que las circunstancias de tu concepción no fueran las ideales, pero tienes vida porque el Padre lo planeó y decidió, así que hay un propósito para tu existencia.
Nuestra memoria humana no recuerda cómo fuimos formados en el vientre ni cuándo recibimos nuestro llamado, pero nuestra memoria espiritual sí lo recuerda. Todos tenemos ese mensaje pero no lo buscamos en nuestro interior. Por eso hay una alarmante estadística que dice: "De cada 100 personas, solo 5 tienen una misión para su vida, las 95 restantes caminan sin misión y sin dirección, van donde los lleve la corriente, por lo que no encuentran su realización personal". Pero Dios quiere mostrarte Su propósito, quiere que veas dentro de ti y descubras la razón de tu nacimiento. Muchos preguntan por qué alguien muere pero nunca por qué nació, y todos tenemos una razón por la cual Dios nos regaló la vida.
La Palabra es enfática al decir Todo ayuda a bien si amamos a Dios, de acuerdo al propósito con el cual nos llamó (Romanos 8:28). Esto significa que cuando encuentras el propósito de Dios para tu vida, encuentras la dirección para tu futuro, y también la revelación de cómo lo pasado ayuda a tu porvenir.
Cada circunstancia que te ha rodeado influye en tu futuro y ayuda al cumplimiento del propósito en tu vida. Como el día de tu nacimiento, el tipo de familia con la que creciste, el colegio donde estudiaste, los amigos que tuviste desde pequeño, ¡incluso el barrio donde viviste y el nombre que te pusieron son producto de la voluntad de Dios, no de la casualidad! Claro que no todo parece bueno cuando sucede, pero Dios es poderoso para transformar incluso lo malo, incómodo y desagradable en algo provechoso para tu misión. Solamente poniendo tu mirada hacia adelante podrás encontrarle sentido a lo que dejaste atrás. Todo va encajando y tiene sentido al verlo a través de los ojos de Dios.
Nuestro Padre te formó, te regaló dones y talentos para cumplir un llamado. Cada talento está asociado a lo que Dios quiere que cumplas. Cuando descubres para qué eres bueno, descubrirás para qué te hizo Dios. Identificar lo que nos apasiona también es una buena forma de descubrir tu llamado. Todo lo que te gusta realizar está ligado a lo que Dios quiere que hagas.
Otra forma de descubrir la misión que Dios tiene para ti es recordar qué soñabas ser y hacer cuando eras niño. Todos tuvimos sueños que incluían el deseo de bendecir a otros. Soñábamos con ser bomberos, policías o médicos. Yo soñaba con hacer algo para cambiar mi país. No dejes que el tiempo ahogue tus sueños, recuérdalos para descubrir tu propósito en la tierra.
Otro indicio que te ayuda a encontrar tu misión es pensar en qué te gustaría que dijeran sobre ti en tu funeral. Piensa un momento, ¿te gustaría que te identificaran como un gran educador, empresario o padre?