miércoles, 18 de octubre de 2017

Confía en Dios

“…En ti confían los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Jehová, no desamparas a los que te buscan…” Salmos 9:10
¿Qué significa confiar? ¿Cómo aprendemos a confiar en las personas? Por ejemplo, si ahora llega a ti una persona desconocida y te pide dinero prestado, ¿se lo prestarías? No creo que exista una persona que haga tal cosa.
La realidad es que la mayoría de las personas, si no todos, antes de prestar una cifra de dinero a alguien desconocido seguiríamos más bien las reglas de los bancos y/o instituciones financieras. Es decir, pediríamos prueba de empleo, un historial de crédito, avales, y/o referencias personales que testifiquen el carácter de la persona.
Imagen relacionada
Y con toda esta documentación en la mano podríamos llegar a sentir la confianza necesaria para hacer el préstamo. Pero ahora debemos preguntarnos, ¿hacemos lo mismo, o cosa similar en cuanto a confiar en Dios?
La realidad es que nosotros tenemos la mejor documentación y referencias de Dios que existen. Nosotros tenemos la palabra de Dios, la cual claramente nos prueba que:
  • Dios nunca falla (Números 23:19Josué 23:141 Crónicas 28:20)
  • Dios es fiel (Isaías 25:12 Tesalonicenses 3:31 Corintios 10:13)
  • Dios es bueno (Salmos 86:5100:5107:1)
  • Dios es galardonador y misericordioso (Efesios 2:4Hebreos 11:6)
Pero a pesar de tener este conocimiento, en ocasiones a muchos les cuesta confiar en estas referencias.

Los límites en la adolescencia

Poniendo límites los padres pueden controlar los conflictos.
El adolescente se debate entre su rebeldía y la autoridad que sigue necesitando. Necesita límites, aunque le cueste asumirlos. Por eso los padres deben mostrarse firmes y seguros frente a sus hijos en esta difícil edad. En los casos más conflictivos será necesaria la ayuda de profesionales, pero los padres tienen la responsabilidad especial en la educación de los adolescentes, y es necesario que estos últimos aprendan a respetar esa autoridad.
Los efectos de la adolescencia en el carácter 
Con el inicio de la pubertad, las hormonas van a adquirir un gran protagonismo, de tal forma que en muchas ocasiones serán las que tomen las riendas del comportamiento del adolescente, en el que, también, se observan las siguientes características:
-• Surge una falta de reconocimiento de la autoridad, que les hace cuestionarse todas las normas establecidas por los adultos.
-• La familia pierde protagonismo en favor del grupo de los amigos.
•- En muchas ocasiones las decisiones y preferencias personales las sacrifican en función de lo que el grupo tolere.

Consejos para padres de adolescentes
-• A los adolescentes les cuesta asumir los límites que tanto necesitan y que los ayudan a situarse y a conocer cuáles son sus derechos y sus obligaciones.
•- Los padres y los adultos, en general, van a enfrentarse a situaciones poco agradables, en las que su seguridad será clave para ayudar al adolescente a superar las crisis.
-• No olvidemos que los niños aprenden por modelos, y los padres somos sus modelos a imitar, por eso hay que mostrarse seguros.
-• Potenciar sus habilidades y mitigar sus defectos. No centrarse solo en los éxitos y fracasos escolares, pues estos serán una parte de sus vidas, pero no lo único importante.
-• Los padres seguirán la misma línea de actuación, no contradiciéndose uno al otro y mucho menos delante del adolescente.
-• En casos de rabieta o estallido, no es el momento de dialogar con ellos: el lenguaje verbal no sirve de nada.
La ayuda en situaciones extremas
Cuando la situación es extrema, sí que ayuda saber que estamos actuando de forma correcta. El adolescente de hoy dará paso al joven de mañana, y éste será menos impetuoso, menos hiriente, menos provocador, más humano, más justo y más cercano. El caso es que los adolescentes verdaderamente no lo tienen fácil.
En muchos casos encontramos chicos y chicas que dicen que no saben cómo evitar “saltar y estallar a la mínima”, que les encantaría controlarse pero no pueden. No lo hacen para fastidiarnos, sino porque no pueden evitarlo.
Errores más frecuentes de los padres
Podemos negociar las normas a seguir, pero nunca debemos dejar que sean ellos los que marquen los límites.
No hay que ceder para evitar males mayores pensando que esto pasará con el tiempo.
Los chicos pueden sentir miedo por tenerlo todo demasiado fácil.
Debemos dejarles que desarrollen sus propias estrategias, que resuelvan sus problemas y conflictos. Pero siempre debemos estar ahí, en un segundo plano.

Acercarse a Dios

Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; he puesto en el Señor mi esperanza… (Salmo 73:28).
Inline image 1Una mujer que deseaba orar, tomó una silla vacía y se arrodilló delante de ella. Con lágrimas en los ojos, exclamó: «Padre celestial, por favor, siéntate aquí; ¡necesitamos hablar!». Después, mirando directamente el espacio sobre la silla vacía, oró. Ella demostró confianza al acercarse al Señor; imaginó que Él estaba sentado en la silla y creyó que escuchaba su petición.
Nuestro tiempo con Dios es un momento importante. Cuando estamos con el Todopoderoso, Dios se acerca a nosotros al acudir a Él (Santiago 4:8). Nos aseguró: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mateo 28:20). Nuestro Padre celestial siempre quiere que nos acerquemos a Él y está listo para escucharnos.
A veces nos cuesta orar, porque nos sentimos cansados, somnolientos, enfermos y débiles. Sin embargo, Jesús entiende nuestras debilidades y tentaciones (Hebreos 4:15). Por eso, podemos acercarnos «confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro» (verso 16).
Señor, gracias porque puedo orar a ti en cualquier momento y lugar. Pon en mi corazón el deseo de acercarme a ti. Quiero aprender a acudir a ti con fe y confianza.

Dios está en todas partes, disponible en todo momento, y siempre escucha.