“DESECHEN TODO LO QUE SEA AMARGURA, ENOJO, IRA…” (Efesios 4:31 RVC)
¿Cómo obedecemos este mandamiento?
1) Aceptando y poniendo en práctica Su Palabra.
Sin una base bíblica, las viejas emociones siempre estarán minando nuestros esfuerzos por superarlas. Desechar toda amargura es un mandamiento que conlleva la promesa del éxito si se cumple.
2) Decidiendo desechar toda amargura.
2) Decidiendo desechar toda amargura.
La decisión no es una emoción y por lo tanto no demanda una respuesta emotiva. Dios no va controlar tus emociones, pero tampoco se va dejar influenciar ni a favor ni en tu contra por ellas. Creer en la Palabra de Dios y decidir obedecerla siempre da los resultados esperados. Así que empieza a reforzar tu voluntad y tu fe. ¿Cómo? Proponiéndote en serio obedecer a Dios a pesar de los sentimientos. Pon en práctica eso todos los días hasta que se convierta en un estilo de vida. Después verás que en lugar de ser controlado por tus cambios de humor, te encontrarás “reinando en vida” (Romanos 5:17); es decir, tus emociones negativas dejarán de controlarte.