jueves, 24 de enero de 2019

El orgullo más pecaminoso del cristiano

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. 
Efesios 2: 8 y 9.


El orgullo del hombre y la envidia a Dios
La envidia y el orgullo condujeron a Satanás y a todos sus “ángeles” caídos al destierro eterno en un lugar de tinieblas, sin la comunión con el Señor.
Este mismo deseo impuro lo tuvieron Adán y Eva en la escena del pecado original en el huerto del Edén. Podemos observar el mismo patrón de gloria en estas dos rebeliones, y éste sigue siendo el mismo deseo pecaminoso e impuro que tienen los hombres de hoy.
El hombre quiere alguna "gloria", algún tipo de reconocimiento por su "obra"; como si tuviera el deseo pecaminoso de querer ser Dios. 
Millones de cristianos creen tener algo "digno", "valioso", "algún mérito", "alguna gestión" de su propia voluntad, que les ha hecho "merecedores" del amor de Dios.  
Por todas partes de la tierra hay creyentes que sienten tener "algo bueno" dentro de ellos, que les ha hecho caminar por las sendas del Evangelio, y se sienten orgullosos de haber decidido seguir a Cristo. Pero el problema es que hay cristianos de estos que no están dispuestos a despojarse de sus "obras", incluso de sus propios testimonios y de su vida moral para dar toda la Gloria a Dios, quien se lo ha otorgado todo.
Algunos consideran su religiosidad o sus propios diezmos entregados como algo "valioso y digno" de alcanzar la Gracia y la bondad del Señor.

la ley y la graciaNo han llegado a comprender en profundidad, que solo en la bancarrota espiritual podremos sentir la compasión del Salvador.

¿Qué es la bancarrota espiritual?
Hay un número creciente de cristianos que está a punto de declararse en quiebra espiritual. Hay evangelistas, pastores, maestros bíblicos, sacerdotes, religiosas,... líderes importantes de la fe, que se han dado cuenta de que no pueden vivir de acuerdo a sus expectativas; que por una movida inesperada sus vidas pueden caer de vuelta en el pecado, y entonces comienzan a pensar que se deben ir a la bancarrota espiritual.
Salvos por graciaHace unos 2000 años, Cristo Jesús nos habló de esta bancarrota cuando dijo: "Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos". (Mateo 5:3).
¿Ha comprendido usted, en la intimidad con el Señor, que le ha fallado aun haciendo sus más nobles esfuerzos? 

La religión nos hace sentir orgullosos de lo que hemos hecho.

El Evangelio nos hace orgullosos de lo que Jesús ha hecho. 

 

Timothy Keller.



¡Déjalo!, para que puedas abrazar con todas tus fuerzas la Gracia del Salvador.

Déjate amar

Yo no sé si soy demasiado observador o si estoy demasiado atento, pero hay veces en que una sola frase me resuena el día entero. Es como si me la hubiesen dicho a mí, y bueno, la asumo como si así hubiese sido.
Resultado de imagen de Déjate amarHoy tuve la oportunidad de asistir a una conferencia que trataba sobre la manera de amar que tienen los niños desde el nacimiento hasta los 13 años aproximadamente, y enfatizaba en lo importante que son los primeros años de vida en el desarrollo integral del niño o niña y en cómo las experiencias tempranas van definiendo o perfilando su vida, incluso la manera en que aman de adultos. Esto último me pareció extremadamente importante, ya que cuando nos encontramos en la vida adulta con “un otro” (otra persona), hay muchas cosas de su vida que desconocemos; más aún, cuando nos involucramos sentimentalmente con alguien, no sabemos cómo ha sido su experiencia de amar temprana, lo que podría ayudarnos a comprender el por qué hace (o no hace) una determinada acción o cual es su conducta.
Dentro de todo lo que escuché en la conferencia, me quedo con una idea fundamental que armé entre varias frases que señaló la expositora: “Para poder amar hay que reconocer que se está enamorado, dejarse amar por el otro… dejarse estar enamorado”. Vamos a profundizar en lo potente de esta declaración.
Por una parte, me parece que la palabra RECONOCER ya lleva implícito valor y coraje. Se dice que reconocer algo es parte de un proceso de reflexión interna que más de un dolor de cabeza ha provocado, pero RECONOCER que se está ENAMORADO, es aún más importante. Cuando yo reconozco algo lo hago visible para mí, y al hacerlo visible lo asumo como una realidad. Por lo tanto, si reconozco esta realidad me hago responsable de ella, y si necesitase cambiar algo de ella, lo haría. Por consiguiente, si estoy enamorado asumo una responsabilidad al respecto, un compromiso, y esta visión, novedosa, implica trabajo duro.

La oración - ¿por qué, cuándo y cómo?

La oración es simplemente comunicarse con Dios, escuchar y hablar con Él. Los creyentes pueden orar desde el corazón, libremente, espontáneamente y con sus propias palabras. Si la oración es un área difícil para usted, aprenda estos principios básicos de la oración y cómo aplicarlos en su vida.
1.¿Por qué orar?
Resultado de imagen de La oración⦁ La oración eficaz del justo puede mucho (Santiago. 5:16).
⦁ Para que no entremos en tentación (Mateo. 26:41).
⦁ Se nos dice la necesidad de orar (Lucas. 18:1).
⦁ Es una forma de servir a Dios y obedecerle (Lucas 2:36-38)
⦁ Nos acerca a Dios (Juan 15:7)
⦁ Nos da paz y confianza (Filipenses 4:6-7)
⦁ Oramos en preparación para decisiones importantes (Lucas 6:12-13)
⦁ Para superar los ataques demoníacos (Mateo 17:14-21)
⦁ Para obtener los medios de fortalecer a otros espiritualmente (Efesios 6:18-19)
⦁ Por obreros para ir a la mies (Mateo 9:37,38).
⦁ Por todos los hombres, por los reyes y los que están en autoridad (1 Timoteo 2:1,2).
⦁ Para ser llenos del conocimiento y la voluntad de Dios (Colosenses 1:9–11).
⦁ Por aquellos que abusan de nosotros (Mateo 5:44).
⦁ En todo. Señor, enséñanos a orar (Lucas 11:1).
La oración desarrolla nuestra relación con Dios. Si nunca hablamos con nuestro cónyuge o nunca escuchamos algo que nuestro cónyuge nos pueda decir, nuestra relación matrimonial se deteriorará rápidamente. Pasa lo mismo con Dios. La oración, la comunicación con Dios, nos ayuda a estar más cerca y más íntimamente conectados con Él.
Si Jesús pensó que valía la pena orar, nosotros también deberíamos. Si Él necesitaba orar para permanecer en la voluntad del Padre, ¿cuánto más nosotros?
2. ¿Cuándo orar?
⦁ En tiempos de peligro —en contacto con hombres peligrosos—. El Señor oró toda la noche (Lucas 6:12).
⦁ Por la tarde, mañana y mediodía (Salmos 55:17).
⦁ Orar sin cesar (1 Tesalonicenses 5:17).
⦁ En la aflicción (Santiago 5:13).
⦁ En la enfermedad (Santiago. 5:14).
⦁ Cuando hemos pecado el uno contra el otro (Santiago 5:16).
3. ¿Cómo orar?
⦁ En el Espíritu (Efesios 6:18).
⦁ Con un corazón humilde (2 Crónicas 7:14)
⦁ Con sinceridad (Jeremías 29:13)
⦁ Con Fe (Marcos 11:24)
 Con Justicia (Santiago 5:16)
⦁ Con obediencia (Juan 3:22)
⦁ Con manos santas: sin ira ni contienda (1 Timoteo 2:8)
⦁ Con entendimiento (1 Corintios 14:14–15).
La falta de oración demuestra falta de fe y de confianza en la Palabra de Dios. Oramos para demostrar nuestra fe en Dios, en  que Él hará lo que ha prometido en Su Palabra y bendecirá nuestras vidas abundantemente, más de lo que podríamos pedir o esperar (Efesios 3:20). La oración es nuestro principal medio para ver a Dios trabajar en la vida de otros. Debido a que es nuestro medio para “conectarnos” con el poder de Dios, también es nuestro medio de derrotar a satanás y su ejército, victoria que no podemos superar por nosotros mismos. Por lo tanto, que Dios nos encuentre a menudo en Su trono- presencia. Tenemos Su promesa de que la oración ferviente de un hombre justo logra mucho (Santiago 5:16-18). Que Dios glorifique su nombre en nuestras vidas, ya que creemos en Él lo suficiente como para acudir a Él en oración a menudo.
«La oración no se nos da como una carga que ha de ser llevada, o como un deber desconocido que debemos cumplir, sino como un gozo y poder, el cual no tiene límite».